El 80 por ciento de estos fondos proviene del Gobierno. El financiamiento es considerado irregular, pero alcaldes salen exentos de cualquier sanción.
Por Isaías Morales
El fútbol guatemalteco está desafiliado a nivel internacional desde hace más de un año, lo que implica que sus clubes no pueden participar en competiciones regionales. Sus selecciones (de diferentes edades) tampoco. A eso se añade que los señalamientos de corrupción hacia los dirigentes deportivos no cesan y con ello la posibilidad de ganar un título importante fuera de las fronteras o de llegar a un Mundial es remota.
Aun así las municipalidades destinan millones de quetzales en este deporte. Su función es ser un respirador artificial o salvavidas para el fútbol nacional. Una investigación realizada por Ojoconmipisto revela que siete de los 12 equipos de la Liga Nacional de Fútbol de Guatemala subsisten con fondos públicos.
Tan solo de enero a septiembre se desembolsaron Q9 millones, de los cuales un 80 por ciento son fondos provenientes del Gobierno Central. Al finalizar el año el gasto superará los Q12 millones. Esto significa una doble asignación constitucional para un mismo fin, ya que existe una partida presupuestaria específica para el deporte federado, según la Constitución.
La contribución de las municipalidades a los equipos de fútbol de la Liga Nacional es considerada ilegal por diversas fuentes consultadas. Por este tema la Contraloría General de Cuentas sancionó a la municipalidad de Petapa este mismo año. Es la única amonestación hasta ahora.
En el Congreso los diputados aseguran que no pueden intervenir, aunque sí reconocen que existe un descontrol sobre las finanzas municipales. Mientras que la Asociación de Futbolistas alega retrasos en los pagos de los salarios de sus representados, a pesar de las ayudas públicas.
Los alcaldes, por su parte, defienden estos elevados gastos. De hecho lo consideran menor a comparación de sus antecesores y descartan suspenderlos porque según ellos fomentan el deporte a nivel local. Desde la dirigencia de los clubes se considera insuficiente el apoyo y aseguran tener pérdidas económicas.
Desde planilla hasta balones
Al sur de Guatemala reside el Deportivo Siquinalá, un club fundado hace 13 años, cuyo éxito futbolístico subió como espuma en los últimos dos. En 2016 ascendió de Segunda División a Primera y este año a la Liga Nacional. Tantos triunfos en poco tiempo no son ninguna casualidad, ya que la municipalidad es su propietaria y principal financista.
En lo que va del año “Los Naranjeros”, como se les conoce, han recibido Q1.8 millones. La alcaldía lo cubre todo. Desde el gasto más alto como la planilla de los jugadores y cuerpo técnico, hasta el más mínimo como los balones que se utilizan para los partidos.
Esta investigación prueba que los gastos efectuados por la municipalidad no son fijos, según datos obtenidos a través una solicitud de Acceso a la Información entregada a la comuna. Desde que este equipo juega en la Liga Nacional el patrocinio mensual es de Q160,500 (solo para sueldos), sin contar los pagos de bus, alimentación, uniformes, balones, entre otros gastos. Hasta mayo, cuando Siquinalá todavía disputaba la Liga de Ascenso, recibía Q3,200 menos.
Se intentó obtener la versión del alcalde Carlos Stuardo Dardón Grajeda (del partido Unidad Nacional de la Esperanza), quien también es presidente del equipo, pero no fue posible contactarlo a su teléfono personal, ni en la municipalidad. La investigación “40 Alcaldías Bajo La Lupa” de Ojoconmipisto, publicado en junio de este año, reveló que en el expediente del jefe edil figuran siete denuncias, entre las cuales destacan los delitos de malversación, fraude y manipulación de la información. Hasta ahora ninguna de estas está ligada con el patrocinio a Deportivo Siquinalá.
Sin embargo, la inversión ya no rindió sus frutos en los últimos seis meses. En el presente Torneo Apertura (disputado de julio a diciembre), el equipo quedó en el penúltimo lugar de la tabla de clasificación con apenas 20 puntos obtenidos y 19 goles anotados. No logró clasificar a la siguiente ronda entre los seis mejores para competir por el título de Liga. En la próxima competición corre el riesgo de descender de categoría por su bajo rendimiento.
