Enrique Godoy, especialista en temas municipales, habla con Ojocomipisto.com sobre la recaudación de impuestos en las municipalidades y la diferencia de ingresos per cápita que mantienen algunas comunas. (Esta entrevista se publicó el 7 de enero de 2015. El tema sigue vigente).
P- ¿Por qué se dan las diferencias tan marcadas en los presupuestos municipales?
R – Por tres razones: La primera son las municipalidades que tienen capacidad y más recursos como Santa Catarina Pinula, Guatemala y Villa Nueva. Son muchos más grandes per cápita porque, en parte, se esfuerzan en la recaudación de sus impuestos. Guatemala recauda por IUSI alrededor de Q700 millones. Segunda, se encuentran en áreas de influencia de minas o petroleras, como sucede con Petén, Alta Verapaz y San Marcos, o de ingenios o palma africana que les pagan un impuesto porque extraen producción de su área. La tercera es vía impuestos específicos, como el de distribución de combustible y circulación de vehículos. Estos dos dan dinero del fondo nacional, según el número de galones que se consumen en el municipio o el número de vehículos registrados. Esto, en teoría, está destinado para obra pública vial.
P- ¿Cómo funciona la fórmula actual para entregar el aporte constitucional?
R – La fórmula es compleja y trata de hacer varias cosas al mismo tiempo: Intenta redistribuir, aislar a las poblaciones más grandes eincentivar a los municipios a gestionar recursos propios. Pero así como promueve que recauden más fondos también dan menos a quienes lo logren. No tiene sentido.
P- ¿Hay necesidad de modificar esta fórmula?
R – La fórmula original planteada en 2002 era buena, técnica y tomaba en consideración aspectos de necesidades básicas, la distribución general y las capacidades de gestión de los municipios. Eso se cambió en el tiempo porque la trastocaron para beneficiar a las municipalidades en lugar de incentivar que tengan proyectos sostenibles o premiar a las que no le cobran a la gente.
P – Pero a las municipalidades no les interesa modificar esta recaudación
R – Así es. No les gusta subir las tasas de servicios ni los de agua o electricidad. Eso tiene colapsado los servicios municipales en todo el país porque se cobra menos de lo que cuesta producir o generarlos. Un ejemplo es Quetzaltenango. No recauda el costo del servicio del agua, tampoco la tarifa real de luz porque cobra a menos de Q.0.07 el kilovatio. Hay municipalidades cuyo incentivo es estirar la mano y recibir el aporte constitucional.
P – ¿Se puede hacer algo?
R – El sistema como está diseñado es perverso, porque los municipios que se atreven a recaudar más, reciben menos aporte constitucional.
P- ¿Existe alguna propuesta para equilibrar esto?
R- Lo que se debe hacer es generar el código tributario nacional que serviría para incentivar a que generen sus propios ingresos, especialmente los servicios públicos que prestan o que dan en concesión, y los impuestos que han sido delegados que ellos los cobren.
Muchos de los municipios más pobres en el país tienen propiedades a las que podrían cobrar IUSI, pero deciden no hacerlo porque electoralmente no es popular. Tampoco existe un incentivo para que las municipalidades sean fiscalmente responsables, sino lo contrario. Que sean populistas con los costos y que le exijan al Gobierno central algún tipo de apoyo por medio del aporte constitucional u otros mecanismos de subsidio.
P – ¿De dónde tendría que venir una iniciativa de este tipo?
R – Debe ser una propuesta que elaboren la Asociación Nacional de Municipalidades (Anam), el Instituto de Fomento Municipal (Infom) y la Comisión de Asuntos Municipales del Congreso. Esas instancias tienen que encontrar un mecanismo para establecer cuántos recursos se trasladan se a las municipalidades y terminar de discutir el Código Tributario Municipal para que se puedan aprobar por medio de sus concejos algunos servicios, contribuciones o incluso algunos arbitrios.
P – ¿Por qué hay tanta diferencia en las finanzas municipales?
R – Este es un tema al que le hemos entrado poco como sociedad, porque no lo comprendemos. Aunque somos el país que tiene más años de tener autonomía municipal, nunca hemos tenido autonomía financiera fiscal. Esto es que impide a las municipalidades ser gestores de su propio desarrollo.
P – La diferencia que se da entre un ingreso per cápita de Q5 mil y y otro de Q500, ¿se refleja en el desarrollo municipal?
R – En Guatemala hay cuatro tipos de municipios, unos que no tienen dinero y no tienen visión de desarrollo, que son la gran mayoría; otros en donde hay un alcalde con visión, pero tienen pocos recursos. El tercero lo conforman los municipios con bastante dinero pero no tienen idea de qué hacer, lo cual es desastroso. Y los últimos, los que tienen una visión clara y cada vez gestionan más recursos propios para construir su futuro. Guatemala, Santa Catarina Pinula y municipalidades de ese tipo son ejemplo de ello.