Las alertas municipales por color empezaron en julio de 2020 y se actualizan cada dos semanas. En algunos ciclos la ciudad no hace tamizajes, mientras en los demás no supera las nueve pruebas.
Por Carmen Maldonado Valle
Desde julio de 2020 el ministerio de Salud ha puesto al día 31 semáforos epidemiológicos. San Marcos La Laguna, Sololá, ha estado en alerta amarilla frente a la COVID-19 en 25 de ellos. No hace más de nueve pruebas por quincena y así ha conseguido alejarse de los otros dos colores.
El municipio está a 44 kilómetros de la cabecera departamental, a orillas de una zona turística, el lago de Atitlán. Aun así, eso no es una ventaja ahora porque “Estados Unidos tiene a Guatemala en alerta roja por el coronavirus y mucha gente de aquí vive de vender cosas a extranjeros. Ya les dijimos que mientras no se cuiden, seguirá la enfermedad y, por lo tanto, los ingresos bajos”, sostiene el alcalde, Vicente Mendoza.
Aunque la COVID-19 llegó al país en marzo, San Marcos la Laguna hizo su primer hisopado hasta el 26 de mayo y el resultado fue negativo. A partir de entonces ha hecho 110 tamizajes y nueve dieron positivo. A decir del jefe edil, los vecinos no quieren practicarse el examen porque lo ven como desconfianza en Dios o como un instrumento diseñado para contagiarlos.
Como la positividad suele ser baja, el municipio solo ha estado en alerta roja cuatro veces y en anaranjado otras dos. “¿Cómo no van a ser pocos positivos? Si el centro de Salud nada más hace pruebas de antígeno y estas solo detectan la enfermedad cuando hay una carga viral alta. Encima, solo atienden a quienes tienen síntomas”, explica Mendoza.
A través de Facebook la municipalidad invita a los habitantes a usar mascarilla y hacerse hisopados bajo el mensaje “recuerde que ningún gobierno puede controlar la pandemia si usted no pone de su parte”. En el centro de salud, sin embargo, el personal dice no tener pruebas suficientes para todos y solo atiende a quienes se sienten mal porque ese es el protocolo del ministerio.
La cartera, por otro lado, justifica evaluar solo a quienes tengan de uno a cinco días con signos de haberse contagiado porque “de ese modo aumenta la capacidad de la prueba de antígeno para detectar el virus”. Al preguntarle cuál es la alternativa para los asintomáticos o quienes tuvieron contacto con un enfermo no respondió.
Un estudio publicado en mayo de 2021 en la revista científica Nature, indica que esas prácticas son “erróneas”. Al no detectar la enfermedad en quienes se sienten bien se da un clima propicio para la propagación sin saberlo. Lo mejor es tamizar a los habitantes para aislar y tratar a los enfermos con prontitud, lo cual disminuirá también el riesgo de hospitalización.
No lo ven, no creen
Para Mendoza, además de esos motivos, San Marcos la Laguna reporta pocas pruebas porque aunque todos creen en el coronavirus “lo entienden solo como una gripe fuerte y creen poder superarla solos. Por eso algunas personas con síntomas no van al centro de salud aunque se les explique cómo esto se puede agravar”.
Ahora el lugar está en alerta máxima porque las únicas dos evaluaciones de los últimos 15 días resultaron positivas. Aun así, lo común allí es el amarillo, sobre todo porque de las 31 actualizaciones del semáforo epidemiológico, hubo ocho donde no se hizo ningún hisopado y así se le asignó ese color.
Por eso algunos dejaron de protegerse. “No podemos sancionarlos porque no lo hacen en lugares públicos, pero sabemos que muchos no usan mascarilla en los comercios donde trabajan porque sus jefes extranjeros no lo exigen. Cuando inspeccionamos sí se la ponen, entonces no lo podemos probar”, dice el alcalde.
En el lugar, el ministerio de Salud reporta 2 mil 532 mayores de edad y esta sería la población a vacunar. A la fecha, tres de cada diez tienen al menos la primera dosis. “Son los ancianos, porque quienes ven esto como una gripe simple y no quieren inyectarse son los jóvenes. No podemos mostrarles la gravedad de la enfermedad porque, para empezar, aquí no hay pruebas para detectarla”, concluye el alcalde.
También en San José Chacayá (Sololá) y Tectitán (Huehuetenango) pasaron de amarillo a rojo en el semáforo porque, tras semanas sin hisopados, hicieron evaluaciones y su positividad fue alta. Mientras tanto, San Pablo la Laguna y Concepción, ambos en Sololá, fueron de amarillo a anaranjado porque de las seis pruebas hechas entre los dos, el resultado de dos fue positivo.