Malversación de fondos
Estos pagos realizados por las municipalidades corren el riesgo de ser malversación de fondos. Según el diputado Amílcar Pop, presidente de la Comisión de Probidad y Transparencia del Congreso, esto sucede porque la partida presupuestaria en la cual se registra no está clara.
“Por necesidad de publicitar los gastos ellos han cambiado los renglones, pero esto podría ser considerado delito de malversación de fondos. No hay una modalidad clara, hay quienes lo llaman como planilla y otros como programas de prevención de violencia”, manifiesta.
Las siete municipalidades patrocinadoras inscribieron los aportes de esta forma: cuatro como “transferencias a instituciones sin fines de lucro” (La Antigua, Guastatoya, Mazatenango y Siquinalá), dos como “servicios por actuaciones artísticas y deportivas” (Petapa y Malacatán) y la municipalidad de San Marcos no registró estos fondos, pero aclaró que provienen de la Empresa Eléctrica, según el acta municipal 12-2017. Esta alcaldía se negó, en un principio a dar información sobre el patrocinio otorgado. Por ello el Procurador de Derechos Humanos, a través de su auxiliatura de ese departamento abrió un expediente para que se agilizara la entregada de estos datos.
Los clubes profesionales del fútbol guatemalteco están registrados como asociaciones privadas sin fines de lucro, de acuerdo al portal de compras y contrataciones del Estado (Guatecompras). Sin embargo, ellos reciben pagos de las televisoras por las transmisiones de los partidos y patrocinio de otras marcas, además de las entradas que venden en los estadios. Es decir, sí obtienen un beneficio económico.
El apoyo también puede ser considerado inconstitucional. Esto porque cuatro equipos (Petapa, Siquinalá, Guastatoya y Suchitepéquez) utilizaron al menos Q7 millones transferidos desde el Gobierno Central, según dejaron constancia las municipalidades en las respuestas solicitudes de Acceso a la Información recibidas por Ojoconmipisto.
Según el artículo 257 de la Carta Magna esta aportación solo puede ser utilizada en un 90 por ciento para programas y proyectos de educación, salud preventiva, obras de infraestructura y servicios públicos que mejoren la calidad de vida de los habitantes; mientras que el porcentaje restante se debe destinar para gastos de funcionamiento interno.
Edie Cux, asesor legal de Acción Ciudadana (Capítulo de Transparencia Internacional), considera que “ya existe una asignación específica para el deporte y por ello las municipalidades no pueden realizar una competencia que le compete a otras entidades”. Los artículos 92 y 93 de la Constitución establecen que el deporte federado recibe el 1.5 por ciento del Presupuesto Anual de Gastos e Ingresos del Estado, el cual es administrado por la Confederación Deportiva Autónoma de Guatemala (CDAG) a través de sus federaciones. Este año solo la Federación de Fútbol de Guatemala (Fedefut) dispone de Q17 millones para formar atletas en sus distintas etapas.
Los estatutos de la Fefedefut establecen que los equipos están adscritos a la Liga Nacional de Fútbol, que a su vez es administrada por la Federación. Este reglamento también menciona que los dirigentes de esta entidad deben promover la fiscalización de los fondos utilizados en este deporte. Se buscó una postura del presidente de esta institución, pero no atendió a una entrevista solicitada a su dirección de comunicación.
Un juguete caro
Aun con esta millonaria inversión, los equipos consideran insuficiente el apoyo otorgado por las municipalidades. Ariel Fuentes, presidente del Deportivo Malacateco, indica que los Q240 mil mensuales aportados por la comuna no alcanzan.
“Nuestra planilla es de Q480 mil al mes. Aunque tengamos patrocinadores, la venta por las entradas y vendamos los derechos a la televisora (Albavisión) siempre tenemos un déficit de Q120 mil que arrastramos cada mes. Actualmente debo la cuarta cuota (noviembre). No es rentable, es un juguete caro que uno tiene como directivo”, expresa.
