Una posible victoria del actual alcalde en pleno conteo de votos exacerbó los ánimos hasta anular los resultados. Este municipio costero de 13 mil empadronados volverá a las urnas con un historial político violento de por medio que se agudizó previo a la contienda.
Por Isaias Morales
Iztapa, Escuintla, vuelve a las urnas este domingo para elegir alcalde después de que un grupo de vecinos inconformes por los resultados sacaron las papeletas ya marcadas de los centros de votación. Y las tiraron a las calles.
Esto sucedió cuando apenas se empezaban a contar los votos. Las actas certificadas fueron insuficientes para que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) confirmara los resultados, se necesitaba más de la tercera parte. Por ello los 13 mil empadronados de la localidad volverán a votar por quién será su alcalde los próximos cuatro años.
Este es el panorama del municipio en conflicto contado en tres partes.
Esta es la municipalidad de Iztapa, uno
El edificio municipal de dos niveles guarda la historia de distintas administraciones que fueron portada en los medios de comunicación en los últimos tres períodos.
La entrada principal resalta por un moño negro que cubre la puerta de vidrio y las letras que identifican a la comuna. El luto es por un suceso ocurrido el día anterior, es el tema de conversación en el pueblo, aunque no con desconocidos.
Endhir Barrientos, el síndico primero, fue asesinado la tarde del martes 6 mientras visitaba la tumba de su hermano fallecido dos semanas antes.
Esa no es la única historia que guarda la municipalidad.
Hace 11 años el entonces alcalde Misael Ávila Escobar mató a su síndico e hirió al primo de este en plena sesión de concejo. Fue condenado por ello y por lavado de dinero.
En 2012 lo sucedió Edwin Chicas que llegó con UCN, y en 2015 con el ya cancelado partido Lider. Enfrentaba una solicitud de antejuicio por entregar vales canjeables a cambio de votos. Pero días antes de asumir su segundo período falleció en un accidente de tránsito.
En su lugar asumió Mario Mejía en 2016, el concejal I. Su gestión destacó por comprar y blindar un picop para su uso, sin dejar rastro en Guatecompras. La Contraloría lo multó por no transparentar este gasto. Es uno de los 10 alcaldes mejor pagados entre 185 jefes ediles investigados por Nómada. Él y su corporación ganan Q3 mil 500 por sesión de concejo.
Endhir Barrientos era uno de sus síndicos que en esta elección buscaba convertirse en el concejal I de Iztapa. Con frecuencia acompañaba al alcalde en actividades públicas.
Sujetos desconocidos se le acercaron y dispararon cuando visitaba la tumba de su hermano. “Fue un ataque directo”, la versión de la PNC local. El caso lo investiga la Fiscalía de Monterrico.
Los trabajadores de la alcaldía susurran sobre lo ocurrido. “Lo trajeron ayer (martes) a media noche”, para velarlo; “ya no dio tiempo para que se lo llevaran” (al hospital), “solo recuerdos quedan”. Eso comentan en los pasillos.
El concejal cuarto, Julio Morales conversa acerca de lo que pasó el día anterior y de cómo era Barrientos. “Espero al secretario para avisarle que voy a la capital a comprar una corona, las de acá son muy caras”, le dice a una de las asistentes. La corona de flores serán para el funeral de su compañero del concejo.
Iztapa tiene 77 mil habitantes. En 2018 registró siete homicidios, si se compara a su tamaño de población es una tasa de 58 homicidios por cada 25 mil habitantes, esta cifra es incluso superior a la media departamental de 46, según datos de la PNC recabados por Diálogos.
¿Cómo Iztapa llegó a esto?, dos
Roberto Imul es el presidente de la Junta Electora Municipal (JEM) desde las últimas dos elecciones, pero el 16 de junio los conflictos ocasionaron que él y sus compañeros renunciaran. La Junta Electoral Departamental (JED) no se las aceptó. Su compromiso es hasta la segunda vuelta
Imul cuenta cómo dos de sus compañeros fueron perseguidos por grupos de inconformes cuando fueron a recoger las cajas con las papeletas. “Detuvieron el vehículo donde se conducían, querían lincharlos, lograron escapar y se escondieron hasta que las cosas se calmaron”, recuerda.
