Estas consecuencias pueden enfrentar los departamentos con menos vacunados

02 julio 2021

Si bien hay pocas dosis, Sololá y Totonicapán tienen los porcentajes más bajos de personas que se acercan a inmunizarse. Si esto no cambia, su futuro en cuanto a salud y economía corren peligro.

Es es el último lote de 150 mil dosis recibido por el ministerio de Salud, el 24 de junio. Foto: MSPAS.

Por Carmen Maldonado Valle

El tablero del ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) reporta 948 mil 878 dosis contra la COVID-19 administradas a nivel nacional hasta el 30 de junio. Aun así, hay departamentos rezagados: Sololá y Totonicapán, donde la vacunación ha cubierto a menos del cuatro por ciento de su población.

De acuerdo con la cartera, en Totonicapán hay 171 mil 792 habitantes, pero solo 6 mil 600 han recibido al menos la primera dosis (el 3.84 por ciento). Según el Ministerio de economía (Mineco), se trata de un departamento cuyas actividades económicas principales son la producción de artesanías y el cultivo de frijol, maíz, cebada y manzanas.

“Sí pueden enfrentar efectos adversos porque muchos de esos productos se venden a extranjeros. El turismo no se repondrá por completo a menos que los viajeros confíen en el sitio a donde se dirigen y eso es difícil si no hay vacunación”, explica la analista del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN), Irene Flores.

El Banco Mundial proyecta un crecimiento en los ingresos del país a partir de 2021, pero esto solo sucederá si entre cuatro y seis de cada diez guatemaltecos reciben el antígeno este año. Si la población se inmuniza, prevé la reactivación de todos los sectores, con énfasis en el. sector hotelero y el de entretenimiento.

En Sololá, por otro lado, tiene 290 mil 967 vecinos de los cuales 9 mil 227 se han inoculado (el 3.17 por ciento). Sus fuentes económicas mayoritarias son el cultivo de café, frijol papa y caña de azúcar, además del turismo, determinó el Mineco.

“A ellos también les afectará porque producen textiles y artículos de interés para los turistas, pero si los consumidores no ven el lugar como seguro para su salud no se tendrá el mismo número de visitantes de antes”, añade Flores. “Los índices bajos de vacunación afectan a los comercios grandes y pequeños por las restricciones derivadas de la pandemia. Sus ingresos se reducen, pero los gastos no”.

Por otro lado, el médico y exviceministro técnico del MSPAS, Adrián Chávez, califica las bajas tasas de vacunación como “preocupantes” porque el fármaco evita que los contagiados acaben en la unidad de cuidados intensivos, pero si las personas no están protegidas esta posibilidad se mantiene.

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A criterio del médico, estas cifras afectan a todo el sistema de salud por los recursos necesarios en los pacientes de gravedad. Por ello, “aunque aún no haya vacunas para todos, se debe al menos informar de manera correcta a la población sobre este procedimiento y así cuando llegue su turno estará dispuesta a inocularse”, sostiene.

Faltan vacunas y también hay renuencia

Al 30 de junio, Guatemala ha recibido 1 millón 329 mil 800 dosis. “A nosotros no nos han enviado tantas, pero también reconocemos la falta de interés por parte de algunos vecinos”, dice Cruz Sajvín, el alcalde de Santa Catarina Palopó, Sololá. Allí se registraron 71 personas y 58 ya tienen al menos la primera dosis.

A decir de Sajvín, en el lugar se informa a los vecinos sobre este procedimiento a través de anuncios en las radios comunitarias, perifoneo y charlas con los líderes comunitarios, pero no es suficiente. Según él, los rumores sobre efectos secundarios graves y la desinformación generan rechazo entre los vecinos.

Uno de ellos es Néstor Ovalle, un agrigultor que dijo a Ojoconmipisto: “¿Si la gente tiene fe en Dios por qué se pone eso? Jesús es el doctor de doctores y ni ese medicamento ni la mascarilla nos salvarán. Nos puede matar”.

Zulma Calderón, defensora de salud de la Oficina del Procurador de los Derechos Humanos (PDH), reconoce la falta del antígeno en estos dos departamentos, pero define esta debilidad como un ciclo: “Aunque tarde unos días, el ministerio manda las dosis según la gente registrada, pero a la vez los habitantes de estos departamentos no quieren inscribirse, entonces se apuntan pocos, llega el fármaco para pocos y se inyectan pocos”.

La aceptación es baja, dice, porque las campañas de información de la cartera “llegaron tarde”. Debieron realizarse antes de la llegada de la vacuna. Además, no se incluyó desde el principio a los líderes mayas y comunitarios para trasladar el mensaje a las personas.

A la fecha, el MSPAS reporta 14 mil 387 registrados para inmunizarse en Sololá, mientras en Totonicapán se han inscrito 15 mil 852. Y eso es poco.

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