Operó durante 64 años impulsada por las aguas del río Samalá. Abastecía de energía eléctrica a unos 300 hogares de Cantel, Zunil, Almolonga y la cabecera departamental.

Por Oscar de León
A la ribera del río Samalá, en Cantel, funcionó hasta marzo de este año la hidroeléctrica Chicovix de la Empresa Eléctrica Municipal de Quetzaltenango (EEMQ). La montó una empresa alemana y se desconoce si aún manufacturan dichos repuestos para las turbinas.
Sin embargo hay una cifra estimada de cuánto podría costar repararla: USD$1 millón 300 mil (alrededor de Q10 millones 100 mil), indicó el alcalde Juan Fernando López. Mientras funcionó cada mes generaba Q100 mil de ingresos.
Es una pérdida para las arcas municipales, indicó el jefe edil, aunque esa cantidad no cubría para pagar la planilla de 24 empleados en la hidroeléctrica. Generaba tres megavatios (300 kilovatios por hora) que abastecían a unos 300 hogares de los municipios de Cantel, Zunil, Almolonga y la cabecera.

El gerente de la EEMQ, Jorge Ávila, explica los inconvenientes en la tubería de alta presión las chumaceras y el desgaste de las turbinas. “Se le han realizado reparaciones menores, pero no son suficientes para su funcionamiento”, indicó.
Para el investigador e Ingeniero del Centro Universitario de Occidente (Cunoc), René Juárez, el problema de la hidroeléctrica tiene tres causas: la falta de tratamiento de los desechos sólidos arrastrados por el rio Samalá causó daño en las turbinas; sin manteniendo a tiempo por parte de autoridades y la capacidad de generar ingresos.
“El recurso energético sufrirá un incremento en el costo del servicio en la ciudad donde ha sido barato si se compara con el cobro en otros lugares”, dice. La hidroeléctrica ha tenido conflictos con diferentes distribuidores de energía, precisamente, por la venta a bajo costo.
De momento la comuna quetzalteca solicitó a USAID realizar un estudio para encontrar maneras de generar y repotenciar energía eléctrica, afirmo el alcalde López. En un video publicado en el facebook de la municipalidad habló de invertir USD$8 millones para tecnificarla.

Chicovix empezó a funcionar el 3 de julio de 1957 en Cantel.