Varios alcaldes ganaron con menos del uno por ciento de votos de diferencia de su más cercano contrincante y esto trae a la discusión si es necesario hacer una segunda vuelta para las elecciones municipales.
Por Mariajosé España
La alcaldía de la ciudad de Guatemala estuvo varios días en disputa. Con las elecciones del 25 de junio y tras la revisión de actas, la planilla del partido Compromiso, Renovación y Orden (Creo) quedó a tan solo 422 votos de diferencia con la planilla de la coalición Valor-Unionista.
Eso representa el 0.1 % de diferencia y aunque se discutió la brecha tan corta pero suficiente para darle a Ricardo Quiñónez otros cuatro años más, hay municipios en donde las diferencias son más pequeñas, pero significativas.
Está el caso de San Miguel Dueñas, municipio de Sacatepéquez. El candidato del partido Vamos, Eduardo Morelos Medio, estuvo solo a 13 votos de distancia del actual alcalde, José Otilio Barrientos, de Valor Unionista.
En el caso de San Juan Tecuaco, Santa Rosa, fueron 35 votos de diferencia; en San Marcos La Laguna, Sololá, fueron 77 y en San Vicente Pacaya, Escuintla, fueron 70.
Propuesta onerosa
Enrique Godoy, experto en temas municipales, indica que por estas diferencias marginales en votos y porcentajes, debería de existir una segunda vuelta para alcalde. Compartió otros ejemplos en municipios de Escuintla, Chimaltenango, Alta Verapaz y Sacatepéquez.
Roberto Alejos, exdiputado y constitucionalista, explicó que antes era prohibida la reelección de los alcaldes, pero en 1993 se hicieron reformas que afectan hasta el día de hoy.
Entre estas se cambió el período de alcaldes de cinco a cuatro años.
Durante esa reforma constitucional se discutió el tema de la segunda vuelta a elecciones y la mayoría no lo aprobó debido a los gaso a incurrir el Tribunal Supremo Electoral (TSE) por la impresión de más papeletas.
También puedes leer: Raxruhá: el municipio en donde nadie quiere ser parte de la junta electoral
“Se discutió, si un alcalde no sacaba mayoría, pero ya no se aprobó porque sería segunda vuelta con la mayoría de los municipios y el costo para el TSE sería muy alto”, dice. Y añade: el partido ganador debería de lograr el 51% de los votos y esto es muy raro que pase.
Sin embargo, una opción podría ser bajar el parámetro de las votaciones porque con tan poca diferencia de votos no se logra la representatividad deseada en la corporación municipal.
Hasta el momento no se discuten reformas a la Ley electoral y de Partidos Políticos (LEPP), sin embargo, al terminar el proceso electoral, el TSE debe convocar a la Comisión de Actualización y Modernización Electoral (CAME) para recibir propuestas de reformas a la LEPP y los temas municipales pueden incluirse.