El incendio recordó que el vertedero de AMSA rebasó su capacidad

09 febrero 2021

Las alcaldías comienzan a buscar otro lugar para enviar los desechos de sus municipios después de tres días de fuego.

Toma aérea del incendio en el vertedero de AMSA. Foto: Conred.

Por Carmen Maldonado Valle

El 5 de febrero comenzó un incendio, el tercero en el último mes y medio, en el vertedero administrado por la Autoridad para el Manejo Sustentable de la Cuenca del Lago de Amatitlán (AMSA). Excedió su capacidad, por ello, las alcaldías buscan alternativas que van desde contratar empresas encargadas del servicio hasta planificar plantas de tratamiento de residuos.

La historia del vertedero comenzó hace más de 20 años, recuerda el exdirector de AMSA, Omar Orellana, por iniciativa de la municipalidad de Villa Nueva. Luego se sumaron otras 13 comunas que forman parte de la cuenca del lago de Amatitlán, y poco a poco se adhirieron más alcaldías, hasta llegar a ser 32.

Según un reporte de AMSA, la entidad comenzó a administrar el basurero en 2007 y el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN) fijó cinco años como límite para cerrarlo. Sin embargo, advirtió que si había empresas con capacidad para manejar toneladas de basura que ya no terminarían en el Km. 22, carretera hacia el Pacífico, el límite se ampliaría hasta 14 años. Este período termina en 2021.

Esa es la razón por la que en 2019 el MARN pidió a AMSA que presentara un plan para el cierre del vertedero. “Sin embargo, no cumplía con los términos de referencia y con aspectos legales, por lo que se dieron recomendaciones y una prórroga para la entrega”, se lee en un comunicado del MARN a raíz del incendio.

Aunque la prórroga otorgada a AMSA fue de dos meses, a este punto no se ha presentado el plan corregido, indicó durante una entrevista en el programa “Hora 15” Mario Rojas, titular de Ambiente: “Nos han explicado que al parecer AMSA ha pasado por varios cambios administrativos y por eso se ha visto un retraso”, dijo. Se refiere a los tres cambios de directores de la institución en el último año. Como no hay un plan concreto para cerrarlo, el vertedero aún funciona.

Ante el inminente cierre, comunas como la de Villa Nueva (cuyos residuos ocupan aproximadamente el 40 por ciento del vertedero) comenzaron a buscar propiedades para un nuevo basurero. Julio Vázquez, vocero de la institución, afirma que ya se veía venir la falta de espacio en el lugar que actualmente recibe los residuos. Por ello “la administración pasada compró un terreno de 16 manzanas dos kilómetros después de donde hoy funciona el vertedero de AMSA, en la que llamamos Cuesta del Chucho”.

El terreno al que se refiere Vázquez costó Q15 millones 97 mil 600 y fue comprado a la compañía “BENSELAR”, según el NOG 6219314, que también revela que aunque la operación se publicó en Guatecompras en 2017, el trato estaba cerrado desde abril de 2016.

Ese terreno también parece ser la salvación para Amatitlán, porque el alcalde, Mainor Orellana, explicó que se le ve como una alternativa en la que puedan tener uno nuevo para resolver el problema durante unos años. Con esto concuerda Luis Sánchez, concejal IV de esa comuna. “Aunque aún no estamos seguros de cuándo habrá otro basurero disponible. Hemos recibido avisos de AMSA para que controlemos la cantidad de basura que se envía, y tratamos la manera de hacerlo mientras obtenemos un lugar fijo para los residuos”.

El alcalde de Jocotenango, Marcus González, también anticipaba el final del botadero del kilómetro 22. “Nosotros le habíamos pagado a AMSA Q50 mil para llevar allí nuestros desechos, pero este año hubo nuevas autoridades que ya no quisieron llegar a un acuerdo y mejor buscamos una empresa privada para encargarse de ello”, sostiene.

A decir de González, la nueva empresa comenzará a llevarse la basura de su ciudad en el transcurso de febrero, “pero lo que no podemos asegurar es a dónde la va a llevar”. Añade que el posible cierre del vertedero le ha traído problemas con los recolectores de basura de empresas privadas. “Ellos quieren que la municipalidad les consiga un lugar para que vayan a dejar todo, cuando si ellos pusieron un negocio por el que le cobran a la gente, también deben arreglar la disposición final de lo que recogen”, supone.

