Las obras fueron adjudicadas a Tomas Baten, propietario de la ferretería La Chiluense y una cantina con el mismo nombre.
Wendy del Cid
Ojoconmipisto
En lo que va de 2015, la municipalidad de Sacapulas, Quiché, o ha invertido Q359,466 en apoyo a iglesias católicas y evangélicas.
Este año, las principales adquisiciones de la municipalidad han sido aportes para materiales de construcción para iglesias y pago de mano de obra, según datos que figuran en Guatecompras. El año anterior solo se registra una adquisición de materia prima para la Iglesia del Caserío Chicua (NPG: E13422375) por Q48,600.
Doce de las 15 compras por este concepto fueron adjudicadas a Tomas Baten Hernández (Nit: 587876-6), propietario de la Cantina La Chiluense y Ferretería La Chiluense. Durante 2014 y 2015, este proveedor solo vendió a la municipalidad de Sacapulas.
El politólogo Phillip Chicola considera que las municipalidades deberían de abstenerse a realizar este tipo de aportes porque violan el principio de separa política de la religión. “Guatemala es un estado laico, por lo que al utilizar recursos públicos para promover la construcción de infraestructura de centros religiosos atenta contra ese principio”, afirma. Asimismo, este caso deja en “evidencia la arbitrariedad que hay en las municipalidades para la utilización de recursos públicos”.
Al respecto, el encargado de la Dirección de Municipalidades de la Contraloría General de Cuentas (CGC), Wesley de León, indica que las alcaldías no pueden aportar para construcciones en propiedad privada. “En la CGC velamos por que se tomen decisiones por el bien común y las iglesias no entran en ese ámbito (…) Apoyar a las iglesias es como ayudarle a un partido político a construir su sede”.
Se contactó al alcalde de Sacapulas Juan José Tiú Vicente, para cuestionarle sobre estas compras pero después de cinco llamadas y un mensaje no se obtuvo respuesta.