Esta es la historia detrás del comunicado del alcalde de este municipio de San Marcos, rodeado de contrabando, cuyos esfuerzos por erradicar el coronavirus casi son asfixiados.
Por Claudia Palma
“Llegó el momento de cuidarnos nosotros mismos”, fue el mensaje que el alcalde Crysthian Omar Escobar Ángel, de San José El Rodeo, San Marcos, hizo llegar a los vecinos al anunciar el retiro de los puestos de control para prevenir la propagación del coronavirus.
“Debido a la inconformidad de los vecinos del municipio se ha tomado la decisión de dejar libres todos los puestos de control y monitoreo de prevención ante la COVID-19”, se lee en el comunicado del 14 de mayo.
Al menos un centenar de reacciones en Facebook, provocó el alcalde electo por el partido Compromiso, Renovación y Orden (Creo), por esta medida. “Nos hemos esforzado junto a diferentes instituciones gubernamentales y autoridades comunitarias de todo el municipio para proteger a nuestra población, ante denuncias hechas por parte de vecinos rodeenses e incluso de otros municipios, tomamos la desición de NO tener más puestos de control” (SIC), reiteró.
Esto provocó denuncias contra del alcalde por cerrar algunas de las entradas, asegura el concejal I, Albib Escobar.
La localidad de 17,881 habitantes según el Censo 2018, y donde la alcaldía no tiene un teléfono de planta, dista a 40 minutos de las fronteras de Tecún Umán y Talismán con el vecino México. Se ha convertido en un punto ciego de contrabando desde que la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) instaló su puesto en La Virgen, entre los municipios de Pajapita y Tecún Umán, reconoce Escobar.
“Instalamos puestos de control y sanitización en las entradas y salidas del municipio, vecino de Catarina, Malacatán (este jueves 21 de mayo amaneció con cordón sanitario) y San Pablo en donde hay casos positivos”, refiere Escobar.
“En esos puestos hacíamos conciencia a nuestros mismos vecinos de que no fueran a visitar esos lugares y extremaran sus medidas de precaución. Cerramos dos accesos: uno en el caserío La Unión, que colinda con Malacatán y el otro en Ixpetén, que también limita con Malacatán, y cerramos Santa Rita Ruiz, que colinda con Catarina”, detalla el vicealcalde.
En los puestos de control la mercadería era revisada y desinfectada con amonio cuaternario y peróxido de hidrógeno y se ponía especial cuidado en la que los vecinos traían de México en donde las medidas de prevención son menores. Esto sumado a la limitación de ingresar solo por dos puntos al municipio provocó la molestia de algunos vecinos.
Guardar el toque de queda ha sido una tarea cuesta arriba. Las unidades de la policía han sido apedreadas por ebrios que se resisten a cumplir el toque de queda y es usual el paso después de las 17:00 horas. Se ve circular picops de modelo reciente por los caminos rurales del municipio.
El portavoz de la Policía Nacional Civil, Jorge Aguilar, afirmó que no tienen denuncias de agresiones en contra de policías en San Marcos. Señaló que además del problema del contrabando, San José El Rodeo se encuentra en una zona en la que se han hecho erradicaciones de amapola. “La policía brindará los refuerzos necesarios para que los puestos de monitoreo sean reabiertos, pero el alcalde debe mantenernos informados para evitar cualquier conflictividad”, puntualizó.
Los controles siguen en el mercado municipal, donde distribuyeron más de 12 mil mascarillas. Según el sistema de Guatecompras la comuna ha erogado Q75 mil193 (en seis concursos: E471519537) para abastecerse de galones de alcohol en gel, caretas, trajes impermeables, mascarillas y bombas pulverizadoras entre otras adquisiciones.
A solicitud de los vecinos, este jueves 21 de mayo volvieron a instalar los puestos de desinfección, aún cuando la presencia policial es “sumamente precaria”, asegura Escobar.