Vecinos de Cantel gestionan sus cementerios, la comuna los ayudó con el trámite

14 abril 2022

Las comunidades quieren recrear camposantos tipo parques con placas conmemorativas a ras del suelo, árboles, jardines y grama, como los diseños de Estados Unidos.

Comunitarios invitaron al alcalde y su concejo para el acto de inauguración del cementerio de Pachaj. Foto: Mirna Alvarado.

Por Mirna Alvarado

De acuerdo con el último censo poblacional de 2018, Cantel, Quetzaltenango, tiene 42 mil 142 habitantes. La municipalidad estima que un promedio de 20 personas al mes son inhumadas en su Cementerio General fundado en 1915, con ello su capacidad fue rebasada.

Eso motivó a los comunitarios de la aldea Pachaj a organizarse. En 2019 iniciaron gestiones para obtener un predio comunal y darle ahí sepultura a sus habitantes, el poblado se encuentra a cinco kilómetros de la cabecera municipal. La pandemia fue otro motivo y, tras dos años de trabajo, ya cuenta con el espacio y la autorización municipal, sanitaria y ambiental para su propio camposanto.

Al principio se contempló la compra de 15 cuerdas, pero ante el desinterés de los comunitarios, solo consiguieron diez. El predio fue adquirido con fondos de la comunidad en tanto que la municipalidad colaboró con las gestiones ante el ministerio de Ambiente y Recursos Naturales y el de Salud para la autorización.

“Estuvimos varios días en la auxiliatura para recaudar fondos, pedimos Q125 por cabeza al final solo 400 personas colaboraron, pero al ver la necesidad otros se acercaron y fue como logramos reunir el costo de cinco cuerdas”, explicó Esteban de León, presidente del comité procementerio.

La aldea posee el título de propiedad de cinco cuerdas a un costo de Q105 mil, en tanto las otras cinco cuerdas aun no pasan a nombre de la comunidad. “Las otras cinco están a nombre de un vecino que se encuentra en otro país y nos ayudó a obtenerlo antes de que el dueño original vendiera el predio a otras personas. De nuevo recolectamos contribuciones para reunir Q105 mil”, añadió.

En un principio se pensó en que el cementerio sería solo para las personas de la aldea, pero ante la apatía para colaborar con la adquisición del terreno, se acordó que se aceptan solicitudes de personas que vivan en las aldeas vecinas. “El costo es de Q300 por un espacio de 2 metros con 10 centímetros de largo por 1 metro 10 centímetros de ancho, pueden llegar a la auxiliatura y hacer su solicitud”, agregó.

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El alcalde David Chojolán, señala que ante el crecimiento poblacional se determinó la posibilidad de ampliar el Cementerio General. Debido a la pandemia se gestionó un terreno municipal en la comunidad de Urbina cercano al reclusorio Granja Penal de Cantel, para sepultar a fallecidos por covid-19.

La oposición de algunos vecinos del lugar no permitió la autorización del mismo en 2020 y hasta este año lo habilitarán en dicha comunidad. Además, la aldea Xecam inauguró su cementerio el 20 de marzo.

“Tenemos en funciones tres cementerios, el de la cabecera, el de la aldea Chirijquián que empezó a funcionar hace 20 años, y el recién inaugurado en la aldea Pachaj. En planes, la ampliación del Cementerio General y otro que se habilitará en Urbina”, aseguró el alcalde.

“Los terrenos se adquirieron con contribuciones de los comunitarios, la municipalidad colaboró con las gestiones para la obtención los dictámenes de ambiente y de salud”.

Un camposanto tipo parque

El comité procementerio de la aldea Pachaj, con la venta de los predios planificó construir un cerco, una garita de seguridad, la contratación de personal de mantenimiento, la conexión de agua potable, drenajes y la construcción de sanitarios.

No se permitirá la construcción de nichos y mausoleos, únicamente la colocación de placas, panteones y cruces, pues entre los planes se pretende la colocación de grama natural. “Tomamos el modelo de los cementerios estadounidenses que tienen árboles, calles pavimentadas y otros elementos, así evitaremos que las personas se suban sobre las tumbas o caminen entre los muertos”, añadió Esteban de León.

Francisco Cortez, vecino de la comunidad, comentó que este tipo de proyectos beneficia a las comunidades, especialmente a aquellas distantes a la cabecera. “Ahora con la pandemia nos dimos cuenta de la necesidad de tener un espacio cerca porque a algunos paisanos los enterraron de noche o de madrugada, y tener que caminar hasta la cabecera resulta muy peligroso porque hay que atravesar la carretera”, señaló.

Te sugerimos esta nota: En las últimas dos décadas, el año con más cementerios autorizados fue 2020

Mirja Valdes

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