El caso por presunto acoso laboral y discriminación en el Centro Cultural Casa No’j, de la municipalidad de Quetzaltenango, avanza. La víctima es una trabajadora sin reinstalar.
Por Mirna Alvarado
El Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) confirmó un caso de discriminación y malos tratos en contra de una empleada del Centro Cultural Casa No’j de la municipalidad de Quetzaltenango. El acusado es el director de la entidad, Edgar Aroldo López Morales, quien hasta ahora permanece en su puesto sin ninguna sanción administrativa.
Sara Trocoli, abogada de la afectada, explicó que el informe pericial identificó que López Morales utilizó patrones de violencia verbal, autoritarismo, exclusión y estigmatización hacia la trabajadora, quien lo denunció en junio de 2024.
“El Inacif confirmó que sí existió discriminación contra la víctima, recibía tratos abusivos de parte del director de Casa No’j. Cuando se inició un proceso administrativo él mismo reconoció haberle ofrecido apoyo psicológico porque “a su criterio” ella era “retrasada mental”, cuando en realidad se trata de una profesional universitaria”, dijo Trocoli.
Todo comenzó cuando la trabajadora denunció supuestos actos de corrupción en el Centro Cultural.
Lo que dice el dictamen forense
El informe lingüístico-forense es del 16 de octubre (2025). Analizó documentos y comunicaciones (mensajes de texto) los cuales forman parte de la evidencia. “Desde la perspectiva ‘morfosintáctico’ el material está compuesto por oraciones largas, con uso excesivo de subordinaciones. Verbos de habla y percepciones directas, lo que refleja una relación comunicativa dominada por el control y la imposición”, se lee.
Agregó que en el plano “semántico” se identificó un “lenguaje con abundantes juicios negativos, expresiones de exclusión, ironía, burla y sarcasmo” dirigidos a la agraviada. La evaluación también evidenció contradicciones: el ofensor aseguró ofrecer apoyo psicológico, pero en realidad lo hizo como una forma de “acusación y estigmatización”, un discurso restrictivo y autoritario.
El informe describió que el discurso utilizado por el director reveló una “relación de poder desigual” donde impone órdenes, degrada y descalifica. El efecto, según el peritaje, fue “intimidar al interlocutor y reforzar la posición de autoridad del agresor”, lo cual contribuyó a un entorno de trabajo abusivo y opresivo.
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El dictamen forense fortalece la causa que se encuentra en investigación, luego de que el Juzgado B de Primera Instancia de Femicidio de Quetzaltenango ordenara en junio pasado la reapertura del expediente y su remisión a otro fiscal. “Tuvimos que pedir cinco veces que el caso fuera trasladado a otro fiscal.
Es decir cinco fiscales tuvieron el expediente en sus manos, pero ninguno avanzó en la investigación”, agregó Trócoli.
Agregó que la evaluación demostró que no solo existió agresión psicológica y trato indigno sino intención de excluir y desacreditar a una mujer profesional por razones personales y jerárquicas.
Cronología de los hechos
El caso se conoció en 2024; denuncias por hostigamiento laboral, represalias y despido arbitrario dentro del Centro Cultural Casa No’j. La afectada dijo haber sido castigada por negarse a participar en supuestos actos de corrupción y también por haber reportado irregularidades en el Centro Cultural.
La denunciante se encontraba en el primer nivel del edificio, donde ingresaban hombres en estado de ebriedad y la abordaban. Ante la incomodidad, solicitó al López Morales que gestionara seguridad o su traslado a otra área, pero él se negó. Eso motivó a la trabajadora a recurrir al jefe de la Policía Municipal quien asignó un agente. Esta acción provocó la molestia del director.
En junio de 2024 el conflicto se intensificó debido a que el hermano del director ingresó a las oficinas, sustrajo materiales de oficina (tinta y tóner) e introdujo maquinaria no registrada en los inventarios oficiales. Ella informó lo sucedido en un grupo de WhatsApp de empleados de Casa No´j y el gerente municipal acudió a verificar.
El asunto generó un proceso administrativo contra López Morales, desde entonces asumió que ella lo había “delatado” y comenzó un acoso sistemático, desde restricciones para ingerir alimentos en el lugar, negación del uso de sanitarios y agresiones verbales con la intención de que renunciara.
De julio a septiembre de 2024, la afectada documentó sus quejas en un oficio dirigido al director del que no obtuvo respuesta. Acudió a Recursos Humanos y a una gerencia municipal donde tampoco fue escuchada. Esto la llevó a presentar la denuncia ante la Fiscalía de la Mujer del Ministerio Público (MP).
En octubre de ese año, después de presentar la denuncia en el MP, la trabajadora fue destituida de su cargo. A mediados de 2025 la Fiscalía de la Mujer desestimó la denuncia bajo el argumento de que no constituía un delito de violencia contra la mujer.
La abogada Trocoli apeló la decisión, señaló que no se tomaron en cuenta hechos clave como la negativa de la víctima a participar en presuntos actos de corrupción en Casa No’j, lo que habría originado el acoso.
El 18 de junio de 2025, el Juzgado B de Primera Instancia de Femicidio de Quetzaltenango, a cargo del juez Edgar de León Estrada, aceptó la oposición a la desestimación y ordenó que el expediente fuera remitido a otro fiscal, mientras el Juzgado de Trabajo ordenó la reinstalación a sus labores.
El 10 de julio de 2025, la municipalidad de Quetzaltenango fue notificada de la reinstalación de la trabajadora, sin hasta el momento acatar la orden. Lo anterior provocó una sanción económica contra la comuna. Ante ello Trocoli señala que se solicitarán medidas de protección a favor de la denunciante, pues en caso de ser reinstalada compartiría espacio con su presunto agresor.
Al cierre de esta edición el director de Casa No´j, Edgar Aroldo López Morales, no respondió las llamadas y mensajes de WhatsApp. Cabe recordar que él propuso la creación de la escultura en honor a Umial Tinimit, la cual sería colocada en el jardín del palacio municipal, no obstante a la fecha este monumento no ha sido develado.
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