El progreso de una ciudad no se basa en infraestructura, sino en la capacidad de satisfacer ciertas demandas en cada municipio y garantizar su calidad a lo largo del tiempo.

Por Carmen Maldonado Valle
En el Índice de Desarrollo Sostenible presentado en 2021, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) evaluó a 18 países latinoamericanos. De estos, Guatemala ocupó el puesto 16, con 48 puntos de 100 en reducción de vulnerabilidades.
Entre las principales dificultades del país se encuentran la falta de saneamiento y tratamiento adecuado de la basura, el poco acceso al agua y “los limitados presupuestos nacionales para la salud y la educación”, revela su informe.
Por esta razón, Ojoconmipisto consultó a un urbanista y a un experto en movilidad para determinar cuáles son las rutas de progreso para cada municipio y cómo determinar cuándo una ciudad ya es “del futuro”. Lo resumieron en cuatro indicadores:
1. Alcance de los servicios básicos
Un municipio desarrollado no es solo el que tiene semáforos y torres de apartamentos, sino aquel donde se vela por el bienestar de los habitantes, sostiene el economista y experto en urbanismo, Rudy Herrera.
“Es posible tener avances tecnológicos en un lugar y eso es un indicador de la capacidad de respuesta de las autoridades ante a algunas demandas de los vecinos”, explica. Aun así, cuestiona, “¿cómo un habitante podría disfrutar esas mejoras si no tiene agua en casa ni acceso a la salud? Preferirá irse”.
Entre los principales servicios a los cuales se debe prestar atención, de acuerdo con él, se encuentran el saneamiento, educación, drenajes y energía eléctrica. A nivel nacional, el último censo reflejó que uno de cada tres municipios tiene una cobertura menor al 40 por ciento de agua entubada dentro de las viviendas.

2. Opciones seguras y eficaces de movilidad urbana
Por otro lado, el arquitecto y especialista en movilidad, Alejandro García, insiste en la importancia de dar opciones de transporte a los vecinos para evitar una dependencia del carro. “Una ciudad donde hay progreso ofrece ciclovías, transporte adecuado a la cantidad de usuarios y una amplia cobertura. Mucha gente se muda porque donde vive no hay opciones cercanas para poder desplazarse a su trabajo”, explica.
A su criterio, no basta con implementar estas acciones sino también se debe asegurar su calidad a lo largo del tiempo y dar el mantenimiento necesario a las unidades. Pero sobre todo, “planificar más allá de las carreteras entre ciudades. Se debe poner más atención a la micromovilidad de barrio a barrio para mejorar ese servicio”, agrega.
3. Reducción de los “¿de verdad debo ir?”
Para Herrera, otro indicador de avance es cuando los vecinos dejan de preguntarse ¿de verdad debo ir? Porque allí se evidencian las necesidades insatisfechas. “A veces no se quiere salir de casa porque implica dos horas de tráfico, baches y la posibilidad de sufrir un asalto. En un municipio desarrollado, se hace lo posible por garantizar el ornato, la seguridad y opciones para reducir el tráfico”, sostiene.
De acuerdo con la Policía Municipal de Tránsito, en la Ciudad de Guatemala el congestionamiento se da, sobre todo, entre las 5:30 y las 9:00 horas, y luego entre las 16:30 y las 20:30 horas debido a que cada día circulan un millón de vehículos en promedio. Los principales puntos de tráfico lento son el Anillo Periférico, las calzadas Aguilar Batres, La Paz, Roosevelt y San Juan, la calle Martí y carretera a El Salvador.
4. Generación de oportunidades
Los especialistas apuntan a que otra medida de progreso se da en el nivel de oportunidades brindadas a los habitantes para autorrealizarse. Entre ellas mencionan costos de vida accesibles, generación de empleo y educación de calidad.
“Pero sin todo lo anterior no se va a lograr, porque va de la mano. Una vez más debemos preguntarnos, ¿cómo una persona podría aprovechar su potencial si no accede a servicios básicos?”.
En Malacatán, San Marcos, por ejemplo, trabaja Aidé Maldonado como maestra de primero primaria en una institución pública. La ciudad no tiene electricidad desde hace siete meses y muchos niños no pueden recibir todas las clases en línea. “Algunos estudiantes de siete años aún no pueden escribir. Es un retroceso porque no están al nivel adecuado. Las autoridades no lo resuelven y cuando vean los niveles de analfabetismo lo van a lamentar”.
Para los especialistas, en Guatemala aún no hay una ciudad donde se cumplan todos estos criterios, porque en cada una hay sectores donde todo está resuelto, mientras otros tienen necesidades insatisfechas. Aun así, dicen, velar por el acceso a servicios públicos de calidad y simplificar la movilidad para todos es un buen primer paso hacia el progreso.