Santa Eulalia compra alimentos para prevenir la desnutrición, pero no invierte en saneamiento

28 septiembre 2021

En Guatecompras hay cinco adquisiciones de insumos para mejorar la seguridad alimentaria. Aun así, la última compra relacionada con el abastecimiento de agua ocurrió en 2019.

 Entrega de víveres a familias con niños desnutridos en Santa Eulalia.  Foto: Facebook / NS Noticias.

Por Carmen Maldonado Valle

Entre noviembre de 2020 y septiembre de 2021, la municipalidad de Santa Eulalia, Huehuetenango, destinó Q96 mil 555 para alimentos y medicinas con el fin de disminuir la malnutrición. Aunque también se requiere el acceso a servicios básicos para lograrlo, la comuna no registra adquisiciones relacionadas con saneamiento.

De acuerdo con el Sistema Nacional de Inversión Pública, hasta 2020 siete de cada diez niños menores de cinco años en esa ciudad padecían algún grado de desnutrición. Para reducir esos números, explica la directora municipal de la mujer, Lilian Esteban, se planificarían compras de leche, granos básicos y suplementos alimenticios.

Así, el primer gasto ocurrió el 13 de noviembre, cuando se pagaron Q1 mil 350 en amoxicilina para los menores a la farmacia “Búho Real”. Esta es representada por José Roberto Mateo Juárez, quien ocho meses después vendió jarabes, zinc y vitaminas a la comuna por Q19 mil 200.

El mismo mes, Mateo cobró otros Q5 mil 350 insumos de higiene para el cuidado de los bebés en el municipio, como pañales, gel antibacterial y jabón líquido. En septiembre se le pagaron Q8 mil 905 por más fardos con los mismos productos.

También se invirtieron Q61 mil 750  en distintos tipos de leche según las edades de los niños, fórmulas nutritivas, aceite, maíz, frijol, arroz, azúcar, avena y sal. Estos los proveyó la distribuidora agrícola y alimenticia JY.

“Quien nos asesora para saber qué comprar es el ministerio de Salud, entonces hacemos el requerimiento ante el concejo y después de la adquisición vamos a las casas”, sostiene Esteban, la titular de la dirección de la mujer. “Aquí hay mucha pobreza y los padres no siempre tienen cómo alimentar a sus hijos”, añade.

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Además de las bolsas con víveres, continúa, se enseña a las familias a hacer huertos, donde se cultiva zucchini, cebollas, papa, entre otros vegetales. Además, se les explica cómo manipular la comida de forma higiénica para disminuir las enfermedades gastrointestinales. De hecho, según Salud, este es el segundo padecimiento más común en niños en el lugar.

“Con estas prácticas sí han disminuido los índices de malnutrición en Santa Eulalia”, sostuvo Mayarí Cobón, nutricionista del área de Salud de Huehuetenango, aunque no recordaba el porcentaje exacto del decremento. Pero sí los datos a nivel departamental: “Así como sucede en ese municipio, la asesoría la damos a todos los demás. Hasta 2019 morían 32 niños en promedio por desnutrición, mientras el año pasado fallecieron 12”.

El agua aún no llega

La Política Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional estableció cinco ejes para mejorar los niveles alimenticios en Guatemala: cuidado del ambiente, priorización de poblaciones vulnerables, acceso a salud, disminución de la vulnerabilidad ante desastres y acceso a agua potable. Si esta falta, dice el documento, repercutirá también en la producción agrícola y pecuaria.

En Santa Eulalia solo la mitad de los hogares tiene agua a través de tuberías dentro o fuera de la casa, y solo uno de cada seis tiene inodoro, mientras los demás acuden a letrinas o pozos ciegos, de acuerdo con el Censo 2018. “Por mucho que un niño malnutrido coma, no se pondrá bien si el agua a su alrededor es insalubre”, asevera el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

En Guatecompras no hay adquisiciones relacionadas con el abastecimiento de este recurso desde 2019, cuando se construyó un pozo y se dio mantenimiento a las tuberías existentes. A decir de Esteban, la dirección de la mujer gestiona ante el concejo municipal proyectos para mejorar el saneamiento “pero aún no tenemos aprobación. Quizá la den el otro año”.

En octubre, una organización no gubernamental hará un proyecto piloto para llevar agua a comunidades donde no ese municipio, asegura Cobón. Durará tres meses y aún se afinan los detalles.

El alcalde es Augusto Sebastián Francisquez Pérez. Esta es su primera vez en el cargo y representa a la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE). Se intentó conocer su postura a través de seis llamadas a su teléfono personal, pero al cierre de esta nota no hubo respuesta.

Te recordamos esta nota: Agua, gallinas y vegetales, la fórmula para reducir la desnutrición en Comitancillo

Mirja Valdes

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