Tras dos años de pandemia y clases virtuales, en el país aún hay escuelas sin saneamiento. Algunas se remozarán este año, cuando finalice otro ciclo escolar.
Por Carmen Maldonado Valle
En marzo de 2020 llegó la pandemia a Guatemala y con ella, la suspensión de clases presenciales. Tras dos años en estas condiciones, 2022 prometía volver a las aulas, lo cual sería una ventaja para los 69 de cada 100 mayores de cinco años sin acceso a internet en el país. Esto no sucedió para todos, porque las escuelas sin saneamiento no permitieron un regreso seguro para la salud.
El 28 de abril de este año la ministra de Educación, Claudia Ruiz, reconoció estas deficiencias en centros educativos. Ojoconmipisto solicitó a la cartera información sobre ellos y así determinó cómo 15 de cada 100 no tenían agua y sus estudiantes debían seguir con clases en casa a pesar de que en Guatemala al menos 36 % de la población no tiene acceso a celulares, 77 % no usa computadora y 69 % no tiene internet, según el último censo.
A decir de Ruiz, este problema sería temporal porque se repararían 4 mil (de 5 mil 679) con fondos estatales y de entidades como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y Save The Children. En mayo se consultó al Ministerio de Educación (Mineduc) cuándo se harían esos remozamientos y mes y medio más tarde respondió que se llevarán a cabo durante el último cuatrimestre del año.
Los últimos cuatro meses de 2022 empezarán en septiembre y las clases para todos los niveles educativos terminan a más tardar la segunda semana de noviembre, como establece el decreto 3475-2021 del Mineduc. Aunque se dará prioridad al saneamiento, según la institución, “en realidad las municipalidades tienen la competencia de proveer agua potable a edificios escolares” y ella solo se encarga de darles mantenimiento.
Reparación de drenajes y cisternas, caídas pluviales y provisión de sanitarios sí son atribuciones ministeriales, asegura la Dirección de Planificación Educativa, pero instalar los sistemas, no. Aun así, de los 49 mil 264 centros educativos en el país, 40 mil 899 no tienen baños.
Uno de los apoyos principales para dar mantenimiento a escuelas son las Organizaciones de Padres de Familia (OPF), admite la cartera. Un ejemplo de esto es el caserío Chuisamayac en Santa Catarina Ixtahuacán, Sololá. Su centro educativo es uno de los siete (de 221 en todo el municipio) donde sí hay inodoros, pero enfrenta una dificultad distinta, resuelta cada año por los papás.
Durante la época de lluvia se abren agujeros en el techo, se caen las láminas y el agua se cuela hasta las aulas. Los alumnos y los maestros secan el piso y llevan los escritorios a los corredores, mientras los padres construyen galeras donde se puedan impartir las asignaturas, cuenta Juan Och, representante del consejo comunitario de desarrollo.
En estos dos años no se remozó la escuela de Chuisamayac, pero según el Mineduc sí hubo otras 2 mil 10 que sí durante ese período para facilitar el regreso de los alumnos a las aulas. Al preguntarle qué alternativas se ofrecieron y cuáles hay ahora para quienes no pueden volver y a la vez no tienen conectividad, no respondió.
En Santa Catarina Ixtahuacán la municipalidad invertirá Q857 mil para arreglar el establecimiento y forma parte de los Q1 mil 142 millones 300 mil 822 destinados por comunas para construir o remozar estos edificios durante los últimos dos años, de acuerdo con Guatecompras. “Lo vamos a hacer, pero no es nuestra responsabilidad. Le corresponde al Mineduc”, sostiene el jefe edil, Pascual Tambriz Tzep. Lo mismo dicen sus homólogos en El Progreso (Jutiapa), San Martín Jilotepeque (Chimaltenango) y Panzós (Alta Verapaz).
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