Estufas ahorradoras: así pueden cambiar la vida de los niños en comunidades rurales

19 agosto 2022

Más de la mitad de los hogares en Guatemala cocina con leña, pero el porcentaje aumenta en áreas alejadas de las urbanizaciones. También lo hace el riesgo de enfermedades respiratorias.

En dos años y medio las alcaldías invirtieron Q9.8 millones en estufas mejoradas. Foto: Helvetas.

Por Carmen Valle

De acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo, en el país al menos 1 millón 800 mil hogares cocina con leña a fuego abierto. Se trata de 54 de cada 100 familias a nivel nacional, pero esta proporción sube sobre todo en el altiplano, donde en promedio, 87 lo hacen por costumbre, falta de ingresos o desconocimiento de otras opciones.

Este mecanismo, por la exposición constante al humo, aumenta las probabilidades de padecer infecciones agudas de las vías respiratorias, asma, cataratas y tuberculosis, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sin embargo, esto ha demostrado mayor fatalidad en niños de cero a cinco años porque la mitad de las muertes a nivel global por neumonía en estas edades se da por contaminación en el aire doméstico.

Como alternativa, durante los últimos dos años y medio 20 municipalidades invirtieron en estufas mejoradas, las cuales reducen el consumo de leña y evitan el humo dentro de las casas. Una de ellas es la de Camotán, Chiquimula, donde en 2022 se adquirieron ladrillos tayuyos por Q768 mil y alambre, cemento, arena, varillas y demás materiales por otros Q611 mil 200 para fabricar estos sistemas.

A decir de Delmi Guerra, la presidenta del consejo comunitario de desarrollo, las familias pidieron esto a la municipalidad porque “en nuestra comunidad la escasez de madera es grave. Ha aumentado la contaminación por el humo, los problemas respiratorios y los accidentes en niños cuando intentan alcanzar los poyetones”. Camotán es la ciudad con más fondos dedicados a esto.

Otra comuna con estas adquisiciones es la de Totonicapán por Q427 mil 200 en 2022, Q900 mil en 2021 y otros Q900 mil en 2020. En ese departamento 86 de cada 100 hogares cocinan con leña y la cabecera es la única donde se hicieron compras para estufas ahorradoras durante la administración actual.

Mientras tanto en Quiché, donde 90 de cada 100 hogares cocinan a fuego abierto, quienes invirtieron en los sistemas ahorradores desde 2020 fueron Chicamán con Q156 mil 100, Santa Cruz del Quiché con Q637 mil 435, San Juan Cotzal con Q159 mil 495, Cunén con Q89 mil 480, Uspantán con Q179 mil 500, San Bartolomé Jocotenango con Q295 mil 987 y Chajul con Q128 mil 787. El último es el segundo municipio de 340 con más dependencia de la leña, pues 99 de cada 100 familias la utilizan.

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Según Carlos Álvarez, fabricante de estufas ahorradoras, estas se hacen para usar menos leña porque sus estructuras permiten aprovecharla mejor, además de evitar el contacto directo con el humo porque este viaja por una chimenea y sale de la casa para no contaminar el aire. Su tiempo promedio de vida útil es de diez años si se les da el mantenimiento adecuado y tienen capacidad para cocinar los alimentos incluso de familias numerosas o restaurantes.

También reducen los gastos y la deforestación, porque pueden operar con los restantes de las mazorcas o con las piñas provenientes de los coníferos. “No se requiere comprar leña o cortar un árbol y así hay menos riesgo para los menores de edad porque en vez de enviarlos con un machete, solo van a recolectar. Les toma incluso menos tiempo”, añade.

De hecho, la OMS también ve como una desventaja el uso de fuego abierto para cocinar porque quienes obtienen la madera son usualmente los niños y esa tarea puede tardar horas, lo cual disminuye sus probabilidades de asistir a la escuela.

El aumento en la seguridad es precisamente uno de los beneficios que ve en estas estufas Brenda Lemus, directora de una biblioteca comunitaria en Purulhá, Baja Verapaz. Todos los días convive con niños, los cuales suelen llevar las botas partidas o los dedos heridos porque ocurrió un accidente con el machete o cayeron sobre él.

“En esta región es cultural darles la herramienta desde muy pequeños, pero muchos están desnutridos y eso les impide desarrollar el pensamiento lógico para no cogerla del filo o dejarla en un lugar adecuado para no lastimarse”, explica Lemus. “Unos niños fueron a cortar leña, de vuelta se perdieron y comieron bayas venenosas, entonces murieron. Otras fueron a lo mismo y les dispararon de una finca aunque no les dieron, un anciano se quemó… Los incidentes son nuestro pan diario”, agrega.

Guatecompras no registra ningún evento para comprar materiales o estufas para Purulhá ni ningún municipio de las Verapaces. Esto a pesar de que Alta Verapaz es el departamento con más hogares dependientes de la leña para preparar alimentos.

A la fecha, las municipalidades han invertido Q9 millones 837 mil 256 en estufas ahorradoras para Quiché, Huehuetenango, San Marcos, Totonicapán, Escuintla y Chiquimula. Hay un evento vigente para adquirir más para los vecinos de Barillas.

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Mirja Valdes

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