Un estimado de mil personas escuchó el mismo mensaje populista del otrora líder del Frente Republicano Guatemalteco FGR. Solo el estruendo de una bomba voladora le dio la bienvenida.
Por Sergio Samayoa
Alfonso Portillo vestía pantalones vaqueros y una camisa a cuadros. Caminó, con paso cansado, a lo largo de una valla humana de aproximadamente 200 metros y, a eso de las 13:00 horas, subió a un modesto escenario adornado de morado.
El exmandatario lucía más delgado y canoso que hace 15 años, cuando visitó la cabecera departamental de Huehuetenango como candidato presidencial del Frente Republicano Guatemalteco (FRG). Llegó junto con el presidenciable de Todos, Lizardo Sosa; el secretario general del partido, Roberto Alejos Cámbara; y el candidato a diputado Cornelio García.
Sus acompañantes hablaron primero. Los tres arengaron, con insistencia, los logros de la administración portillista. Hablaron de la caída en los precios de la canasta básica y de la estabilidad en los del pollo y el azúcar. También de la entrega de fertilizantes a los agricultores de escasos recursos. “Tengo muchos amigos aquí en Huehuetenango. Tengo muchos recuerdos. Hace algunos años viví cerca de la escuela”, dijo Lizardo Sosa a los asistentes.
Llegó el turno de Portillo. ”Quiero a mi Guatemala y por eso sigo en la política. Me han dicho que me retire después de lo que me ocurrió, pero no lo haré porque mi país me necesita. Ya no me pueden hacer nada porque ya lograron lo que querían. Cambiaremos las reglas de juego para rescatar este Estado fracasado”, aseveró sus años de prisión ante una audiencia de mil personas.
La actividad tardó 30 minutos. Los líderes de Todos bajaron del estrado y enfilaron al municipio de Chiantla. Atrás quedaron los días en los que los simpatizantes de Portillo empezaban a llegar a las 7 siete de la mañana al parque y se iban a las tres de la tarde. Atrás quedaron los días en los que el exmandatario, acompañado por el general Efraín Ríos Montt y por la hoy candidata presidencial Zury Ríos, llenaban la plaza central y obsequiaba regalos.
El analista político Renzo Rosal afirma que Portillo ya no es el mismo. “Ahora se presenta como el candidato redimido, mesurado y reflexivo. Dice que su paso por la cárcel lo ha cambiado. El problema es que Todos es un partido sin militancia comprometida y su binomio presidencial es poco conocido”, señala.
En las elecciones generales de 1999, Portillo y su compañero de fórmula Juan Francisco Reyes obtuvieron 1,045,820 votos a nivel nacional y 61,669, en Huehuetenango. El FRG ganó, además, tres de las siete diputaciones distritales del departamento. Todos, en cambio, solo cuenta con 24,903 afiliados en todo el país y menos de 2 mil de ellos en Huehuetenango.
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Esta nota es producto del Diplomado «Periodismo Político y Electoral» que imparte el International Republican Institute, bajo la coordinación de Laboratorio de Medios, S.A. a periodistas de diversos departamentos de Guatemala. (La asistencia financiera y técnica que el International Republican Institute (IRI) otorga para esta actividad es provista por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y es posible gracias al apoyo del pueblo estadounidense).
