Solo dos alcaldías realizaron compras para fomentar la lectura en los últimos tres años

23 abril 2021

La municipalidad de Guatemala y la de San Pedro la Laguna, Sololá, fueron las únicas en publicar eventos para adquirir libros, a ello destinaron Q67 mil.

Este es el contenido de la caja cultural distribuida por la municipalidad capitalina. Foto: municipalidad de Guatemala.

Por Carmen Maldonado Valle

El Censo 2018 contó 17 millones 109 mil 746 habitantes en el país. De estos, solo uno de cada 100 lee por placer, según el Consejo de Lectura en Guatemala. La municipalidades de ciudad de Guatemala y la de San Pedro la Laguna, Sololá, fueron las únicas en realizar concursos entre junio de 2019 y marzo de 2021, para fomentar este hábito.

La primera fue la de San Pedro la Laguna, cuando en febrero de 2020 adquirió 823 libros para donar a seis escuelas primarias por Q27 mil 828. “Todos los años hacemos un desembolso relacionado con recursos para los alumnos. En 2019 fueron uniformes, en 2020 dimos libros y este año aún no sabemos qué será”, dice Edwin Méndez, el alcalde.

La municipalidad no tiene un monto específico para estas adquisiciones porque cada año cambia la cantidad de estudiantes en estos centros educativos. “Se le da a cada niño y no solo a un grupo. Tampoco definimos qué les daremos, porque los directores deben indicar lo que les hace falta para comprarlo”, explica el jefe edil. En este caso, se adquirieron textos con cuentos y ejercicios literarios.

La escuela Humberto Corzo Guzmán fue una de las beneficiadas y recibió 104 libros para ofrecer a cada estudiante. De acuerdo con Eliseo Álvarez, el director, se pidieron textos para facilitar la comprensión lectora porque “es una de las áreas más difíciles para los niños. Cuando cancelamos las clases presenciales cada alumno se llevó uno a su casa y además de sus tareas habituales les pedimos leer un cuento y resolver un ejercicio diario del libro”.

Cinco meses después de la adquisición de San Pedro la Laguna, la alcaldía de la Ciudad de Guatemala compró 2 mil 500 libros para el programa La Caja Cultural. Estos costaron Q39 mil 200 y la proveedora fue la librería Sophos.

La iniciativa consiste en entregar a las familias solicitantes una novela, historietas, un libro de ejercicios para niños, el Popol Vuh, y material para dos actividades artísticas. Las personas deben escribir a la comuna para pedirla y el único requisito es tener en casa a personas de entre seis y 18 años. Esta se entrega de forma gratuita hasta agotar existencias.

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Según la dirección de comunicación social de la entidad, el programa surgió a raíz de la cuarentena en Guatemala y hasta ahora se ha entregado cajas a 4 mil 500 familias. Esto, además, suplió algunas de las tareas del programa MuniEduca, donde la alcaldía habilitaba furgones alrededor de la ciudad con libros disponibles para los vecinos.

“MuniEduca se suspendió a raíz de la pandemia para evitar el riesgo de contagios. Mientras tanto, los furgones se utilizan como campamentos móviles de bienestar respiratorio para brindar atención primaria gratuita y kits médicos”, asegura el mismo personal.

Un país donde no se lee

Phillipe Hunziker, presidente de la Asociación Gremial de Editores, sostiene que hace una década un guatemalteco leía menos de un libro al año en promedio. “En mi experiencia como librero, podría decir que esto no ha cambiado mucho”, dice.

A su criterio, el fomento de la lectura debería recibir mayor atención por parte de las alcaldías porque los espacios intelectuales promueven la cohesión de las comunidades en un ambiente donde sus integrantes se sienten seguros. “La biblioteca Bernardo Lemus en Purulhá es un ejemplo, porque allí los vecinos no solo prestan libros, sino hablan sobre ellos, comparten sus experiencias y así se relacionan”, añade.

Hunziker explica, además, que si no se promueve este hábito las consecuencias saldrán a la luz en el índice de productividad del país, porque leer da a las personas pensamiento crítico y mayores posibilidades de entrar en el mercado laboral.

Entre 2008 y 2014, el ministerio de Educación (Mineduc) efectuó pruebas de rendimiento a estudiantes de tercero y sexto primaria en todo el país. Durante esos años, los niños solo respondieron correctamente la mitad de las preguntas relacionadas con la lectura. “Si no se fomenta el hábito, es probable que la situación continúe así”, previene el librero.

Porcentaje de respuestas correctas en matemática y lectura en las pruebas realizadas por el Mineduc. Foto: Dirección General de Educación.

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