Una maestra de una las 17 escuelas de Iztapa estuvo en uno de los centros de votación. El problema, dice, comenzó en la escuela conocida como Morenas, y se extendió a la aldea Wiscoyol y posteriormente al centro en Reyna Barrios.
Antes de finalizar el conteo, las papeletas marcadas por los votantes aparecieron tiradas en los pasillos de las escuelas y las calles del municipio. La docente entrevistada asegura que lleva más de 20 años en el establecimiento que trabaja y no había visto antes una situación de conflictividad similar.
El alcalde Mejía ganaba con más del 50 por ciento a su favor cuando empezaron los disturbios. La ventaja le representaba 1 mil 707 votos, frente a una diferencia de más mil respecto a sus adversarios. Solo se procesaron 13 de las 37 mesas habilitadas, según datos preliminares en el sitio de resultados del TSE.
Hay un cruce de señalamientos entre los candidatos. Los correligionarios de Prosperidad Ciudadana señalan a la UNE, quien postula a Jonatan Zarceño y que llevaba 767 votos en el segundo lugar. Se buscó al candidato y los representantes del partido en la sede municipal, pero no fueron localizados. En sus teléfonos proporcionados tampoco respondieron las llamadas.
“El asesinato del síndico lo atribuimos a algo político. Ellos han dicho a viva voz aquí va a correr sangre si queda otra vez el alcalde,” dice el secretario municipal Hugo Salazar.
Por esta pugna el 7 de agosto los 11 candidatos firmaron un pacto de no agresión, ni violencia y prometieron respetar los resultados de las elecciones. La candidata de Semilla, Celestina Cortez, pide que se respete este acuerdo, ya que asegura son los políticos los que deben dar el ejemplo y no provocar a sus simpatizantes.
Un día después de la firma de acuerdos la tensión no cesó. El alcalde intentó entregar víveres en un centro de votación, pero la JEM logró frenar su intención. Esto para evitar malinterpretaciones de los partidos y que no agrave la conflictividad.
El plan para evitar el conflicto, tres
La preocupación la comparten todos los involucrados en el proceso electoral. Los 180 integrantes de las juntas receptoras de votos a cargo del conteo, en un principio se negaron a volver a los centros de votación.
No existía seguridad para su resguardo, dijeron. Por cada centro de votación asignaron tres agentes de la PNC.
El subinspector de la PNC en la localidad, Leonel Canil, prefirió no comentar lo acontecido el 16 de junio pasado. “Yo entré acá el 11 de julio, el 11 de agosto cumplo un mes y ya pedimos el apoyo para resguardo de los centros de votación y las personas que participen ese día”.
Canil pidió más de 350 agentes de la policía para prevenir ante cualquier incidente el domingo 11 de agosto. Aún no le confirman cuánto apoyo le darán.
Las calles del centro de Iztapa se empezaron a rodear de policías esta semana. Hay una patrulla más de la que tenía la subestación y agentes que custodian los alrededores de los centros de votación.
La JEM también tomó sus propias medidas. Imul, su presidente, y los cuatro integrantes acordaron mover dos centros de votación. El del sector Las Morenas, donde comenzó la conflictividad, y un salón municipal que se remodeló, por esta razón los vecinos que votaron en los anteriores lugares deberán ir a dos parqueos de hoteles que el TSE alquiló para el domingo.
Los 11 candidatos firmaron un acuerdo de no agresión y de respetar los resultados. Iztapa vuelve a las urnas este domingo, custodiado por más policías en medio de un clima de tensión. Sus vecinos esperan volver a la tranquilidad como era su municipio hace 11 años.
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