Vecinos que residen en inmuebles protegidos en la zona 1 reclaman que la municipalidad agilice y mejore los procesos para reparar y reconstruir sus propiedades.

Por Shirlie Rodríguez
El Centro Histórico de la cabecera de Quetzaltenango es uno de sus atractivos para turistas, pero la experiencia es otra los residentes y propietarios de la zona.
En junio de 2017 varios inmuebles se dañaron en la fachada y el techo con el sismo, desde entonces piden trámites más ágiles en la municipalidad para obtener permisos de reparación. Con esos daños no pueden alquilar ni vender.
Noé Gómez Quiej es vecino desde hace 40 años de la zona 1 de esa ciudad. Cuenta las complicaciones de una vivienda protegida por el reglamento de la Oficina del Centro Histórico (OCH). Desde solicitudes escritas, inspecciones y seguimientos de sus casos para que avancen sus permisos.
Su vivienda resultó afectada por el terremoto de 2017. Algunas de las partes del techo cayeron y las paredes se rajaron. De momento colocaron algunas barreras de nylon para evitar que más ladrillos se desplomen y que representara riesgo para la población.
“Estoy de acuerdo que se tenga un orden en la municipalidad, pero es más fácil que alguien salga lastimado porque se caiga un ladrillo o una piedra de las casas de este sector a que nos ofrezcan solución”, reclamó Gómez Quiej.

El Centro Histórico de Quetzaltenango abarca la zona 1 y algunos sectores de la zona 3. Según el Reglamento del Centro Histórico, la definición de este espacio está descrita así: “se entiende la parte más antigua de la ciudad, aquella donde se ubican con mayor densidad la mayoría de los edificios con valor patrimonial, que rememoran la historia de la misma, su origen y desarrollo”.
Se incluyen sectores como los barrios San Antonio, San Bartolomé, El Calvario, Las Flores, Parque Bolívar y San Nicolás.
Otra vecina del parque a Bolívar, zona 1, también recuerda que hace ocho años realizó la remodelación de la entrada de su vivienda y pasaron al menos cinco meses para que le autorizaran los trabajos y con esto perdió tiempo, dinero y los trámites fueron engorrosos. “A veces quieren que se les paguen comisiones extras, pero yo no estuve dispuesta a eso. Tampoco quería que me multaran por hacer trabajos sin autorización, por eso esperé”, dijo.
A inicios de enero 2023 se conoció que Otto Juárez, director de la OCH, dejaría la entidad después de 25 años al frente. Varios proyectos quedaron pendientes como la reparación de las calles empedradas propuesta desde 2019.
Otro plan de esta oficina era remodelar la 12 avenida de la zona 1 (Cuesta de San Nicolás, donde pretendían ampliar el paso peatonal y retirar los espacios para el parqueo de vehículos. También quedó en propuesta.
Marck Juárez, director de comunicación de la comuna confirmó que ya se cerró el plazo para la recepción de expedientes de aspirantes, aún está en evaluación en Recursos Humanos y no hay una fecha para elegir a la persona.
Actualizar la norma
El urbanista Luis Fernando Castillo, dice que para este puesto sería esencial que la persona además de ser arquitecto de profesión, tenga algún postgrado en el tema de conservación y patrimonio, también saber gestionar proyectos.
Agregó que, para la OCH quetzalteca, el concejo debe evaluar, pues tiene la responsabilidad de conocer las necesidades para mejorar o modificar el reglamento. El actual tiene más de 20 años desde su aprobó.
“A nivel administrativo se necesitan cambios, mayor agilidad en la atención de solicitues de permisos en el Centro Histórico. La municipalida necesita procesos más rápidos. Los ciudadanos no comprendemos el valor histórico de los espacios y ahora lo usamos como un centro moderno cuando ya tiene cientos de años, pero debemos atender también a su cuidado”, aseguró Castillo.
Para Luis Fernando Gómez, quien ha trabajado y desarrollado proyectos en este sector, la calidad de vida en el Centro Histórico se ha deteriorado. Hay preocupación de los vecinos que quieren realizar remodelaciones o pintar sus casas, lo cual se convierte en trámites engorrosos.
Por estos días, Gómez gestiona un proyecto de renovación urbana y lleva más de un año en los trámites a seguir en la OCH, un desafío para él y su equipo. “Entendemos la parte técnica, los parámetros y la coherencia con el paisajismo del lugar, pero ahora es una normativa rígida”, explicó.
Gómez dice que se espera que para un futuro próximo se tenga una mejor gestión dentro de esta oficina municipal y que se cuente con el personal capacitad que incluye arquitectos, paisajistas, restauradores y otros, que ayuden a mejorar el espacio.
Mientras se deciden quién dirigirá la OCH, los proyectos municipales y solicitudes de vecinos aguardan para realizarse o su aprobación.