El fin es convertir el lugar en un precursor de economía circular en vez de solo un acumulador de desechos sólidos.
Por Carmen Valle
El vertedero del kilómetro 22 de la ruta hacia el Pacífico se incendió al menos tres veces en 2021 y así se convirtió en el protagonista de titulares noticiosos y conversaciones entre el Ejecutivo y las municipalidades. La propuesta era cerrarlo pues sobrepasó su vida útil, pero después de no encontrar alternativa, se decidió renovarlo a partir de una inversión que hasta ahora suma Q17.126 mil 379 millones en concursos.
Quien administra el lugar es la Autoridad para el Manejo Sustentable de la Cuenca del Lago de Amatitlán (AMSA) y allí se depositan los desperdicios de al menos 30 ciudades. Según el ministerio de Ambiente, el lugar debía cerrarse en 2012, pero si se mejoraba el manejo de la basura se podría extender hasta 2021.
En ese año, cuando se quemó por la acumulación de gases, el Ejecutivo ordenó una vez más su cierre pero aún no había lugar alternativo para llevar los residuos. Para dar tiempo a encontrar una solución, el plazo se extendió a julio de 2022, cuando Ojoconmipisto reportó cómo las directrices cambiaron una vez más y el lugar continuará abierto.
Ese plan de comenzar a manejar con sostenibilidad los desechos sólidos, clasificarlos, pesarlos, obtener ingresos y generar electricidad a partir de ellos empezó a materializarse en los últimos meses. Desde agosto se adjudicaron nueve eventos en Guatecompras para construir una planta donde se separen los residuos orgánicos e inorgánicos, de acuerdo con el director de AMSA, Edgar Zamora.
En la actualidad, 63 de cada 100 toneladas de desechos en el lugar son orgánicas y estas planean convertirse en compost para generar ingresos a partir de ellas. Además, los materiales reutilizables encontrados, como papel y cartón, se venderán. Quienes se encargarán de separar serán los guajeros y ellos a su vez se convertirán en empleados formales de la entidad.
El contrato más caro es por la edificación de la planta, pues la estructura costará Q15 millones 900 mil. La empresa seleccionada fue Tecnologías Smart Home, quien postuló la oferta más barata de las tres. Los otros dos concursantes fueron Pretor, S. A. y Soluciones avanzadas para negocios, proyectos, asesorías y servicios ambientales, S. A., por Q23 millones y Q17.9 millones respectivamente.
Se compraron seis rollos de geomembrana por Q724 mil 968, pintura y químicos por Q88 mil 541 a Corporación Redmas. Además, Nader Nasser proveyó productos de metal por Q43 mil 976 y los Q368 mil 894 restantes se dividen en cinco adquisiciones de láminas a cargo de los dos últimos.
A decir del ingeniero ambiental César Barrientos, manejar adecuadamente los desechos sólidos en la cuenca del lago de Amatitlán no solo es importante para evitar incendios o malos olores, sino también para frenar la contaminación para ese cuerpo de agua.
La alternativa
Cuando aún estaban en pie los planes de cerrar el vertedero de AMSA, la solución esperada por las 30 municipalidades depositarias era un terreno de 19.8 manzanas adquirido por la alcaldía de Villa Nueva en 2016. Este, sin embargo, se encuentra en medio de un litigio por una presunta sobrevaloración y aún no se resuelve.
Al preguntar al portavoz de la comuna qué sucedió con esas tierras aseguró que el proyecto del nuevo botadero continúa, pues en el último año se han hecho estudios para habilitarlo y se trabaja en la ruta de acceso. Sin embargo, sigue sin tener fecha para usarse porque, dijo, la entidad depende de los permisos de los ministerios de Ambiente y Salud.
Mientras tanto, los cambios en AMSA también continúan y, tal y como refirió Zamora, la planta de separación está proyectada para empezar a trabajar en el primer trimestre de 2023.
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