La solución

En 2019 se reformó el acuerdo 236-2006, que estipulaba que todos los municipios debían contar con plantas de tratamiento para aguas residuales y desechos sólidos con el fin de frenar la contaminación ambiental. El cambio se hizo para establecer que para el 29 de noviembre de 2019, “todas las municipalidades deberán tener en operación sistemas de tratamiento completos”. Para mayo 2023 estos sistemas deberían funcionar para tratar al menos el 60 por ciento de los residuos producidos por cada ciudad.

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Durante la entrevista a Mario Rojas en “Hora 15” sostuvo que se dio una prórroga a las municipalidades porque “algunas no tenían los fondos suficientes o que las administraciones pasadas habían dejado proyectos pendientes”, se quejaban. Para la mancomunidad de los municipios del Sur se planea tener un lugar para el manejo de desechos financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), cuyas pláticas avanzan. “Es un sitio que se está validando entre varias opciones y cuando se tenga ya definido se ofrecerá más información, pero se planea que esté al sur del municipio de Guatemala”, añadió.

Para Eduardo Aguilar, ingeniero ambiental y consultor del MARN, si se obtiene un terreno para el nuevo vertedero lo recomendable es calcular si las dimensiones serán suficientes para la cantidad de personas que depositarán allí sus desechos, además de un plan para el tratamiento de los líquidos provenientes de los residuos para evitar riesgos a la salud. “El basurero de AMSA está prácticamente inmerso en el municipio, pero sería bueno que si van a hacer otro vertedero, sí cumpla con estas condiciones”, agregó.

Respecto a las plantas de tratamiento, una de las comunas que empezó a implementarlas es la de San Antonio Aguascalientes, Sacatepéquez. También solía enviar sus desechos al basurero de AMSA pero buscó alternativas.

Según explica el alcalde, Elwin Hernández, todos los desechos orgánicos se separan y se llevan a una planta de tratamiento municipal que fabrica abono a partir de ellos. Los desechos que contienen metales o cartón se dan a depósitos privados que se dedican a procesar ese tipo de residuos.

Su comuna planea hacer una planta de tratamiento de plástico, “pero aún lo evaluamos y no sabemos exactamente cuándo, porque se necesita mucho dinero para ponerla a funcionar”, adelantó. Claro, si consiguen financiamiento, así cada vez vaya menos basura a vertederos como el de AMSA”.

El minstro de ambiente dijo que las plantas de tratamiento de desechos son obligación de las municipalidades, pero aunque estas se lleven a cabo con éxito no se lograrán mejorías reales si los ciudadanos no ponen de su parte en ello: “El problema de la basura de Guatemala no es solo cuestión del Estado. Las autoridades hacen su parte, pero la ciudadanía debe colaborar al no tirar la basura en las calles, las carreteras y los ríos”.

Empleado municipal da tratamiento a desechos orgánicos para convertirlos en abono. Foto: Municipalidad de San Antonio Aguascalientes.

¿Qué pasa con el incendio?

La manera en que se organiza el vertedero es: una capa de tierra, una capa de basura, una capa de tierra, y así hasta compactar la capacidad del terreno. Las llamas iniciaron en tres de esas plataformas y para apagarlo se necesitan retroexcavadoras que lleguen hasta el origen que hizo que se esparciera el fuego.

El portavoz de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), David De León, explicó que aunque se intentó controlar el domingo, no fue posible. Por ello retomaron los trabajos a las 6:00 de la mañana de hoy y se esperaba que cedieran al final de la tarde, pero en ese punto el incendio seguía activo y por esa razón Conred estima que estará controlado durante la mañana del martes.

Para controlar las llamas trabajan Conred, bomberos voluntarios y municipales, el ministerio de Defensa, el personal de AMSA y Municipalidades como la de Villa Nueva y Amatitlán. Coordinan con un equipo de la Fuerza Aérea Guatemalteca “para que desde un helicóptero se puedan enfriar los puntos de calor. Después de eso ya se puede remover tierra y apagar el fuego interno”, agregó De León.

El ministro de Ambiente, mientras tanto, sostiene que no se pueden estimar las consecuencias que tendrá el siniestro en el lago de Amatitlán porque no se tienen los recursos para evaluarlo. Añadió que, hubiera incendio o no, la entidad sí lo considera “rescatable”, pero no ve que se realice un proyecto en busca de ello en el corto plazo porque por el momento no hay dinero suficiente para esa inversión.

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