Las celebraciones no ocurren en silencio y, junto a los grupos musicales, también se adquiere pirotecnia para realizar espectáculos frente a los pobladores.

Por Carmen Valle
Tras dos años de suspensión de aglomeraciones, los torneos deportivos, las ceremonias y las ferias patronales se retoman de a poco en las ciudades. No dedican sus fiestas al mismo santo, pero sí tienen algo en común: todas requieren pirotecnia para abrirlas y clausurarlas, y por ello las alcaldías han pagado Q1 millón 378 mil 781 en lo que va del año.
La dos alcaldías con más dinero destinado a cohetes este año están en el altiplano. Quien ocupa el primer sitio es La Reforma, San Marcos, con Q121 mil, mientras el segundo lugar lo tiene San Bartolo, Totonicapán. Este último celebró su feria en honor a San Bartolomé el 24 de agosto y por ello contrató dos shows de bombas computarizadas y dos toritos de pólvora tradicional para arrancar con los festejos.
Para garantizar la existencia de fuegos pirotécnicos, a inicios de mes la comuna designó una comisión para conseguirlos, cuyo encargado era el vecino Rigoberto Ixchop. Este hizo las gestiones ante el concejo municipal para tener los fondos de los cohetes, los cuales costaron Q89 mil.
Santa Clara la Laguna, Sololá, también compró Q40 mil 800 en cohetes en agosto de 2022. Aunque no lo hizo para su feria, el personal municipal argumenta haber necesitado esta adquisición porque se intentan fortalecer las tradiciones en la ciudad y el show de luces es una de ellas.
Otro lugar donde se hicieron adquisiciones de este tipo fue Pachalum, donde en 2022 se gastaron Q8 mil 300, pero en lo que va de la administración fueron Q112 mil 573. Entre las actividades a las cuales se destinó esto se encuentran la fiesta patronal y “el parrandón de fin de año”, como le llamó la alcaldía. A decir del jefe edil, Boanerges Velásquez, la fiesta se realizó porque “no podía encerrar a mi pueblo por más tiempo. Me quemarían la municipalidad”.
De acuerdo con una investigación realizada por la Universidad de San Carlos (USAC), los fuegos artificiales se han convertido en uno de los referentes de las costumbres guatemaltecas, pues las fiestas patrias, las ferias y las celebraciones en general se identifican por el uso de cohetillos o giran en torno a ellos. La danza del torito, por ejemplo, depende de estos materiales para realizarse. Aun así, señala, no existe suficiente regulación en cuanto a cómo se fabrica.
En promedio, cada año desde 2015 hasta 2021 el país importó Q786 mil 470 en pirotecnia. Esta cifra asciende a Q10 millones 118 mil 81 en cuanto a exportaciones y la cifra más alta ocurrió en 2015, Q12 millones 268 mil 378 enviados al extranjero, según el Banco de Guatemala.
Los proveedores de shows de luces para las corporaciones ediles actuales son tres. Quien ganó más en estos casi tres años Carlos Gabino Hernández González, representante de Blue Sky. Por proveer exclusivamente a municipalidades, desde enero de 2020 obtuvo Q2 millones 210 mil 797.
El segundo con más ventas fue Carlos Rubén Vargas Archila, representante de Espectacular Ent. Desde 2020 vendió Q1 millón 829 mil 976 en cohetería a las comunas y en 2020, cuando disminuyó la demanda de estos insumos, les vendió mascarillas, alcohol en gel y estaciones de desinfección. En tanto, María José Lima Aguilar fue quien tuvo menos adjudicaciones, y percibió Q470 mil 315.
Durante el mismo período, el año con más dinero destinado a fuegos artificiales fue 2021 (Q1 millón 815 mil 526) y al menos una de cada diez compras se hizo para conmemorar el bicentenario de independencia. Por otro lado, el año menos exitoso para los proveedores fue 2020, con Q1 millón 316 mil 781.
En total, las alcaldías emplearon Q4 millones 511 mil 88 en pirotecnia a través de 468 compras. A cuatro meses de terminar 2022 y 122 fiestas patronales aún por delante, las administraciones llevan Q1 millón 378 mil 781 en fondos para esta industria.