Las abejas no son responsables ante los guatemaltecos si agreden, pero tampoco hay una institución específica con disposición para controlar sus ataques.
Por Carmen Valle
El 20 de mayo fue el día internacional de las abejas, insectos fundamentales para mantener el equilibrio en los ecosistemas. También fueron relevantes porque en la última semana se registraron dos ataques por parte de ellas. Sin embargo, no está claro quién es el responsable de ellas en el Estado.
El 15 de mayo de 2024, una vecina de Mixco contó en su cuenta de X que en el sector “El Paraíso” ocurrió un ataque de abejas. Estas provocaron la muerte de dos perros y picaduras a personas alrededor, pues los insectos estaban cerca de una escuela. Cinco días después, se reportó otro ataque en Villa Canales, esta vez contra una mujer y dos menores de edad, atendidos en el Hospital General San Juan de Dios.
¿Hay un responsable?
En el primer caso, los habitantes llamaron a la municipalidad de Mixco y esta les respondió que era competencia del ministerio de Ambiente. Ojoconmipisto consultó a esta entidad para determinar el procedimiento a seguir con estos incidentes y redirigió hacia el Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP), pues esta era la institución encargada.
Al hablar con el CONAP, todos los consultados sugirieron solicitar la información a comunicación social. Este departamento negó tener expertos para el tema, pues cuando ocurren estas situaciones llama a personal externo para atenderlas. Al preguntar en qué casos sí ameritan intervención estos reportes, la entidad dijo que los vecinos llaman al 1547 y en su denuncia explican las características del panal o enjambre. Después de eso se determina si hace falta enviar a un especialista.
Tras esta conversación, se solicitó hablar con el departamento de vida silvestre del CONAP. En él, el personal recomendó llamar a la oficina regional más cercana (de la misma entidad) en caso de preocupación por un panal y allí se determinaría el procedimiento a seguir. Aun así, aseguró, lo mejor es llamar a los bomberos.
Cuando Ojoconmipisto contactó a Rafael Zúñiga, vocero de los bomberos municipales, este afirmó que ellos atienden estos casos. Sin embargo, “le compete al CONAP. Nosotros colaboramos porque la gente nos llama, pero en realidad es su responsabilidad”.
Los ataques de abejas no son tan inusuales
Los bomberos municipales no tienen un número exacto de ataques de abejas registrados en los últimos años. Aun así, tantea Zúñiga, “suelen ser alrededor de cuatro al mes, al menos en nuestros reportes. Se dan sobre todo durante el verano, porque las abejas encuentran en esos meses las condiciones para migrar. En el camino surgen estos incidentes”.
Según él, las llamadas llegan cuando los ataques suceden o cuando los vecinos comienzan a ver colmenas (la “casa” de las abejas) o enjambres (grupo de abejas, cuya intención es desplazarse para formar una nueva colonia). Aun así, sostiene, el detonante suele ser la interacción con ellas, pues a veces para ahuyentarlas se tocan los panales con un palo o se enciende una fogata y esto suele molestarlas.
Las personas también llaman a los bomberos cuando ven panales en los marcos de las puertas o sitios donde se les puede incomodar con facilidad, incluso si no es la intención. En esos casos, ellos acuden con el equipo de protección adecuado, se llevan a las abejas y las liberan en un sitio adecuado. También se atiende a los heridos, si los hay.
Bajo ninguna circunstancia se recomienda gestionar un panal, enjambre o abejas en general por cuenta propia. Los bomberos pueden ayudar durante la llamada a determinar si es necesaria una intervención.
No son malas. Solo necesitan su espacio
De acuerdo con la Organización de Naciones Unidas (ONU), las abejas son esenciales para el planeta y la supervivencia de la raza humana. Además de los productos que ellas mismas brindan, como la miel y la jalea real, un tercio de la producción total de alimentos en el mundo depende de ellas.
Cuando recogen el polen de las flores y lo esparcen, permiten a muchos cultivos dar fruto. Además, representan una fuente de ingreso, pues existen comunidades enteras, sobre todo rurales, cuya subsistencia depende de la apicultura.
A decir de Zúñiga, la mayor parte de abejas suele ser inofensiva, a excepción de las africanizadas, las cuales pueden ser más agresivas. Sin embargo, “es muy difícil distinguir a simple vista un tipo de otro, entonces lo más seguro es comportarse como si todas fueran africanizadas y dejarlas en paz. No se recomienda intentar botar un panal por medios propios ni quemar nada alrededor”, explica Natalia Escobedo, bióloga con experiencia en proyectos de abejas nativas.
Si se ve un panal muy cercano al hogar, pues suelen asentarse en estructuras de madera o cielos falsos, Escobedo recomienda contactar a Agrocadena Apícola. Esta cooperativa está en contacto constante con apicultores expertos y ellos pueden acudir con equipo adecuado para gestionar a las abejas.