En siete municipios en amarillo realizaron menos de diez hisopados

26 agosto 2021

Representan un tercio de las ciudades con esta alerta, según el semáforo epidemiológico. Seis están en Sololá, donde algunos habitantes no creen en el virus. Uno más está en Huehuetenango.

Puesto de salud en Concepción, Sololá, donde están en alerta amarilla porque no se hicieron hisopados. Foto: ministerio de Salud.

Por Carmen Maldonado Valle

En la última actualización de alerta sanitaria frente a la COVID-19, 289 municipios se encontraban en color rojo, 32 en anaranjado y 19 en amarillo. Los últimos, de acuerdo con Salud, se catalogaron como tal porque en ellos no hubo más de 14 casos confirmados por cada 100 pruebas realizadas.

Siete de las ciudades en esta categoría, ubicados en Sololá y Huehuetenango, no obtuvieron ningún resultado positivo. Aun así, ninguno practicó más de seis tamizajes y hubo dos lugares donde nadie acudió a hacerse un hisopado.

En San José Chacayá, Sololá, el ministerio de Salud registra un test realizado en las últimas dos semanas. El alcalde, Luis García, lo niega. “Aquí la gente cree en el virus y se cuida. Otra cosa es no querer vacunarse y allí sí vamos mal”.

Según él, la comuna difunde campañas de información sobre la pandemia, los hisopados y la inmunización. Quizá, sostiene, la cartera tiene un subregistro “porque muchos habitantes trabajan en la cabecera y les exigen llevar los resultados de sus pruebas. Con la vacuna sí tenemos problemas, porque surgió el rumor de un muerto tras vacunarse en Totonicapán y aquí se cerraron desde entonces”.

A 29 kilómetros de allí, en el mismo departamento, está Santa María Visitación, donde también se hizo solo un tamizaje en los últimos 14 días. El jefe edil, Mario Dionisio, admite que la municipalidad delegó en el área de salud la responsabilidad de informar sobre las pruebas y hasta el momento no desarrolla una estrategia de comunicación para ello.

“Todos saben de la gravedad de la enfermedad, pero nosotros no podemos obligarlos a nada. Rechazan los hisopados porque son incómodos y a veces hasta dolorosos”, asegura. Al preguntarle si elaborará un plan de concientización sobre la importancia del examen afirmó que lo considera, pero aún no se sabe para cuándo.

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Mientras tanto, en Concepción, también en Sololá, el índice de positividad fue nulo porque no se hizo ninguna prueba. “Hemos ido de comunidad en comunidad a mostrarles los beneficios de examinarse, protegerse y vacunarse. Cuando casi convencemos a la gente llega alguien y les dice que nosotros mentimos para dañarlos”, cuenta el personal del centro de salud del lugar.

A decir de ellos, no se puede insistir porque los habitantes amenazan con sacarlos de las aldeas “a palos”, entonces solo les dejan volantes con información. A diferencia de las ciudades anteriores, añaden, en Concepción “la mayoría no se cuida porque no cree en el virus”.

El problema de no hacerse pruebas

Para Adrián Chávez, médico y exviceministro técnico de Salud, una detección temprana es fundamental para evitar infecciones graves. “Cuando no se hacen hisopados el riesgo entre la población incrementa porque no siempre notarán quién a su alrededor está contagiado”, asevera.

Para fomentar esto, explica Chávez, se debe encontrar a sujetos clave para informar a las personas sobre la pandemia. “Las comadronas, por ejemplo, son vitales en muchas comunidades y se les ve como autoridades. Si ellas ayudan a difundir el mensaje los habitantes lo verán con otros ojos”, agrega.

Él llama a estas personas “llaves” porque abren puertas entre las aldeas para dar informar y generan un ambiente de confianza, donde los ciudadanos se sienten seguros, no solo para escuchar, sino también para preguntar cuando algo no queda claro.

Además, a criterio del médico es necesario capacitar y equipar a las áreas de Salud para mejorar su respuesta ante la desinformación y atender de forma adecuada a quienes se enfermen.  

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