Se trata de uno de los municipios con más retardo en el crecimiento en niños. Ya existe un lugar para tratarlos, pero lleva años en malas condiciones.
Por Carmen Valle
San Bartolomé Jocotenango, Quiché, está a 37 kilómetros de la cabecera departamental y a 201 de la Ciudad de Guatemala. Tiene 13 mil 568 habitantes y la mitad es menor de edad, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística (INE). También tiene un distintivo: se encuentra entre las ciudades con más niños con retardo en el crecimiento.
El lugar está priorizado en la Gran Cruzada Nacional por la Nutrición, propuesta en 2020 para atender a los 114 municipios donde más de cuatro de cada diez menores presentaban algún grado de desnutrición. De estos, ocupa el puesto 57, pues 55 de cada 100 niños tenían deficiencias en talla.
Allí, cuenta Marvin Lajpop, el secretario municipal, funciona un Centro de Recuperación Nutricional (CRN) desde hace años, aunque no puede precisar cuántos. Este, sin embargo, solo tiene tres habitaciones, techo de lámina y no está suficientemente equipado para atender a quienes presentan problemas alimentarios.
Por eso, ahora se remozará por Q3 millones 605 mil para hacer un edificio con clínicas nutricionales, dispensario, comedor, áreas de estimulación, consultorios y emergencia. También tendrá laboratorios, salas de encamamiento y salones para educar sobre cambios de comportamiento al comer.
“Al CRN actual vienen nuestros habitantes, pero también viajan familias de Sacapulas, San Andrés Sajcabajá y San Pedro Jocopilas. Los atiende personal del área de salud y el técnico municipal en nutrición les da seguimiento para procurar el cumplimiento del plan recomendado”, explica Lajpop. Por lo general, los casos se localizan a través de visitas a las aldeas, en las cuales se pide a las personas afectadas acudir al centro, sobre todo si tienen niños menores de cinco años.
“En algunos casos a las familias les da miedo y no van. En esas condiciones sí pedimos a la policía acompañarnos para convencerlos porque los niños pueden morir o en el futuro pueden ser incapaces de estudiar o valerse por sí mismos”, añade el secretario. Cuando llegan, se les evalúa y diseña un nuevo plan de alimentación con recursos asequibles, mientras el técnico municipal entrega atoles o suplementos adecuados para quienes los necesitan.
El remozamiento estará a cargo de la constructora Vily, la única en ofertar. Su representante es Florencio Lúcas Argueta, quien lleva 11 años como proveedor del Estado y desde entonces obtuvo adjudicaciones por un valor total de Q17 millones 629 mil 683. Este es su segundo trabajo para San Bartolomé Jocotenango, porque en julio de 2021 construyó un puesto de salud por Q835 mil 500.
El CRN remodelado también tendrá un lactario, de acuerdo con el Sistema Nacional de Inversión Pública. Se trata de un lugar de almacenamiento de leche materna, por el cual las mujeres pueden guardar la suya en condiciones adecuadas para asegurar que el alimento para sus hijos no escaseará. También puede servir para recibir donaciones de leche y conservarlas para nutrir a menores sin acceso a esto.
Uno de los países en Latinoamérica donde se han implementado estos centros es Perú. Allí, los departamentos de recursos humanos de entidades públicas y privadas cuyo personal tenga hijos en edad de ser amamantados, deben tener lactarios. Incluso existen leyes para garantizar que el tiempo invertido en alimentar a los menores o en extraer leche para guardarla no se descontará de los salarios.
El nuevo edificio de San Bartolomé Jocotenango aún no empieza a construirse. A partir del inicio de los trabajos, la constructora tendrá nueve meses calendario para entregarlo.
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