La alcaldía alquila el lugar desde 2016 y renovó el contrato para usarlo al menos hasta septiembre de 2022. Cada mes ha pagado entre Q7 mil 500 y Q10 mil al dueño.
Por Carmen Maldonado Valle
En julio de 2016 comenzó el cierre técnico del botadero de la cabecera de Zacapa. En el lugar “los olores eran terribles y llegaban a las casas. Además era un foco de contaminación porque estaba lleno y a veces la basura se desbordaba. Siempre fue un problema”, cuenta Mateo Aguilar, uno de los vecinos.
En diciembre de ese año comenzó entonces a usarse un nuevo terreno. “Y ese ya no nos afecta porque está más alejado de las casas. Se ubica en Agua Caliente, junto al complejo deportivo”, continúa Aguilar. Aun así, el sitio no es propio, sino rentado por la comuna desde entonces.
El dueño es Jorge Leonel Smith Archila, a quien desde 2016 hasta septiembre de 2019 se pagaban Q7 mil 500 mensuales. A partir de octubre de ese año, la cuota aumentó a Q8 mil 500.
En febrero de 2020, tras el cambio de autoridades ediles, se formalizó el pago a través de un contrato para ocupar las instalaciones hasta septiembre de 2021. Al caducar, se renovó y ahora el nuevo acuerdo asegura el arrendamiento del lugar por un año más.
En total, entre los contratos y los pagos anteriores, la municipalidad ha destinado a estas rentas Q548 mil 500, como consta en Guatecompras. Los documentos disponibles en el portal también establecen que en el lugar se separan e incineran los residuos.
La comuna no tiene un número fijo al cual puedan acudir los vecinos. Se intentó llamar durante una semana a los teléfonos registrados en la Asociación Nacional de Municipalidades para saber por qué el dinero no se destina a la compra de tierras para un botadero en vez de pagar un alquiler.
En el único número telefónico donde se obtuvo respuesta, quien contestó dijo “esta es la unidad de pago de IUSI. Es imposible hablar a la municipalidad por teléfono y quien quiera hacerlo debe ir hasta allí”.
También se intentó hablar con el alcalde, Mynor Amílcar Morales Vargas, pero no respondió las llamadas ni los mensajes enviados a su celular.
Un futuro incierto
César Barrientos, ingeniero ambiental, explica que los vertederos son pensados para tener una vida útil de 20 años en promedio. Cuando se cumple ese período, se debe iniciar el cierre técnico, el cual no puede durar menos de cinco años, según el reglamento para el manejo de desechos sólidos aprobado en 2021.
Para llevar a cabo ese proceso, establece el documento, se debe compactar la tierra, agregar capas de grava, tratar los líquidos provenientes de los residuos y manejar de forma adecuada los gases del suelo. Si no se hace, dice Barrientos, existe el riesgo de acumular metano y pueden ocurrir incendios.
En los contratos firmados por la municipalidad para rentar las tierras no se especifica quién se hará cargo de estos trabajos cuando se deje de usar el lugar. Solo se establece que la comuna tiene derecho a ocuparlo, pero sin aclarar en qué condiciones se devolverá.
A decir de Barrientos, el cierre técnico del sitio puede ser costoso porque se requiere maquinaria. No puede evitarse el procedimiento porque, de hacerlo, las comunidades alrededor podrían enfermarse debido a la acumulación de bacterias y la inhalación de gases provenientes de la materia en descomposición.
“Los trabajos permiten volver a usar las tierras, pero si no se hacen, el dueño podría quedarse sin ellas”, asegura el ingeniero ambiental. Aun así, “el nuevo destino del lugar no puede ser habitacional porque el suelo podría hundirse y tampoco es posible cavar un pozo allí porque el agua proveniente del lugar quizá esté contaminada”, agrega.
El nuevo contrato firmado por la comuna termina en septiembre de 2022 y aumenta el alquiler a Q10 mil mensuales. También se intentó contactar a la alcaldía para saber si tras el vencimiento del acuerdo se buscará otro sitio para los residuos sólidos, pero al cierre de esta nota no hubo respuesta.
Te sugerimos: Municipalidades que usan vertedero de AMSA recibieron Q3.8 millones por extracción de basura
