Acostumbrada a recibir a cientos, a veces a miles de visitantes, desde hace algún tiempo se enfrenta, además, al paso de migrantes. Rebasó su capacidad para atenderlos sin descuidar a sus vecinos.
Por Ana Valdez
La migración de paso por Esquipulas, Chiquimula, es tal que acampan en carpas. Para ellos, acostumbrados a recibir a cientos de visitantes, admiten el alcalde, Carlos Lapola, es demasiado.
Según las estadísticas de la casa del migrante San José en Esquipulas cada día atienden entre 400 y 450 migrantes. Lapola difiere, los cuenta por miles. Improvisan carpas en los terrenos de la iglesia católica en las cercanías de la terminal de buses y de las empresas de remesas.
En los semáforos venden dulces y deambulan en grupos por las calles. Su permanencia cuadruplicó los servicios de limpieza y recolección de basura, indicó el alcalde. “Ahora estamos en invierno, pero habrá que prepararse en verano cuando el municipio enfrente escasez de agua”.
Busca con urgencia ayuda de embajadas para solventar el problema migratorio que va en aumento.
Vecinos solidarios, hasta cuándo
Jorge Martínez trabaja para la oficina de niñez y adolescencia de la comuna y participa en la mesa técnica de migración. “La población es muy generosa y siempre colabora, pero no es lo mismo organizarse para atender una caravana que suele pasar cada cierto tiempo que convivir con más de 400 migrantes que incluso pasan días aquí hasta que logran reanudar su trayecto”, dijo.
La comuna es parte de una mesa técnica y ayuda al Centro de Atención para Migrantes (Camir) en la que también participa la organización Médicos del Mundo, Cruz Roja, la Agencia de Refugiados de Naciones Unidas (ACNUR) entre otras.
“Hace unas semanas, la casa del migrante cerró sus puertas porque se quedaron sin insumos y los vecinos ayudaron, siempre lo hacen. Esta vez la municipalidad organizó una travesía en bicicleta o moto de Ocotepeque, Honduras, a Esquipulas. La cuota de participación son solamente cinco bolsas de fideos para ayudar a los migrantes. La actividad será el 14 (de septiembre y nadie se ha inscrito”, refirió Martínez.
La mayoría de migrantes proceden de Venezuela, Colombia y Ecuador, informó, Dickerson Erazo, de la casa San José. “Solamente podemos ofrecerles una noche de alojamiento y tres tiempos de comida”, agregó.
Las incomodidades son para todos
La comuna presentó una queja a la Dirección General de Transporte pues las líneas locales prefieren llevarse a los migrantes a quienes cobran entre USD$20 y USD$30 por un viaje de Esquipulas a Chiquimula y no a los vecinos de la población que suelen pagar una tarifa menor en quetzales. “Es un caos, la falta de colaboración de la policía es evidente y nosotros no tenemos suficiente personal. Esto puede salirse de control”, advirtió Lapola.
Uno de los vecinos consultados habló de una sensación de inseguridad generalizada en el municipio, y que los hurtos aumentaron.
“Es importante señalar las condiciones de inequidad, discriminación y pobreza que prevalecen en las regiones fronterizas por el poco desarrollo. Convierten a los migrantes en un colectivo altamente vulnerable ante la falta de atención en salud, higiene, seguridad, protección en sus derechos humanos ante las extorsiones de las que son víctimas”, afirmó Fernando Castro, experto en temas migratorios.
“La falta de presupuesto genera una seria problemática a las municipalidades que no tienen fondos asignados para atención a los altos flujos migratorios. Deben invertir en salud, seguridad, abastecimiento de agua y colocación de servicios sanitarios para tratar de controlar la situación sanitaria, así como la ubicación de viviendas improvisadas”, agregó.
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Por Mirja Valdés
Mirja Valdés
Quetzalteca que estudió Técnico en Periodismo y Licenciatura en Ciencias de la Comunicación en la Universidad de San Carlos. Reportera y editora en varios medios. Me gusta lo que hago. También los gatos 🐈.