Ubicación y apoyo interinstitucional: las claves del éxito de la vacunación en El Tejar

17 marzo 2022

Ahí, ocho de cada diez vecinos recibieron su esquema completo, y aunque el entusiasmo bajó para recibir la dosis de refuerzo, la gente sigue llegando a ponérsela.

A nivel país, El Tejar ocupa el cuarto lugar en población vacunada. Foto: Alejandro Pérez.

Por Alejandro Pérez

Son casi las 17:00 horas. El personal del ministerio de Salud que trabaja en el salón municipal de El Tejar, Chimaltenango, está por concluir una jornada más de vacunación contra la covid-19. Afuera, en un corredor de la comuna, esperan aún algunas personas a ser llamadas. El salón casi vacío y la reducida cola contrastan con la situación que se veía ocho meses atrás, cuando la afluencia era tal que en un solo día se vacunaron más de 1,000 personas.

Las jornadas se iniciaron el 8 de marzo de 2021, pero fue a mediados de julio cuando la cantidad de asistentes se incrementó drásticamente. Diez municipios de Chimaltenango estuvieron entre los primeros en empezar a vacunar a menores de 50 años. En El Tejar, la asistencia de personas era tanta, que el 16 de julio se tuvieron que suspender las vacunaciones, pues los suministros estaban agotados.

A la fecha, los datos del ministerio de Salud colocan a El Tejar en el cuarto lugar a nivel nacional en cuanto al porcentaje de población vacunada de primera y segunda dosis. Superado únicamente por la ciudad capital y San José del Golfo, en el departamento de Guatemala, y la cabecera departamental de Huehuetenango.

El ministerio de Salud registra en el municipio una aplicación del 102.3 por ciento de habitantes, mientras que el esquema completo (segunda dosis) cubre a un 86,6 por ciento de la población. Eso es un ocho de cada diez vecinos vacunados.

La comunicación entre la municipalidad y el personal de Saludo fue fluida, eso ayudó a motivar a los vecinos para vacunarse. Foto: Alejandro Pérez.

Los efectos de una ubicación estratégica

El porcentaje de personas vacunadas se mide con base en la cantidad establecida de pobladores de cada uno de los municipios. Un porcentaje superior al 100 por ciento indica que, para la primera dosis, a los centros de vacunación asistieron más personas que las registradas por los indicadores demográficos. Esto significa que no todos los vacunados son vecinos del municipio.

El Tejar se ubica a 51 kilómetros de la capital y el crecimiento urbano ha provocado que sus límites con los de la cabecera de Chimaltenango no sean tan fácilmente visibles. “Nuestro municipio es como un gran albergue”, expresa el alcalde, Julio Axel Figueroa, en referencia a que, entre sus pobladores, hay muchos que se movilizan diariamente por trabajo a Chimaltenango o a la capital.

Debido a su ubicación, El Tejar recibió para la vacunación a personas provenientes de los municipios de Parramos, San Andrés Itzapa y la cabecera departamental. Además, de Jocotenango y Sumpango, en Sacatepéquez y hasta de la Ciudad de Guatemala, entre los principales grupos identificados por el alcalde. “No había ninguna obligación de que vacunáramos únicamente a vecinos del municipio, así que vacunamos también a los de otros lados”, afirma el alcalde.

Karin Slowing, miembro de Laboratorio de Datos GT, considera que El Tejar cuenta con ciertas ventajas sobre otros municipios debido a esta ubicación y que es importante tomarlas en cuenta. Según indica, encontrarse dentro del área de influencia de la capital le permite a este municipio tener mejores opciones para el transporte y la movilización, de forma diferente a lo que ocurre en lugares con áreas pobladas más dispersas.

Slowing también menciona el desarrollo industrial del municipio, y es que a lo largo de la ruta interamericana, en la jurisdicción de El Tejar hay varias fábricas que emplean a trabajadores locales y de pueblos vecinos. La necesidad de mantener una producción activa hizo que muchas empresas les exigieran a sus empleados estar vacunados, por lo que este factor también pudo incidir en los resultados alcanzados.

