Aún no hay alerta roja frente a la actividad volcánica, pero la alcaldía prefiere pedirle a los vecinos estar atentos para no lamentar una tragedia.

Por Carmen Maldonado Valle
La herida de la erupción del volcán de Fuego sigue abierta desde el 2018, cuando a causa de ella murieron al menos 113 personas, otras 332 estaban desaparecidas y hubo 1.7 millones de afectados, según las cifras oficiales de la Coordinadora Nacional Para la Reducción de Desastres (Conred). Uno de los municipios con más riesgo era San Juan Alotenango, Sacatepéquez, cuyo casco urbano está a 8.4 kilómetros del volcán y hay al menos un caserío en las faldas.
En el boletín de Conred del 5 de julio se recomendó a las municipalidades de Acatenango y Alotenango prohibir a las personas transitar por dos zonas donde podían caer materiales capaces de producir quemaduras, pues se observaron fumarolas y erupciones leves. Aunque no se reportan desastres aún, Alotenango lanzó su plan de prevención para comunicarse con los vecinos y prepararse si se necesitan acciones más fuertes.
“Ahora tenemos un observatorio operado entre nosotros y la Conred para monitorear esto, obtener información constante y, en lo posible, prevenir tragedias. Se dieron avisos a los líderes y a los habitantes, y les pedimos reportar si notan algo inusual”, cuenta el jefe edil, Sergio Sul. También se supervisan centros de transición en caso de una evacuación, y se revisan las existencias de mantas, funcionamiento de sanitarios u otras condiciones necesarias para albergar a las personas.
“Honestamente no tenemos una partida específica para atender desastres naturales, pero si se necesitara, designaremos fondos para ello. Las acciones tomadas hasta ahora son alertas tempranas, activadas por nuestra Comred”, agrega Sul.
Las Coordinadoras Municipales para la Reducción de Desastres (Comred) son instancias presididas por los alcaldes a las cuales invitan también a vecinos, ministerios, organizaciones públicas y privadas, y demás órganos en su ciudad para realizar acciones preventivas por posibles calamidades. Quienes las integran son voluntarios, a excepción del jefe edil, y sus tareas van desde establecer planes de comunicación con los habitantes y emitir sistemas de alerta conocidos por todos, hasta atender a los afectados por una tragedia.
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Ante posibles catástrofes, la primera entidad en avisar a través de boletines es el Instituto de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh), la cual advierte sobre movimientos por encima de las cifras normales. Si esta lo recomienda, explica el exsecretario de Conred, Alejandro Maldonado, sube el nivel de alerta y se avisa a las Comred para activar sus sistemas de alarma.
Cuando la amenaza es por actividad volcánica, las Comred deben moverse a todas las comunidades para comunicarles qué sucede, qué señal se les dará si el nivel de alerta sube y cómo deben comportarse si eso sucede. Además, deben explicar a las personas hacia dónde deben movilizarse, qué es bueno tener en una mochila si se requiere evacuar y a quiénes pueden acudir si necesitan ayuda.
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“Uno de los errores en la erupción del volcán de Fuego en 2018 fue no tomar en serio los boletines de Insivumeh desde temprano para elevar la alerta. Seguir las recomendaciones en cuanto aparecen, como hoy, es lo que debería hacerse siempre”, añade Maldonado. A su criterio, una de las mediciones más importantes para subir el nivel de alarma se llama “RSAM” donde se determina si el nivel de sismicidad excede por una o dos desviaciones el promedio diario de movimientos, porque esos aumentos prevén la erupción en las horas anteriores.
También se toman otros indicadores para alertar a los municipios, como la orientación del material expulsado por el volcán y la dirección del viento, lo cual indica qué ciudades estarían en riesgo en caso de un desastre, explica Amílcar Roca, integrante del departamento de investigación y servicios geofísicos del Insivumeh. Por eso, en esta ocasión solo se alertó a Alotenango y Acatenango.
Ojoconmipisto consultó también a Acatenango sobre cuáles eran sus medidas preventivas ante el boletín emitido por Conred. El personal de la alcaldía refirió con Raúl Porras, encargado de relaciones públicas, por ser el único facultado para ofrecer declaraciones oficiales. Este, sin embargo, negó tener información y prometió enviar los datos de la unidad de gestión ambiental, porque “tal vez ellos saben”, pero al cierre de esta nota no sucedió.
Además de estas, Conred alertó a las comunas de Quetzaltenango y San Vicente Pacaya, porque también hubo actividad inusual en los volcanes Santiaguito y Pacaya. En el último mes, aunque se reportaron 830 incidentes y 1.6 millones de afectados por desastres naturales, ninguno fue a causa de volcanes.