El dirigente de los “Toros de Malacateco” admite que preferiría dejar de recibir los recursos públicos a cambio de mayor solvencia económica. “Está escrito que mientras más patrocinadores tengan los equipos menos se depende de las municipalidades. Si pudiera vender el equipo la situación cambiaría, pero no se puede porque la ficha es de la alcaldía de Malacatán y del pueblo. Es la única distracción que hay ante tanta violencia”, justifica Fuentes.
En tanto, Carlos Figueroa, exfutbolista (de Comunicaciones y Municipal) y presidente de la Asociación de Futbolistas de Guatemala (AFG), considera que el apoyo de las municipalidades no garantiza que se pague a tiempo a los jugadores. “Hasta la fecha tenemos 50 procedimientos (demandas) contra clubes por atrasos de pagos, algunos de Suchitepéquez y San Marcos. Nosotros damos asesoría para que ellos accionen contra los presidentes de los equipos y posteriormente ante un Tribunal de Arbitraje de la Fedefut. El proceso puede tardar unos cuatro meses”, explica.
Los alcaldes consultados explican que el aporte otorgado no es muy alto, ya que no pueden financiar todos los costos.
La alcaldesa de La Antigua, Susana Heidi Asensio Lueg (del comité cívico Antigua en Buenas Manos), explica que el aporte anual de Q600 mil no es para pago de jugadores, sino para las ligas menores del equipo mayor. “Una municipalidad no puede sostener el equipo. Es muy difícil por lo costoso que es. El deporte es muy importante y por eso se busca inspirar a los jóvenes para que participen”, explicó.
Jorge Orellana Pinto, alcalde de Guastatoya (quien vendió entradas del Torneo Clausura 2017 en su oficina cuando su equipo quedó subcampeón), expresa que ellos solo cubren lo que haga falta en el equipo, sin entrar en más detalles. “Cuando ellos tengan algún déficit nosotros entramos a cubrir lo que haga falta de jugadores, gastos de viaje. Ellos evalúan lo mínimo. La anterior administración daba más dinero, nosotros pagamos lo que falte”, expuso.
Sin árbitro que controle los patrocinios
No existe una legislación específica que regule o prohíba este tipo de inversión o gastos de las municipalidades en equipos de fútbol profesional. Amilcar Pop admite que aunque son arbitrariedades cometidas por las municipalidades, el Congreso no puede intervenir por la autonomía municipal.
“Lo que sí tendríamos que buscar un mecanismo legal para fiscalizar mejor. La Contraloría debe generar este tipo de sanciones, pero las auditorías no han revelado con claridad el cómo y por qué de la utilización de estos fondos”, declaró Pop.
El también legislador y presidente de la Comisión de Asuntos Municipales, Felipe Cal, expresa que junto a sus colegas no pueden entrar a fiscalizar un tema en específico como este, pero sí reconoce que existen excesos de las alcaldías: “Es puramente conciencia de cada alcalde qué hacer. En los municipios hay tanta necesidad, por ejemplo desnutrición o falta de proyectos, pero los alcaldes hacen lo que ellos deciden”.
En mayo pasado la Contraloría General de Cuentas sancionó y denunció (ante el Ministerio Público) a la alcaldía de Petapa porque en 2016 desembolsó Q7 millones al equipo, de acuerdo al Informe Auditoría al Presupuesto del año 2016. A partir de ello el Concejo Municipal retiró el patrocinio al equipo a partir de julio, sin embargo, de enero a junio sí pagó Q3.2 millones destinados para pago del salario de sus jugadores.
Se solicitó a la Contraloría si existían más acciones de este tipo, sin embargo de 96 sanciones emitidas contra estas siete alcaldías solo destaca la de Petapa. Se buscó abordar a la directora de Auditoría a Gobiernos Locales, Alma Villeda, para conocer sobre si los auditores investigarán sobre estos aportes detectados, sin embargo, no contestó las llamadas realizadas a su teléfono.
El caso del Deportivo Petapa es el único en el cual las autoridades han intervenido. Ahora, sin el patrocinio municipal, este equipo logró el segundo lugar en la tabla de clasificación y llegó hasta las semifinales del Torneo Apertura 2017. Sobrevivió con el patrocinio de las marcas y el apoyo de su afición que paga por sus entradas.