Alquilar terrenos para sitios de disposición de basura es una práctica común entre municipalidades, incluso si el bien nunca les pertenecerá.
Por Carmen Valle
De enero a los primeros días de junio de 2024, dos alcaldías alquilaron tierras para llevar a estas su basura durante el año. Esto, sin embargo, no es la opción más conveniente según un especialista en manejo de desechos, sobre todo porque ese dinero representa un gasto, no una inversión.
La municipalidad de San Pedro Jocopilas, Quiché, rentó tierra por ocho meses con este propósito. Cada 30 días, la entidad pagará Q22 mil 500 a Quiché Limpio, S. A. (para un total de Q180 mil). Esta empresa también se encargó en el pasado de los servicios de recolectar los desechos sólidos de la Contraloría General de Cuentas, el Instituto de Fomento Municipal (Infom) y otras comunas.
Lo mismo hizo Esquipulas, Chiquimula. En enero se comprometió a pagar durante un año un alquiler de Q12 mil 500 mensuales por un inmueble de tres manzanas y media para volverlo el vertedero de la ciudad. El valor total a pagarse al finalizar el plazo será de Q150 mil.
El arrendatario es Álvaro Luis Leverón Martínez y esta es, en realidad, una relación heredada por el alcalde pasado de Esquipulas, Carlos Lapola. El contrato se firmó desde diciembre de 2023, un mes antes de la toma de posesión del nuevo jefe edil, Carlos Portillo.
“Seguí con este compromiso porque venía desde la administración anterior. Planeamos tener a futuro un relleno sanitario con planta de tratamiento para la basura, pero ahora no podemos. Primero porque aún necesitamos recursos y luego porque debemos terminar este contrato”, dice Portillo.
No es el primer terreno alquilado por municipalidades para basura
Esquipulas también alquiló tierras con este propósito en el pasado. En 2023 pagó Q137 mil 500 por cuatro manzanas de otro terreno. Ni en este ni en el contrato anterior se comprometió la municipalidad a devolver el inmueble en las mismas condiciones en las que lo recibió.
Otras comunas también hicieron lo mismo. Zacapa, por ejemplo, llevaba para 2022 cinco años de renta de un terreno con el mismo objetivo. Pagaba entre Q7 mil 500 y Q10 mil mensuales al dueño, y tampoco se comprometió a regresar el bien al menos parecido a como se le entregó. El gasto continúa en 2024.
“Estos inmuebles, aunque se intente, no pueden devolverse tal y como se recibieron. Cambian las características del suelo, la topografía, y así como no regresa el lugar en las mismas condiciones, tampoco lo hace el dinero”, explica César Masella, especialista en manejo de desechos sólidos. A decir de él, cualquier trabajo realizado por la municipalidad, aunque sea solo compactar la basura, requiere recursos y estos valen la pena cuando el lugar es propio, pero no en caso contrario.
“La mayoría de municipalidades utiliza estos terrenos solo como botaderos, no como rellenos sanitarios. Además de contaminar lugar ajeno, se provoca un daño ambiental”, añade. A su criterio, cuando estos lugares se cierran pueden volver a usarse como áreas verdes, como sucede en Japón, pero para esto se requiere dar un tratamiento adecuado a la basura, pero “no es costumbre en el país ni siquiera hacer rellenos bien diseñados. Menos lo es hacer cierres técnicos”, concluye.
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