En el concurso más costoso de la municipalidad, el alcalde adquirió estos productos con el fin de que las mujeres del lugar tejieran sus prendas.
Por Carmen Maldonado Valle
En una ceremonia con flores, serpentinas, pino en el piso y con la participación de las reinas comunitarias, los habitantes de San Rafael Pétzal, Huehuetenango, se reunieron para recibir las 11 mil 500 libras de hilo que la municipalidad adquirió para repartir entre las tejedoras locales. Este serviría para que cada una pueda elaborar un corte y un güipil para su propio uso.
Durante el acto en el que se reunieron al menos 70 personas, el hilo fue bendecido por un religioso. Además, según las fotografías publicadas en la cuenta de Facebook de la comuna, las autoridades municipales cortaron un listón antes de entregar la compra a las beneficiarias. A pesar de la pandemia, los participantes se abrazaron para celebrar.
El concurso por el hilo, valorado en Q899 mil 300, fue adjudicado el 19 de octubre. La distribuidora “Orlon” fue la encargada de proveer las 6 mil 900 libras de hilo corinto y las 4 mil 600 libras de hilo negro que ordenó el alcalde,. Esta propuesta era la más costosa. La otra oferta estaba a cargo de Macario Quino, que ofrecía los mismos materiales por Q874 mil.
El requerimiento lo hicieron las juntas directivas de los nueve consejos comunitarios de desarrollo del lugar entre el 20 y el 23 de julio de 2020. Cada uno entregó al alcalde una carta idéntica a la de los demás, solo cambiaban los nombres de los signatarios y la cantidad de hilo solicitada.
Los documentos exponen que los trajes ayudan a promover la cultura maya y que el 99 por ciento de las mujeres de San Rafael Pétzal lo usa, pero que desde el inicio de la pandemia ellas no pudieron ir a trabajar a fincas y se quedaron sin el dinero necesario para obtener los materiales con los que confeccionan sus trajes. “La mayoría tiene baja escolaridad (…). La pobreza y extrema pobreza en el área rural (ha) afectado el ingreso de las familias. A raíz de esa gran necesidad, las organizaciones de mujeres de nuestro municipio han priorizado un proyecto de hilo”, se lee en las cartas.
Aunque el pedido se hizo para que las mujeres se vistan, la municipalidad asegura en Guatecompras que la adquisición tiene el objetivo de fomentar el crecimiento económico de las aldeas. Kalinery Morales, el alcalde, explica que comprar hilo es “muy importante” porque las pobladoras pueden decidir entre usar los trajes o venderlos para aumentar los ingresos familiares.
“Nosotros pensamos en el valor del traje. Cada uno de los güipiles, ya con adorno valen como Q2 mil 500, y los cortes valen como Q3 mil”, añade. La compra, sin embargo, no incluye adornos o cualquier otro implemento para la confección de los trajes, sino únicamente dos colores de hilo.
En 2020, la alcaldía adjudicó doce concursos, valorados en Q4 millones 972 mil. De estos, el más costoso se dedicó a la compra de los hilos. El segundo lugar lo ocupa la construcción del parque municipal, valorada en Q895 mil 230 y cuyo responsable es César Cifuentes.
El municipio
San Rafael Pétzal está ubicado a 26 kilómetros de la cabecera de Huehuetenango y es, además, el municipio más pequeño de ese departamento. Según el censo poblacional realizado por el Instituto Nacional de Estadística en 2018, hasta entonces tenía 11 mil 271 habitantes. Las mismas cifras revelaron que siete de cada diez hogares no tenían acceso a agua entubada dentro de la casa, así que a debían recurrir a chorros y pozos comunitarios o simplemente esperar a que lloviera.
Por otro lado, el municipio se encuentra en el puesto 209 de 340 en el índice de competitividad local, medido en 2020 por la Fundación para el Desarrollo de Guatemala (Fundesa). En él, San Rafael Pétzal aparece con un 20 por ciento de desempeño en salud, 32 por ciento en cuanto al desarrollo de la fuerza laboral y 0 por ciento en capacidad de innovación.
El alcalde es Kalinery Morales Sales, que obtuvo el cargo en 2019 con el 60 por ciento de los votos de la localidad. A su criterio, la gestión del concejo municipal actual ha sido “muy efectiva, porque la mitad del presupuesto la destinamos a obras sociales y el resto lo usamos en drenajes e infraestructura”.
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