Municipalidades gastaron Q590 mil en controlar incendios en vertederos

01 abril 2022

Aunque no ocurren todos los días, los inconvenientes en los botaderos generan gastos sufragados con fondos públicos. Hay mayor riesgo de que sucedan si no se tratan los desechos.

Villa Nueva y Villa Canales aportaron Q110,250 para apagar el último incendio en el vertedero de AMSA. Foto: Conred.

Por Carmen Maldonado Valle

Entre 2019 y marzo de 2022 al menos cinco municipalidades reportaron gastos relacionados con apagar incendios en los vertederos donde depositan sus desechos sólidos. En total destinaron Q590 mil 105, los cuales se desglosan en mangueras, cisternas, maquinaria y el equipo necesario para acabar con las llamas.

Una de ellas es la de Palencia, Guatemala. En 2019 alquiló excavadoras para mitigar el incendio en su botadero por Q87 mil 750. La empresa proveedora fue GALGA, la cual se dedica a la reparación de caminos y a la renta de maquinaria. Ofrece sus servicios a instituciones públicas desde 2011 y a partir de esos contratos ha facturado Q9.7 millones.

De acuerdo con la municipalidad, ese año el incidente sucedió en febrero. Aunque se controló no pudo determinarse la causa, pues algunos vecinos aseguraron haber visto a personas provocarlo y otras lo atribuyeron a la acumulación de gases.

En otras ciudades de Guatemala también han ocurrido incendios en este tipo de instalaciones. En febrero de 2021, Ojoconmipisto reportó sobre el tercero del año en el botadero administrado por la Autoridad para el Manejo Sustentable de la Cuenca del lago de Amatitlán (AMSA), ubicado en el kilómetro 22 de la carretera hacia el Pacífico.

A la fecha, aunque no todos en la misma medida, 32 municipios depositan allí sus residuos y por eso cuando el lugar comenzó a quemarse, algunas alcaldías enviaron personal o insumos para apagar las llamas. Una de ellas fue Villa Canales, la cual rentó por 170 horas un tractor oruga para trabajos en el terreno con este fin. Pagó Q89 mil 250 y la máquina pertenecía a Servicios y Consultoría de Construcción, Agricultura y Forestería, S. A.

Villa Nueva, donde se encuentra el botadero, también compró galones de espuma para apagar el fuego por Q21 mil . A decir de la comuna, la mayor parte de los trabajos y equipo fueron aportados por la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), los bomberos voluntarios y municipales, y el ministerio de Defensa.

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AMSA planea cerrar este vertedero en julio de 2022 porque rebasó su capacidad y a partir de entonces las ciudades deberán buscar dónde depositar sus residuos. “Nosotros tenemos un terreno de cuatro manzanas que planeamos habilitar para hacer un relleno sanitario. Por el momento estamos en la etapa de estudios para preparar la tierra y elaborar las estructuras necesarias”, dice Byron Morataya, jefe de comunicación de la municipalidad de Villa Nueva.

Los desechos son un problema

Otra de las alcaldías con inversión para mitigar incendios es la de Almolonga, Quetzaltenango, cuyo vertedero se quemó en octubre de 2021, aunque no fue la primera vez. “Tenemos la hipótesis de que fue provocado o por alguna imprudencia. Esta semana, por ejemplo, ocurrió uno en la montaña porque comienza la roza de terrenos para la siembra y el fuego se regó más de la cuenta”, explica el titular de la oficina de medio ambiente, Diego Siquiná.

El año pasado, la institución pagó un total de Q214 mil 930 a William José López López por controlar y apagar las llamas en su vertedero. No fue la única, pues Zunil (también en Quetzaltenango) lo contrató para esta tarea en 2020 y 2021 por Q177 mil 175.

Según el ingeniero ambiental, César Barrientos, los incendios en los vertederos no solo pueden ser provocados, sino también los hay espontáneos: “Estos suceden cuando no se tratan adecuadamente los desechos, porque se acumula metano y llega el fuego. Por eso es necesario no solo hacer botaderos, sino lugares controlados para no afectar el ambiente ni la salud de quienes viven alrededor”.

Siquiná descarta esta posibilidad en Almolonga porque, dice, la basura se compacta con las máquinas y el material adecuados, pero a veces el obstáculo son las personas. “Unas provocan incendios, otras dejan desechos en las calles. Eso pasa desde que Xela tiene problemas con su vertedero: ahora recogemos dos camiones llenos de basura que la gente deja en la carretera”, asegura.

Esto también es un gasto, pues antes solo se recogía el equivalente a la mitad de la carga soportada por un camión pequeño y los viajes se hacían dos veces al mes. Ahora la frecuencia y los desechos aumentaron.

Al consultar en el ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN), este negó tener un recuento de la frecuencia promedio de los incendios en los vertederos no controlados. Por ahora tampoco tiene información sobre planes municipales para construir nuevos rellenos sanitarios donde estos eventos no sucedan.

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