La pandemia llegó a Guatemala hace casi dos años y medio. Con cada nueva cepa, también cambiaron las preguntas alrededor de la enfermedad y cómo enfrentarla.
Por Carmen Valle
Desde marzo de 2020 en Guatemala se registraron al menos 1 millón 82 mil 925 casos de COVID-19 y 98 de cada 100 se recuperaron. Los otros dos murieron y equivalen a 19 mil 309 personas a la fecha, según el tablero de Salud.
La capital fue el sitio con más proporción de contagiados, pues uno de cada cuatro habitantes dio positivo en este período. Le siguen Antigua Guatemala, Jocotenango y San Lucas Sacatepéquez, con uno de cada cinco.
De acuerdo con los especialistas, los repuntes ocurren sobre todo con el surgimiento de nuevas cepas, como Delta y Gamma en septiembre de 2021, cuando 78 de cada 100 casos detectados pertenecían a estas variantes, de acuerdo con el Laboratorio Nacional de Salud. Lo mismo sucedió en 2022 con Ómicron, cuya transmisibilidad era mayor y por ello en junio hubo más contagiados en comparación con abril y mayo juntos.
Para aprender a convivir con el virus en las circunstancias actuales, Ojoconmipisto consultó a fuentes documentales y a una infectóloga experta.
¿Las cuartas dosis deberían ser solo para adultos mayores?
Según Boris Barrios, vocero del ministerio de Salud, solo pueden inyectarse la cuarta dosis anticovid quienes tienen más de 50 años o padecen una enfermedad inmunodepresora y deben haber pasado cuatro meses desde la tercera. Sin embargo, algunos jóvenes reportan habérsela puesto solo con cumplir la última condición.
En cualquier caso, la infectóloga Iris Cazali recomienda obtener los refuerzos de ser posible sin importar la edad: “Es la mejor opción porque las vacunas también disminuyen la probabilidad de padecer el síndrome postCOVID-19, el cual puede hacer persistir los síntomas incluso en pacientes que no mostraron severidad desde el principio”.
¿Es mejor esperar a las vacunas nuevas contra Ómicron?
El 15 de agosto Reino Unido se convirtió en el primer país en aprobar los inmunizantes bivalentes fabricados por Moderna, los cuales no solo atacan a la cepa original, sino también a Ómicron. A decir de Cazali, lo recomendable es inyectarse las vacunas disponibles en el país donde cada uno se encuentre, porque las dosis nuevas tardarán en llegar al resto del mundo y no se sabe cuánto.
Además, los biológicos actuales, aunque no en los niveles de la nueva marca de Moderna, sí demuestran eficacia ante Ómicron.
En Estados Unidos se retiraron varias medidas preventivas. ¿Ya podemos hacerlo aquí también?
En julio y agosto el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos dejó de recomendar el uso permanente de mascarilla y el aislamiento al tener contacto con un contagiado. Sin embargo, en ese país 79 de cada 100 personas tienen al menos una dosis, 67 completaron su esquema y 48 tienen refuerzos.
En Estados Unidos también cuentan con antivirales como el Paxlovid, utilizado en el tratamiento de pacientes moderados y graves con coronavirus. En Guatemala, en tanto, esta medicina aún no existe, mientras en inmunización 58 tienen solo una dosis, 45 tienen dos y 22 tienen al menos la tercera.
Esto, a pesar de que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) pidió a los países americanos llegar a siete de cada diez completamente inmunizados antes del 30 de junio de 2022 para desescalar de forma paulatina las medidas preventivas.
En esas circunstancias, la infectóloga no apoya quitar el uso de mascarilla ni el lavado de manos, pues las naciones no pueden compararse. Recomienda, en caso de haber convivido con un positivo, usar en todo momento mascarilla y evitar reuniones con varias personas.
Ómicron no se caracteriza por ser severo. ¿Puedo trabajar y hacer ejercicio si me enfermo y no tengo síntomas graves?
Cazali no lo recomienda, pues “tener coronavirus no es estar en un período sabático para terminar pendientes. La gente debe recuperarse y descansar todo lo posible, pero si se quiere continuar con el deporte para no perder condición física, se debe bajar la intensidad lo más que se pueda”.
En su experiencia, lo más beneficioso para el cuerpo si hay un contagio es dormir, porque también reduce la posibilidad de padecer COVID persistente. No sugiere comprar kits de probióticos porque no han demostrado ser buenos ni malos para enfrentar la enfermedad o mejorar las defensas.
Según la cartera de Salud, se continúa con las estrategias de casa en casa para llevar la vacuna a comunidades lejanas. Sin embargo, no se estima cuándo se alcanzará el 70 por ciento de población con esquema completo y por el momento tampoco es obligatorio el uso de mascarilla.