En San Pedro Sacatepéquez, San Marcos, los concejales ganan Q4 mil semanales por reunirse

01 junio 2021

Las autoridades acordaron sesionar un mínimo de 16 veces al mes y cobrar dietas de Q1 mil. En los primeros tres meses del año, quienes asistieron a todas las juntas cobraron Q52 mil.

Miembros del concejo municipal durante la celebración del día de la madre. Foto: municipalidad de San Pedro Sacatepéquez.

Eran las 7:00 de la noche del 6 de enero cuando el alcalde de San Pedro Sacatepéquez, San Marcos, dio la bienvenida a la segunda sesión ordinaria del concejo, según el acta 2-2021. En ella se acordó que a partir de entonces se reunirían de lunes a jueves y convocarían a juntas extraordinarias cuando se necesitara.

Así fue como en tres meses se vieron en 52 ocasiones y cada uno cobró Q1 mil por su asistencia a cada asamblea. Al mes fue un promedio de Q17 mil 333.

El concejo debe sesionar al menos una vez a la semana, establece el artículo 38 del Código Municipal. También dice que las autoridades deben determinar el valor de las dietas aunque no fija un límite para ello ni para la cantidad de juntas de las autoridades.

En cada reunión los funcionarios, además de tratar los asuntos de la alcaldía, comieron. De acuerdo con Guatecompras, en enero de 2021 la comuna pagó Q5 mil 705 por los alimentos, mientras en febrero erogó Q6 mil 405. Se compraron cenas completas, sándwiches, fruta, bebidas y postres a Kelly De León, quien solo proveyó a la entidad durante esos meses.

“No es justificable esa cantidad de sesiones porque no se trata de una municipalidad grande. Una razón para tener tantas son las dietas porque con hablar una hora obtienen Q1 mil, entonces así compensan el no tener sueldo”, sostiene el analista de Acción Ciudadana, Marvin Flores.

Por otro lado, si necesitan analizar proyectos cuatro veces a la semana, asevera Flores, “entonces hay una enorme falta de planificación, porque cuando los concejos tienen un orden buscan tratar varios puntos en el menor tiempo posible y en vez de verse casi a diario”.

Suseth Mérida es secretaria de la junta directiva de la Asociación de Obreros Sampedranos y junto a otros compañeros asiste a las reuniones de los concejales para saber qué temas tratan. “Casi nunca hablan de cuestiones para beneficiar a la población, como el acceso a servicios públicos. Tampoco se les puede cuestionar porque solo dejan entrar a los vecinos para oír, pero no para opinar o sugerir un tema para la agenda”, dice.

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De hecho, en la misma acta donde se aprobó tener juntas cuatro veces a la semana, también se establecieron condiciones para quienes asisten, como Mérida: si quieren intervenir, deben levantar la mano, dirigirse a la autoridad como “señor alcalde municipal” y esperar su aprobación con la frase “tiene el uso de la palabra”. Su participación no puede durar más de diez minutos y no puede hablar dos veces.

Ojoconmipisto intentó obtener la postura del jefe edil, Juan Eliezer González, pero no respondió a las llamadas. Al contactar a la municipalidad, la secretaria no sabía cuándo llegaría a trabajar ni su horario. Tampoco facilitó contacto de los concejales “Ellos no están al igual que el alcalde no tienen una hora específica para venir”.

Al llamar durante los días a la comuna, las secretaria seguía sin saber cuándo se podría hablar con González. Al preguntarle una vez más si los concejales se encontraban en el edificio, dijo “tal vez sí, pero las extensiones telefónicas no funcionan. Vuelva a hablar más tarde”. Las llamadas continuaron y las líneas nunca se arreglaron.

Los gastos de representación

La sesión del 6 de enero abarcó varios puntos. Además de los anteriores, los funcionarios acordaron erogar Q5 mil mensuales en gastos de representación para el alcalde. Estos servirían para cubrir “la gestión en el exterior del municipio, sobre todo para buscar apoyo financiero”, dice el acta.

Dar este dinero a González cada mes, justificaron las autoridades, era “sumamente necesario”: no había presupuesto suficiente para atender las necesidades de los habitantes, entonces se debían cubrir sus viajes para recaudar fondos.

“Como el Código Municipal no limita cuánto pueden gastar las municipalidades en esto, no se puede penalizar. Si las autoridades toman una decisión no hay un contrapeso o un reglamento para vetar lo aprobado por ellos”, señala Marvin Flores.

Tras tres horas de conversación sobre San Pedro Sacatepéquez, el dinero a ganar por cada reunión, los gastos de representación y las comisiones de trabajo de la comuna, acabó la junta y los asistentes se marcharon. Ninguno se fue con hambre; la alcaldía pagó sus cenas.

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Mirja Valdes

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