Contar con los sistemas de alerta temprana es clave para la respuesta de las autoridades locales, según el exsecretario de esta entidad, Alejandro Maldonado.
Por Isaias Morales
Una nueva tormenta convertida en huracán categoría cinco (a lunes 16 de noviembre) podría afectar al país en las próximas horas, según distintos boletines emitidos por la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred). Se trata de Iota que de nuevo se sitúa como amenaza para los municipios de la zona norte.
La anterior, Eta, dejó a su paso 46 fallecidos, 2 mil 034 viviendas dañadas y más de 706 mil damnificados. El Gobierno recurrió a un estado de calamidad para la reconstrucción y apoyar a los afectados.
Sin embargo, ahora que se avecina una nueva tormenta las autoridades locales y la Conred deben enfocarse en mejorar en responder a tiempo y evitar más tragedias. Ojoconmipisto conversó con Alejandro Maldonado Lutomirsky, ingeniero civil y exsecretario de la coordinadora.
El exfuncionario considera que lo primero es mantener activos los sistemas de alerta temprana para que las autoridades tengan la claridad necesaria para tomar acciones en las comunidades. “Es uno de los componentes importantes para implementar acciones concretas antes que se den más tragedias. Dos, la autoridades deben fortalecer estas herramientas, como la organización comunitaria de los equipos de reducción de riesgo».
La Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres de las Naciones Unidas (UNISDR) define los Sistemas de Alerta Temprana como “el conjunto de capacidades necesarias para generar y difundir información de alerta que sea oportuna y significativa”. Esto, con el fin de “permitir que las personas, las comunidades y las organizaciones amenazadas por un fenómeno natural, se preparen y actúen de forma apropiada y con suficiente tiempo de anticipación para reducir la posibilidad de que se produzcan pérdidas o daños.”
Maldonado indicó que este elemento es clave porque, tres, con ello se pueden mapear las amenazas y vulnerabilidades. La diferencia entre una y otra, explicó, es qué tanto pueda afectar cada vivienda o familia.
Esto último es uno de los compromisos que Guatemala suscribió en el Marco Sendai para el riesgo de Reducción de Desastres 2015-2030. Se trata de un instrumento que distintas naciones suscribieron para mitigar el impacto de los fenómenos naturales.
Entre las acciones de este documento resalta el papel de las municipalidades, cuatro, como establecer centros comunitarios para promover la sensibilización pública y almacenar los materiales necesarios para realizar las actividades de rescate y socorro.
Y cinco, deben capacitar a los trabajadores voluntarios en la respuesta a los desastres, reforzar la capacidad de las autoridades locales para evacuar a las personas que vivan en zonas propensas a los desastres y establecer un mecanismo de registro de casos y una base de datos sobre la mortalidad causada por los desastres a fin de mejorar la prevención de la morbilidad y la mortalidad.
Otro aspecto que Maldonado considera es que las comunas deben trabajar con la Conred en la elaboración los Planes de Ordenamiento Territorial (POT), ya que la información base para estos debe ser la investigación sobre las amenazas y vulnerabilidades.