Cubren los tres tiempo de alimentación de quienes cuidan las entradas de sus localidades, además de insumos de desinfección.
Por José Pablo del Águila
Desde el 13 de marzo a la fecha, cuando se presentó en el país el primer caso de COVID-19, al menos 77 municipalidades han invertido recursos en puestos de control ubicados en los ingresos a sus municipios y aldeas. El monto suma Q1 millón 729 mil 275 y corresponde a las compras por excepción que reportaron las alcaldías, según Guatecompras.
Entre las municipalidades con más adjudicaciones está San Miguel Chicaj, Baja Verapaz, que ha gastado Q90 mil 254 en productos de desinfección y alimentos para agentes de la Policía Municipal de Tránsito (PMT), Policía Nacional Civil (PNC) y maestros que toman temperatura en las entradas al municipio y del mercado.
Su alcalde, Fernando Calaté, cuenta que tuvo que reorientar el Plan Operativo Anual (POA) ya que cuando tomaron posesión no preveían la llegada de la pandemia. A estas alturas, le preocupa la disminución de transferencias que les debe realizar administración central, como el situado constitucional o Iva-Paz. Pasó de recibir Q1 millón 312 mil en febrero, a Q1 millón 200 mil el último mes, dice.
“Hicimos una ampliación del POA 2020 y buscamos un renglón presupuestario para el tema de salud. Porque los puestos de control en entradas le corresponden al área de salud y es competencia del Ministerio de Salud, pero en Guatemala todo se hace al revés. Aquí el alcalde el responsable la mayoría de veces”, se queja Calaté.
Julia Barrera, portavoz del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS), dijo que colocarlos es decisión de las municipalidades. Sin embargo, se deben de mantener vigentes las medidas precautorias principales: distanciamiento social, uso de mascarilla y lavado constante de manos.
No durarán mucho
Mario Estrada, experto en finanzas municipales, considera que los controles en entradas son necesarios, pero las corporaciones ediles no podrán sostenerlas por mucho tiempo. Esto debido a que la mayoría de municipalidades carecen de ingresos propios y dependen de los recursos que les transfiere el Gobierno.
Los aportes del Estado a las comunas empezaron a disminuir en mayo, en relación al año anterior. Ese mes la baja fue de Q5 millones 554 mil 847 y en junio fue de Q24 millones 973 mil 272.
Sin embargo, en mayo, dos meses después que se reportara el primer caso de COVID-19 en el país, y que se detuvieran actividades comerciales, hubo una disminución de Q5 millones 554 mil 847.4. Para junio, la baja fue de Q24 millones 973 mil 272.
Además, Estrada recordó que requieren de personal de otras instituciones, a quienes la comuna entrega alimentos por la labor. “Las municipalidades hacen un esfuerzo sobrehumano manteniendo puestos de control”, expresó.