El río conecta con uno de los afluentes hacia el lago de Amatitlán. Los vecinos llaman a las autoridades y estas inspeccionan, pero las descargas no paran.
Por Carmen Maldonado Valle
Durante la última semana varios titulares en periódicos e internet giraron en torno a colectores por el hundimiento en el kilómetro 15 de la carretera al Pacífico a causa del colapso de una de estas estructuras. Sin embargo, no es el único lugar donde hay problemas, porque en la zona 13 capitalina se reporta contaminación a través de entubado.
Los colectores, explica Enrique Batres, son tubos cuya función es conducir agua de un punto a otro. Batres es ingeniero experto en el tema. Pueden movilizar agua tratada, residual o lluvia, pero no todas al mismo tiempo porque, en teoría, se ubican estratégicamente según el tipo de líquido. En zona 13, por ejemplo, se instaló uno a un costado de la colonia Cañadas de Elgin cuya función sería transportar lluvia, pero en vez de eso traslada agua entintada.
“Vivo aquí desde hace al menos 15 años y todos los días sale agua de un color distinto. Tiene mal olor y, aunque no llega a las casas, se percibe al salir a caminar o pasar cerca de la tubería”, cuenta una de las vecinas, Ana Virginia Juárez. El agua se mezcla con la del río Guadroncito, la cual termina en el río Pinula y este, a su vez, es uno de los principales alimentadores del lago de Amatitlán, de acuerdo con la Autoridad Para el Manejo Sustentable de la Cuenca (AMSA).
A decir de Juárez, los residentes han reportado el problema en varias ocasiones a la municipalidad de Guatemala a través de la alcaldía auxiliar de zona 13, pero en todas han recibido la misma respuesta: “Probablemente es de una textilera, pero no podemos encontrarla porque cuando llegamos a ellas las plantas de tratamiento están encendidas”.
Al consultar a TuMuni sobre quién está obligado de revisar esto y la portavoz, Lucía Tello, trasladó la responsabilidad a la Empresa Municipal de Agua (Empagua), donde hay personal encargado de plantas de tratamiento y aguas residuales. Esta entidad, por su parte, envió en mayo a Ojoconmipisto teléfonos específicos para contactarla, pero no hay respuesta en ellos. También se intentó hablar con Carlos Flores, el vocero de Empagua, pero no contestó las llamadas ni los mensajes enviados.
La misma respuesta dada a los vecinos se le dio a AMSA, de acuerdo con Estefany Fuentes, técnica de la división de reingeniería industrial y agroindustrial de la institución. En 2019 ella inspeccionó el área y determinó que se trataba de un colector originalmente pluvial y por esa razón desembocaba en el río, entonces no había razón por la cual debiera salir agua con colorantes de allí.
Lo notificó a su vez a la municipalidad porque es la única autorizada para levantar las tapas donde se accede al entubado y le solicitó información sobre quién enviaba esa agua al colector. La comuna negó saber su procedencia, como dijo a los residentes, las textileras tienen las plantas de tratamiento activas al supervisarlas, pero si se trataba de una tubería para lluvia, probablemente alguien hizo una conexión ilegal para depositar sus aguas residuales.
“Llamamos a la municipalidad y a Ambiente porque nosotros no podemos penalizar. Quien determina si hay falta es el ministerio: aunque el agua esté entintada, si según él no rebasa los parámetros admisibles de químicos, no hay contaminación y por lo tanto no hay sanción”, agrega la técnica. Cuando Ojoconmipisto consultó a la cartera cómo actuó en este caso se le enviaron fotos y videos del colector en funcionamiento y las declaraciones de AMSA. Aunque el personal prometió una respuesta, tras una semana no la dio.
Por su parte, el jefe de la división de control ambiental de AMSA, Diego Morales, negó saber en qué acabaron los reportes hechos por la institución y los residentes, pues las inspecciones de AMSA se dieron antes de junio de 2021, cuando él y el personal de su departamento entraron a sus puestos.
Aun así, asegura que al menos en el último año AMSA no ha sido llamada a declarar por parte de Ambiente o el Ministerio Público, lo cual sería indicador de seguimiento a este caso. “Nosotros no denunciamos porque si lo hacemos, no podemos testificar en cuanto a los hallazgos de nuestras inspecciones. No podemos ser juez y parte”, concluye Morales.
Los vecinos de zona 13 siguen sin tener respuesta por parte de las autoridades. Mientras esta llega, la tubería aún transporta agua con colorantes, el mal olor continúa en el lugar, la conexión la cual AMSA presume es ilegal, sigue vigente y todo desemboca a diario en el lago de Amatitlán.
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