Hasta el lodo puede generar ingresos a las comunas, o una pequeña planta de biogás cambiar el destino de una comunidad sin energía eléctrica.

Por Claudia Palma
La construcción de plantas de tratamiento de aguas residuales requiere de grandes inversiones, algunas han sido levantadas con el apoyo de la cooperación internacional. No obstante, muchas alcaldías no cuentan con recursos para el mantenimiento, al poco tiempo dejan de funcionar.
Ojoconmipisto conversó con tres expertos: Raúl Maas, Director del Instituto de Investigación y Proyección sobre Ambiente Natural y Sociedad (Iarna) de Universidad Rafael Landívar; Alejandro García Rodríguez, arquitecto especialista en movilidad sostenible y transformación urbana, y Marion Hornquist, arquitecta y consultora ambiental.
Estas son cinco ideas propuestas por ellos para emprender el desafío de mantener una planta de tratamiento.
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Que las aguas se separen
Hay tres tipos de agua: las pluviales (limpias y potables) que no debieran descargarse junto con las otras dos: las aguas negras y las aguas grises.
Las aguas negras son tratables y reutilizables, el problema es que se mezclan con las aguas grises que llevan cloro y lejía.
Los municipios pequeños pueden crear la infraestructura necesaria para hacer esta separación. Eso permitiría procesar los residuos en plantas más pequeñas que funcionan con más facilidad y a un menor costo.
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Que se haga la luz
En las plantas de tratamiento se produce gas por medio de un proceso de fermentación de biomasa (desechos como el estiércol y residuos agroindustriales). El alto contenido en metano sirve para la producción de energía eléctrica o térmica a un bajo costo y pequeña escasa.
En Chile, las empresas generadoras en el Sistema Interconectado Central (SIC) y en el Sistema Interconectado del Norte Grande (SING), la ley 20.257 de 2008, obligó a que un 10 por ciento de sus contratos afectos provengan de energías limpias.
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En este lodo hay mucha riqueza
Las municipalidades pueden generar abonos y fertilizantes orgánicos con el lodo que generan las plantas de tratamiento de aguas residuales
En Perú, el Decreto Supremo 015-2017 aprobó el reglamento que regula el reaprovechamiento de este recurso con el apoyo del Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento para que empresas de agua, municipalidades y juntas de saneamiento utilicen el lodo y los comercialicen bajo controles técnicos sanitarios rigurosos.
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La unión hace la fuerza
¿Por qué cada mancomunidad debe pensar en su propio proyecto? No es lo mismo, por ejemplo, una cuenca en la costa sur, que las cuencas de Petén o de Izabal. Lo que puede ser exitoso en una cuenca, no necesariamente funcionará en las vecinas.
Pero la unión de los municipios en mancomunidades facilita la captación de recursos y emprender proyectos conjuntos. Generan sus propias iniciativas y los modelos deben ser adaptados a la realidad y dinámicas de cada cuenca.
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¿Corremos o pagamos?
Las municipalidades tienen muchas formas de hacer ingresos extras, por ejemplo comunas grandes como las de Guatemala o Cobán pueden invertir las ganancias de las maratones que organizan en plantas de tratamiento.
A quienes no les gusta la idea de sudar la camisola, otra opción puede ser pagar una tasa muy baja mensual o anual para el mantenimiento de drenajes y tratamiento de aguas residuales, de la misma manera que se pagan otros impuestos a las comunas.