La municipalidad de San Lucas fue reconocida por el manejo sustentable de recursos naturales para prolongar la disponibilidad de agua.
Por Carmen Valle
En marzo de 2024 la municipalidad de San Lucas obtuvo un premio por buenas prácticas en el sector público. Esto, después de 14 años con proyectos de recarga hídrica para procurar el uso sustentable del agua.
Quien otorga el galardón es la Fundación para la Conservación del Agua en la Región Metropolitana de Guatemala (Funcagua). Según la entidad, se le dio a esta alcaldía porque desde 2010 construyó 384 pozos de absorción. Estas son perforaciones hechas, no para sacar agua, sino para que el suelo pueda impregnarse de ella y así se recargue el acuífero.
Funcagua y la comuna monitorean los nacimientos de agua del municipio y los pozos de extracción (los cuales no son iguales a los de absorción). Tras estas acciones, se determinó que el caudal se mantiene y existe capacidad para abastecer a los vecinos.
La labor no concluyó con la construcción de los pozos, sino también se otorgó el premio por darles mantenimiento. Cada año, durante la época seca, la municipalidad de San Lucas hace jornadas de limpieza y conservación de estas estructuras.
Al menos desde 2017, la alcaldía reporta concursos en Guatecompras por Q248 mil 196 para preservar los pozos de absorción y encamisarlos. Esto significa reforzar las paredes con una estructura adicional para evitar problemas de inestabilidad por los cuales deban construirse desde cero.
Además, desde 2012 San Lucas invirtió al menos Q4 millones 175 mil 461 en infraestructura y materiales relacionados con el agua. Esto incluye la planificación y perforación de ambos tipos de pozos, bombas de abastecimiento, cloración, líneas de conducción hacia los hogares, servicios de limpieza, entre otros.
¿Es irreal imitar las prácticas por las que se premió a la municipalidad de San Lucas?
Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), procurar la sostenibilidad del agua no tiene por qué ser inalcanzable. Estos proyectos no siempre requieren un punto de partida millonario, pues pueden iniciar por iniciativas de concientización entre los vecinos.
Algunas de sus recomendaciones son comunicar a las personas de forma pertinente sobre la necesidad de no desperdiciar el agua, así como los aspectos a costearse para proveer el servicio. Esto, dice la institución, incluso puede hacerse a través de mostrar casos de ciudades donde no se impuso una tarifa adecuada, como California (Estados Unidos). Allí, gracias a las sequías y la depreciación del recurso, en un solo año se necesitó reducir su consumo en un 25 %.
Hay otras prácticas asequibles, como la siembra de árboles alrededor de cuencas para promover la captación de agua, como hizo la municipalidad de Huehuetenango. Incluso se puede ir de casa en casa a explicar a los vecinos cómo ayuda reducir el uso de plásticos par contaminar menos el recurso, como sucedió en Santa María Visitación o cosechar lluvia, como en San Pedro Soloma.
La alcaldía de San Lucas no fue la única premiada. También se reconoció a profesionales con trabajo enfocado en seguridad hídrica y a la Mancomunidad Gran Ciudad del Sur por la entrega de árboles para reforestar, sus análisis de calidad del agua y las mediciones a pozos municipales.
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