Kelen Damián Arévalo de León tiene 31 años. Desde niño supo que estaba “atrapado” en el cuerpo equivocado.
Por María Isabel Rodríguez
Lluvia Rubí sabe que la vida es difícil especialmente para quienes son diferentes. A sus 31 años, ha sufrido de rechazo por ser quien es: una mujer transgénero que nació como Kelen Damián Arévalo de León en Quiché, y quién sabe de primera mano lo que es la discriminación.
“Descubrí que era un hombre atrapado en el cuerpo de una mujer desde niño. Creo que lo traía desde que nací, pues siempre me han gustado más las cosas femeninas” revela, mientras coquetamente cruza su pierna derecha y la otra se balancea sobre su tacón alto.
Ella, como muchas otras, ha sufrido todo tipo de abusos en un país en donde la violencia machista hace víctimas principalmente de mujeres, pero también de transexuales, y en donde el rechazo es la constante para las personas transgénero.
“Lo más duro en la vida es el rechazo de las personas. Ni se juntan ni trabajan contigo por ser quien eres. También hay lugares en los que no te dejan entrar y te llaman travesti. No tienes la oportunidad de vivir tal como eres”.
Lluvia Rubí trabaja como maestro, bajo lo que ella llama su “disfraz de persona normal”, pues sabe que de llegar a descubrirse su secreto, podría enfrentar el rechazo, el odio, procesos legales y violencia, por parte de una sociedad que de tolerancia y entendimiento tiene muy poco.
“No he cambiado mi identidad ni mi nombre de forma oficial porque tengo miedo a perder mi trabajo y oportunidades de desarrollo. Le temo también a las burlas y existe el peligro de que me maten por ser quien soy”, finaliza Lluvia Rubí, mientras plancha con sus manos la falda de su vestido.
Son muchos los casos de violencia que se ejercen en esta región contra personas como Lluvia Rubí. El informe 2013-2014 de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) sobre la situación de violencia contra personas homosexuales, bisexuales, trans e intersex en América Latina da cuenta que en 25 países miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA) fueron asesinados al menos 594 miembros de la comunidad LGBT y otras 176 fueron víctimas de graves ataques contra su integridad física debido a su orientación sexual o su identidad o expresión de género.
En total, la comisión recibió información sobre 770 actos de violencia contra personas LGBT en estos lugares.
La CIDH consigna en sus conclusiones que “la violencia contra personas LGBT tiende a ser especialmente despiadada, en comparación con otros delitos motivados por el prejuicio. Los medios utilizados para infligir daños incluyen el uso de cuchillos y otras armas, incineración, decapitación, golpizas brutales, lapidación, ladrillazos o martillazos, asfixia, desmembramiento y otros”.
Esta nota es producto del Diplomado «Periodismo, Fiscalización y Transparencia» que imparte el International Republican Institute (IRI), bajo la coordinación de Laboratorio de Medios, S.A. a periodistas de diversos departamentos de Guatemala. (La asistencia financiera y técnica que el IRI otorga para esta actividad es provista por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y es posible gracias al apoyo del pueblo estadounidense).