Realizar conexiones de agua será menos complicado que remozar escuelas, prevén alcaldes

29 enero 2021

En escuelas dañadas por Eta e Iota el reto va más allá de abrir los grifos y surtirse de agua para que los niños puedan retornar a sus escuelas.

Jóvenes voluntario y personal de la municipalidad de Morales, Izabal, remueven el lodo sedimentado que dejaron las tormentas Eta y Iota. Foto: municipalidad de Morales, Izabal.

 

Por Claudia Palma

 

El ministerio de Educación puso fecha para reiniciar clases: 22 de febrero para los municipios que estén en color naranja, amarillo y verde, según el semáforo epidemiológico. Sin embargo, este regreso para algunos municipios depende de más que una conexión de agua para garantizar las medidas mínimas que prevengan el COVID-19. En donde Eta e Iota causaron graves daños es una labor cuesta arriba para las alcaldías.

Brigadas de jóvenes del Instituto de la Juventud  y trabajadores municipales en Morales, Izabal, trabajan en levantar en las escuelas gruesas capas de lodo sedimentado de las tormentas Eta y Iota. “No es solamente un tema de agua. Se perdieron escritorios, mesas modulares, pizarras. Algunas escuelas hay que reconstruirlas”, indicó Maynor Portillo, alcalde de ese municipio.

La semana pasada la alcaldía sostuvo una reunión con delegados de la Dirección Departamental de Educación y se acordó en una mesa de trabajo integrada además por maestros y sindicatos, que 11 establecimientos serán remozados. No obstante, se carece de presupuesto para compra de los enseres que se perdieron.

La municipalidad adquirió nuevo mobiliario y el antiguo será donado a las escuelas. “Hay tres comunidades en las que no se pueden usar los establecimientos, calculo que esta tarea nos llevará casi medio año”, indicó Portillo.

Si hay agua en el barrio o la aldea será sencillo realizar la conexión, pero remozar una escuela  en comunidades anegadas como Sebol,  es distinto. “El ministerio de Educación asignó Q75 mil por escuela. Esos recursos deben ser aprovechados al máximo así que la mano de obra la pondrá la comunidad con el apoyo de la comuna”, agregó.

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Carchá, Alta Verapaz, se encuentra en color naranja. Fue afectado por las tormentas Eta e Iota. Allí la municipalidad evaluó el estado de 13 escuelas, pero en algunos lugares como Chiyux ni siquiera se ha podido realizar esa labor, dijo el alcalde Winter Coc Ba.

“Como  municipalidad  estamos haciendo la limpieza de todas las escuelas, verificamos  techos, bases, tubería, pero no podemos hacer todo al cien por ciento. El ministerio de Educación maneja un presupuesto para eso”, se queja.

Las escuelas cuentan con tinacos y pilas, un día de asistencia de los alumnos bastará para que todo sea consumido, estima el alcalde. Las condiciones por ahora permitirán que los niños asistan a lo sumo dos veces por semana.

 

Levantar el lodo

En Río Hondo, Zacapa, los servicios de agua están en funcionamiento de nuevo, aunque los daños a las represas causados por las tormentas no siempre garantizan que el agua llegue limpia en ocasiones.

Para el alcalde Óscar Ernesto Mata, la dificultad en reanudar el ciclo escolar en este municipio que se encuentra en naranja es no poder garantizar el distanciamiento físico de los niños. “Tenemos escuelas sobrepobladas hasta ahora la solución que hemos propuesto es que los grupos se dividan, aún así hicimos un sondeo y los padres de familia no están de acuerdo en mandar a sus hijos”, refirió.

Para Verónica Spross, directora de Empresarios por la Educación, las municipalidades sí pueden tener un papel fundamental en la Educación, tienen parte del IVA Paz que lo pueden asignar a educación. Hay ejemplos como Salcajá, Santa Cruz Balanyá y otros comprometidos con mejorar sus escuelas. Una de sus tareas debe ser mejorar la infraestructura escolar y no contratar docentes, afirmó.

 

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