Pero, en aspectos relacionados con la pandemia de covid-19, su ubicación también le provocó dificultades al municipio. El alcalde señala que, tanto por esa relación constante con Chimaltenango y la Capital por ubicarse sobre la CA-1, fue difícil mantener aislada a la población de contagios durante 2020 y 2021, de tal manera que el semáforo de restricciones estuvo siempre en rojo para esa localidad. “Somos la entrada a occidente, así que no se podía evitar”, sostiene.  Caracterizarse como ciudad dormitorio también le jugó en contra al municipio cuando llegaron las primeras restricciones de movilidad. “Muchos ya no pudieron ir a la capital y varios hasta perdieron su trabajo”, agrega el jefe edil.

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De primera dosis rebasaron el cien por ciento porque llegaron personas de municipios vecinos, incluso de la capital. Foto: Alejandro Pérez.

La colaboración entre autoridades

Pero también hubo otro factor que influyó en la asistencia masiva. Manfred Juárez, director del centro de Salud del municipio, considera que el apoyo recibido por la municipalidad fue un elemento clave para hacer más ágiles los procedimientos y alcanzar una mayor cobertura de personas vacunadas.

Además de la asignación del salón municipal, la alcaldía se encargó de dar una galleta y agua, café o alguna bebida dulce a los asistentes para hacer menos tediosa la espera en la cola. También se designó seis empleados municipales a apoyar directamente al ministerio de Salud Pública y Asistencia Social en la vacunación.

Esto no evitó que la espera fuera más larga de lo deseable para muchos. Juárez señala que, pese a los esfuerzos, los empleados del Salud no quedaron exentos de insultos o reclamos de algunos vecinos impacientes. “Pero es nuestra obligación y teníamos que seguir adelante”, manifiesta.

La comuna también contribuyó en la divulgación para lograr alcanzar al mayor número posible de vecinos. Figueroa agradece el trabajo de los Comités Comunales de Desarrollo (Cocodes) en este sentido. Según relata, la comunicación con ellos fue vital. Se les informó de las necesidades y ellos ayudaron a llevar la información a la gente.

Juárez coincide con el alcalde en ese sentido, no sólo con la asistencia al casco urbano por parte de los habitantes del lugar para recibir sus dosis de vacunas, sino también con la colaboración vista de la población en las vacunaciones a domicilio que se realizaron en las áreas más alejadas del centro. El funcionario aclara que las medidas tomadas por el personal a su cargo en El Tejar no son diferentes a lo que el ministerio de Salud pidió de cada municipio.

Para Slowing, la comunicación interinstitucional es un elemento clave que influye en el éxito o fracaso de los municipios en actividades como las vacunaciones masivas. Aunque aclara que muchas veces esa buena comunicación responde a una buena relación personal entre funcionarios.

La experiencia de El Tejar pone en evidencia también que, además del apoyo entre entidades, la colaboración y la voluntad de los pobladores constituye un aspecto determinante. En el caso de este municipio, Slowing considera que el acceso a la información que tienen sus habitantes también ayuda a inclinar la balanza a favor de estos resultados.

La dinámica de vacunaciones para el refuerzo o tercera dosis ha cambiado en comparación con los primeros meses de jornadas. La urgencia por vacunarse ya no es la misma y las colas en los centros de vacunación han disminuido de forma evidente.

Para esta dosis los indicadores de El Tejar también han cambiado. De un cuarto lugar a nivel nacional, el municipio ha bajado hasta el puesto 19 con un 30,5 por ciento de vacunados.

Sin embargo, la afluencia no se detiene y, aún a unos minutos de cerrar un día más de labores, el personal de Salud avanza en llenar la papelería y llamar a esas pocas personas que esperan en el corredor de la comuna para entrar al salón y recibir su dosis.

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