En el último año se perdió una de cada cinco vacunas anticovid

19 mayo 2022

Se requirió descartarlas o su fecha de caducidad llegó sin brazos dónde administrarlas. La falta de pertinencia cultural y el poco acceso llevaron a desechar los viales.

De los 8 millones de dosis de Sputnik V, 3.8 millones se perdieron porque llegó su fecha de caducidad. Foto: Gobierno de Guatemala.

Por Carmen Maldonado Valle

Desde el 25 de febrero de 2021, Guatemala adquirió por compra o donación 25 millones 272 mil 120 dosis contra COVID-19, las cuales habrían alcanzado para completar esquemas de 12 millones 636 mil 60 habitantes. En el ideal, esto habría alcanzado para que 85 de cada 100 habitantes mayores de 12 años estuvieran completamente inmunizados, pero en vez de eso solo 41 lo están.

No todos los fármacos están en brazos de los habitantes, porque al menos 22 de cada 100 no se usaron porque su fecha de caducidad llegó o porque se volvían inservibles tras pasar horas en un contenedor abierto.

A la fecha, entre primeras y segundas dosis más dos refuerzos, el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) inyectó 17 millones 237 mil 314 biológicos. La resta esperaría que el país tuviera aún 8 millones disponibles, pero el ideal una vez más no se cumple, porque solo tiene 2 millones 265 mil 396. ¿La razón? 5 millones 339 mil 64 vencieron y 430 mil 346 se declararon “no útiles”.

De acuerdo con cifras solicitadas a la cartera por Ojoconmipisto, 1 millón 526 mil 230 dosis de Moderna donadas por Estados Unidos vencieron entre el 3 y el 7 de abril de 2022; 2 millones 59 mil 464 frascos del primer componente de Sputnik V caducaron entre el 28 de febrero y el 31 de marzo, y 1 millón 753 mil 370 del segundo también el 31 de marzo. Se pidió al vocero del MSPAS, Boris Barrios, el monto pagado por ellos, pero al cierre de esta nota no lo tuvo.

“Vacunas hay, pero desgraciadamente es opcional, entonces lo que falta son brazos”, dijo el presidente Alejandro Giammattei el 28 de marzo en San Agustín Acasaguastlán. Le faltó contar cómo, además de brazos, faltó comunicación en idiomas mayas o estrategias con líderes comunitarios para difundir el mensaje a nivel nacional.

En “Las vacunas hablan español”, Ojoconmipisto determinó cómo hay mayor éxito en inmunización en comunidades urbanas, donde la lengua principal es el castellano. Alta Verapaz, por ejemplo, es el departamento con menos vacunados y solo una de cada cinco personas tiene esquema completo.

Cobán, la cabecera departamental, es el municipio con más hablantes de español según el censo de 2018 y ocupa el primer puesto con un tercio de la población inyectada. Chisec, en cambio, es el lugar con mayor proporción de mayahablantes y solo el 8.5 % de los pobladores está vacunado.

Para ciudades como Chisec, donde cada vez hay menos personas para inyectar, el ministerio autorizó el criterio de biológicos no útiles. Este se usa para poder abrir frascos de vacunas aunque aún no haya seis, diez o la cantidad de personas necesarias para consumir todas las dosis. Así puede utilizarse el vial, aplicar el fármaco a los interesados y desechar el contenido restante en el recipiente si pasan las horas y no se encuentra otro paciente.

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Ixcán es uno de los municipios donde se hace esto. “Lo necesitábamos, porque recorríamos kilómetros para llegar a comunidades inaccesibles y no podíamos abrir un frasco si no teníamos a diez personas. No siempre se juntaban y el viaje no valía mucho la pena así”, cuenta la enfermera y coordinadora del distrito Xalbal, Rubidia Matías.

Cuando se les etiqueta como tal, según el MSPAS, existe un protocolo de descarte para los recipientes y es el mismo utilizado para regular el destino de medicamentos o vacunas de cualquier tipo si caducan o no se usarán por cualquier razón. Este acuerdo obliga al personal de salud a elaborar un acta donde especifique el tipo de fármaco, lote, costo, fecha de vencimiento y demás datos relevantes sobre él. Tras ello se destruye, aunque en el caso de los biológicos anticovid habrá una excepción, pues se conservarán para ser sujetos a auditorías.

Para el exviceministro técnico de Salud, Adrián Chávez, faltó un plan de comunicación exitoso en este proceso, donde los líderes comunitarios fueran tomados en cuenta y se transmitiera el mensaje de la manera adecuada. “Por eso se acaban los interesados en inyectarse y se requirió el protocolo de dosis no útiles. Era eso o dejar sin protección a uno porque no se encontraban otros nueve para administrarles el biológico. Entre un mal y otro, la salud de una persona vale más”, agrega.

Operar para pocos

Con un promedio de 9 mil 348 dosis diarias administradas durante mayo, Guatemala se encuentra en el ritmo más bajo de inmunización en el último año. Hay municipios donde se supera la mitad de la población mayor de 12 años con ambas dosis, pero a pesar de su avance y el estancamiento de este proceso, las áreas de salud y las alcaldías no contemplan cerrar  puestos de vacunación.

En Amatitlán, Guatemala, 54 de cada 100 tienen esquema completo, pero “no vamos a quitar ningún puesto porque la gente aún acude al salón municipal o a las jornadas organizadas por el personal de la guardia de honor. No llega la misma cantidad de personas, pero sí hay interesados”, dice Luis Sánchez, concejal IV de esa ciudad.

Lo mismo sucede con Antigua Guatemala, una de las tres localidades en alerta verde en el semáforo epidemiológico. Tiene a 76 de cada 100 pobladores con dos dosis y la alcaldía niega la posibilidad de cerrar los puestos.

El área de Salud de Huehuetenango, cuya cabecera tiene a tres cuartas partes de la población inyectada dos veces, tampoco cerrará centros del MSPAS o de la municipalidad utilizados para este fin. “No es conveniente hacerlo, porque aún debemos completar esquemas en menores de edad en todo el país y lo mejor es mantener el orden en los establecimientos”, explica el director del área de Salud de Guatemala Central.

A la fecha las dosis disponibles se dividen en:

  • 1 millón 153 mil 918 biológicos de AstraZeneca
  • 464 mil 644 de Pfizer
  • 1 millón 109 mil 375 de Sputnik V

Todos los lotes vencerán a más tardar el 30 de junio de 2022.

¿Ya leíste?, nuestro «Especial: Las vacunas hablan español»