Huertos familiares y producir café para prevenir migración en jóvenes

16 noviembre 2021

En Zunil, Cantel, Almolonga, San Carlos Sija, Colomba Costa Cuca y Quetzaltenango se desarrollan programas que incentivan a la productividad local.

El proyecto “Cadena de Valores de Café” atiende a 80 jóvenes del municipio de Colomba Costa Cuca. Foto: Mirna Alvarado

Por Mirna Alvarado

Hace un año, José Juan Velásquez, de 25 años, arrancó un proceso en Miramar, Colomba Costa Cuca, Quetzaltenango, con el propósito de generar ingresos  económicos, luego de haberse quedado sin empleo por la llegada de la covid-19.

Fue así como, luego de reforzar sus conocimientos en siembra, corte, lavado y secado de café, y con la ayuda de la Asociación Coordinadora Indígena y Campesina de Agroforestería Comunitaria Centroamericana (ACICAFOC), aprendió a tostar y moler el grano, así como las técnicas artesanales para consumirlo. 

Velásquez pertenece a la organización K´at B´e que se dedica a sensibilizar a adolescentes y jóvenes en temas de desarrollo humano y producción artesanal. La entidad cuenta con 23 personas, casi todos productores de café, banano y nuez de macadamia. 

Sin embargo, no llegan al consumidor final, es decir que deben utilizar mediadores para que el producto llegue al mercado, lo que significa pérdidas para sus familias.

“A futuro queremos comprar maquinaria para que todos los productores de café de Miramar tengan donde tostar o moler. Así, ya no dependeremos de intermediarios para vender el producto, y generamos empleos” contó Velásquez. 

En esta comunidad, según Velásquez, nueve de cada 10 jóvenes entre los 11 y 26 años tienen que migrar la Ciudad de Guatemala, México o Estados Unidos. Algunos alcanzan la meta, pero otros no. “En el mejor de los casos, vuelven y es ahí cuando tanto ACICAFOC como la Asociación de Investigación, Desarrollo y Educación Integral (IDEI), nos involucramos para enseñarles que en su tierra se pueden generar ingresos”, puntualizó. 

Velásquez señaló que uno de los efectos de la migración ha sido el abandono de terrenos. “Hay mucha tierra que no se trabaja porque se van familias enteras. Otras no producen por falta de conocimiento”. 

Karla Menchú representante de IDEI y ACICAFOC explicó que el proyecto “Cadena de Valores de Café” atiende a 80 jóvenes del municipio de Colomba Costa Cuca. De ellos 20 son retornados de Estados Unidos y México.

“Tenemos un convenio con Casa Nuestras Raíces y la Organización Internacional de Migración (OIM) y así contactamos a niños, adolescentes y jóvenes retornados para sumarlos al programa”, refirió.

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“La última fase del proceso de capacitación es darles a conocer las técnicas artesanales para preparar el café -barismo-, se les entrena para que puedan diseñar su marca y se les ofrece como centro de distribución Café Melate, una cafetería con objetivos sociales”, agregó Menchú.

Grupo de jóvenes que se familiarizan con la producción artesanal de café. Foto: Mirna Alvarado

Además del proyecto puesto en marcha en Colomba Costa Cuca, en los municipios de Zunil, Cantel, Quetzaltenango, San Carlos Sija y Almolonga se impulsó el programa “Del Campo a la Mesa”, que consiste en la generación de huertos familiares. 

“En este proyecto hay 180 hombres y mujeres de 9 a 25 años. El 50% han intentado cruzar la frontera hacia Estados Unidos, pero no lo lograron. Por ello los invitamos a participar en las capacitaciones y, finalizada esta etapa, les ayudamos a preparar la tierra y se les dota de semillas o pilones para que generen sus propias hortalizas”, indicó Menchú.

Gabriela Hernández, de 17 años, oriunda de San Carlos Sija, comentó que en lo que va del año ha logrado sacar tres cosechas.  “Aprendemos a preparar la tierra desde la cosmovisión maya, sembramos y cosechamos con el ciclo de la luna. Todas las hortalizas son orgánicas, no utilizamos ningún químico y eso le da otro valor”, comentó. 

Hernández, la cuarta de seis hermanos, contó que hace tres años su hermano mayor decidió migrar hacia la Ciudad de Guatemala. Después de un tiempo informó a sus padres que quería ir a Estados Unidos, pero en el trayecto perdió la vida.

“Lo ocurrido con nuestro hermano nos dejó una lección. Por eso cuando conocimos de este proyecto mis hermanos menores y yo le pedimos a nuestros papás que nos dieran un pedazo de terreno para sembrar. Hasta ahora nos va bien, tenemos pedidos al por mayor en el mercado”, aseguró. 

“Según la OIM a la semana llegan a la ciudad capital un promedio de 160 niños, adolescentes y jóvenes deportados de México y Estados Unidos; a Casa Nuestras Raíces en Quetzaltenango son cerca de 68, en el mismo periodo”, afirmó José Martín Yac director de la Asociación de Investigación, Desarrollo y Educación Integral (IDEI).

Mario González de 19 años, originario de Cantel, también se involucró con el proyecto “Del Campo a la Mesa”. El contó que un familiar viajó al extranjero porque no conseguía trabajo.  Y aunque llegó y lleva varios años trabajando en los Ángeles California, todavía tienen deudas. 

“Por eso decidimos aprovechar esta oportunidad y demostrar que en nuestra tierra podemos salir adelante. El campo es bondadoso. La gente piensa que solo podemos sembrar maíz pero el cambio agrícola favorece el medio ambiente”, enfatizó. 

“Con estos programas buscamos que la población joven cambie su forma de pensar, obtengan conocimiento sobre nuevas prácticas agrícola y se olviden de migrar”, concluyó Karla Menchú. 


“Esta nota es producto del Taller “Periodismo y Migración” que imparte el International Republican Institute (IRI), bajo la coordinación de Laboratorio de Medios, S.A. a periodistas de diversos departamentos de Guatemala. (La asistencia financiera y técnica que el Instituto Republicano Internacional (IRI) otorga para esta actividad es provista por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y es posible gracias al generoso apoyo del pueblo estadounidense.) Los puntos de vista y opiniones expresados en esta nota son de los autores y no necesariamente reflejan la política oficial de USAID o del gobierno de los Estados Unidos”.