El protocolo permite trasladar los cuerpos a sus localidades en un lapso no mayor de seis horas, y al llegar no podrán abrir el ataúd.
Por Ojoconmipisto
Desde inicio de la pandemia a la fecha Salud registró 170 fallecidos por COVID-19 en el departamento de Totonicapán y 557 en Quetzaltenango. Para estos casos, el protocolo ordenaba inhumarlos en el lugar donde fallecían, pero cambió y ahora permite trasladar el cuerpo a los cementerios locales donde residían.
Este martes, un hombre de 70 años murió en el hospital Nacional de Totonicapán a consecuencia de coronavirus. Sus restos fueron trasladados a su lugar de origen en la aldea Chuculjuyup, a 13 kilómetros de la cabecera. Lo que no cambia es el tiempo, el entierro debe realizarse en las siguientes seis horas.
Los primeros decesos en reportarse por COVID-19 fueron sin exequias, más bien un procedimiento hermético en el que sepultaban donde se encontraba el hospital tratante. En agosto 2020 se modificó, refiere Francis Gómez, jefe de Saneamiento Ambiental del Centro de Atención Permanente en Quetzaltenango. Este protocolo se han seguido en cementerios municipales y privados.
El ministerio de Salud Pública y Asistencia Social tiene en vigencia la “Guía para la prevención y mitigación de contagios de la COVID-19 en funerarias, traslado e inhumación de cadáveres”. La utilizada a nivel nacional permite que las funerarias se encarguen de los traslados hacia los cementerios que decidan los familiares. El ministerio registra 474 funerarias que funcionan a nivel nacional, aunque 160 no saben si están autorizadas.
Ana Gómez, epidemióloga del Área de Salud en Quetzaltenango, explica que las empresas a cargo de las sepulturas, deben estar acreditadas y cumplir con las medidas de seguridad. Desde equipo de protección para el personal hasta el traslado inmediato dentro de las seis horas. No se permiten velorios.
La guía detalla que el cadáver debe ser colocado dentro de una bolsa especial debidamente identificada y luego dentro de un ataúd que no puede ser abierto. Para el entierro solo se permite la estadía de tres personas y que tengan una mascarilla adecuada. Ni adultos mayores ni menores de edad pueden estar presentes.
Las autoridades que conforman el Centro de Operaciones de Emergencia (COE) en Totonicapán, analizan aprobar medidas restrictivas para contener los contagios. La cabecera se encuentra en rojo en el semáforo de alertas.
La epidemióloga explica que la cantidad más alta de contagios entre junio y agosto fue de 579 y este año, previo a Semana Santa se registraron 623. Entre los fallecidos figuraban personas menores de 40 años,dos bebés, de nueve y diez meses.