Malacatán, allá donde los vecinos no duermen con tal de tener electricidad

07 junio 2021

No hay luz hace cinco meses y los habitantes se cansaron de esperar. Ahora invierten en generadores propios, pero les cuesta el sueño, la salud y la billetera.

Tienda de barrio a oscuras en Malacatán ante la falta de energía eléctrica. Foto: Eduardo Torres.

Por Carmen Maldonado Valle

En Malacatán, San Marcos, no hay electricidad desde enero. Con clases y trabajo remotos a causa de las restricciones por la COVID-19, los habitantes usan generadores con motor a combustible para arreglar el problema, pero el ruido los dejó sin dormir y ahora les pasa factura el cuerpo, el médico y las gasolineras.

Berly Marroquín es vecina de Malacatán y desde la salida de casa hasta la llegada a la oficina escucha el mismo ruido de las máquinas. “Es muy intenso porque aquí hay restaurantes, hoteles, oficinas y un montón de comercios alrededor. Todos encienden su planta y es un infierno el sonido, pero no hay cómo huir de él porque en todos lados está”, cuenta.

Hay aparatos de distintos tamaños, pero todos funcionan con gasolina de automóvil. Según la medida de los motores, los dueños gastan de Q125 a Q300 diarios para alimentarlos y solo pueden encenderse ocho horas diarias (cada uno decide el momento del día), de acuerdo con Marroquín. Además, se les debe dar mantenimiento cada 100 horas de uso, lo cual cuesta entre Q350 y Q600.

“A eso súmele el estrés y las visitas al médico. No puedo dormir, en la casa todos estamos de mal humor y gritamos a cada rato” dice otra vecina, Alis Hernández. Como estaba cada día más agotada, acudió al doctor y este le recetó somníferos, además de darle tapones para los oídos.

En su casa tenían un generador, pero decidieron quitarlo para disminuir el ruido. Ahora compran veladoras por docena para tener iluminación por las noches. Ella y Marroquín midieron el sonido a su alrededor con distintas aplicaciones móviles y determinaron que tenía 87.8 decibeles, el equivalente a estar al lado de una motocicleta, de acuerdo con la escala del Departamento de Salud de Estados Unidos.

“Exponerse a más de 80 decibeles durante más de seis horas diarias puede generar daños en los oídos. Incluso los vecinos ya podrían tenerlos sin darse cuenta y la pérdida de audición es irreversible si no se trata a tiempo”, asevera el otorrino, Luis Guerra. “Lo ideal en esas condiciones es usar orejeras, pero si tienen tapones, que se los pongan. No deben esperar a desarrollar tinnitus (zumbido en el oído)”, agrega.

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Para el médico, el sistema de respuesta de cada persona es distinto y a algunas no les afectará el ruido, pero lo común es que sí y en casos extremos puede generar la pérdida de frecuencias de sonido imprescindibles para el habla humana. Adrián Chávez, médico y exviceministro técnico de salud coincide: “debemos considerar también posibles padecimientos causados por el contacto con la gasolina”.

Investigaciones de la Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades, revelan que inhalar combustible de automóvil de forma prolongada puede generar enfermedades respiratorias y daños en el sistema nervioso. “Además consideremos los riesgos de la manipulación de la gasolina. Son inflamables y algunas casas pueden ser vulnerables”, explica Chávez.

Este video se tomó en días recientes en el cual se escucha el ruido de las plantas de energía eléctrica.

La empresa dice, la municipalidad dice, los vecinos dicen

A decir de Maynor Amézquita, vocero de Energuate, todo inició por una falla en cinco comunidades de Malacatán. Quienes tenían electricidad de forma ilegal no permitieron la entrada de la empresa para realizar reparaciones porque implicaría desactivar estos sistemas. Luego, agrega, estos grupos manipularon la línea y dejaron sin el servicio a 35 sectores más.

Para resolver el problema: “Dependemos de la voluntad de las comunidades, que permitan el acceso de las brigadas para corregir las averías y eliminar las conexiones directas”, sostiene Amézquita. La municipalidad pide de forma periódica información a la compañía, pero no ha propuesto una solución.

El alcalde, Emilio Gálvez, no contestó las llamadas de Ojoconmipisto a su celular ni al teléfono de la comuna, donde los empleados también se negaron a ofrecer declaraciones. “La energía eléctrica está a cargo de la empresa y es independiente a nosotros. Deben verlo con ellos”, dijo Jorge Meoño, el director de planificación de la comuna.

Por su parte, Luis Morales, un malacateco cuya mayor inversión de este año fueron Q80 mil en paneles solares para no comprar el generador, no está de acuerdo con los anteriores: “Yo pagaba la luz cada mes y sea la culpa de quien sea, justos pagamos por pecadores. El alcalde no da la cara por nosotros, la electricidad no vuelve y nadie se responsabiliza”.

Durante la quema de Judas de este año en Malacatán, los pobladores vistieron al maniquí como el alcalde, para protestar por la falta de electricidad. Foto: Facebook Okey Radio.

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Mirja Valdes

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