Tras dos años sin celebraciones por el 15 de agosto, vuelven las ventas y actividades en la zona 2, con ello el incremento en el tráfico. La primera recomendación es prohibir parqueos en los alrededores.
Por Carmen Maldonado Valle
La pandemia trajo mascarillas y distanciamiento físico, y por lo tanto se llevó las aglomeraciones características de las fiestas patronales. Así, durante dos años se suspendió la feria del 15 de agosto en la Ciudad de Guatemala en honor a la Virgen de la Asunción, pero en 2022 regresará y con ella también aumentará la carga vehicular en el sector.
La también conocida como feria de Jocotenango se celebra desde hace al menos cuatro siglos. Al principio se llevaba a cabo durante los últimos 14 días de agosto, pero ahora ese período se redujo a diez días. Los puestos pueden observarse desde los alrededores del parque Morazán hasta la avenida Simeón Cañas en la zona 2.
Al menos hasta el siglo XIX, cuenta el arquitecto, José María Magaña, vivir allí significaba pertenecer a las familias de abolengo de la época porque era uno de los sectores más costosos para vivir. Esa relevancia también se la daba el estar cerca de los comercios más importantes, la iglesia y los parques donde se acostumbraba socializar.
El primer año sin feria fue 2020 a causa de la pandemia “y al fin estuvimos en santa paz. Podíamos meter el carro a nuestras casas a una hora decente, se podía caminar sin tanta gente, no había ruido… Era un fin de semana largo donde no queríamos irnos”, cuenta María Marta Linares, vecina de la avenida Simeón Cañas.
En 2021 el festejo fue virtual, pero ahora Linares y quienes viven en los alrededores vuelven a enfrentarse a la amenaza del tránsito, porque la fiesta patronal volverá a ser presencial. “Otra vez vamos a lidiar con el ajetreo. Estamos acostumbrados porque cada domingo hay pasos y pedales, pero en esas fechas es diez veces peor”, agrega la vecina.
Te recordamos esta nota: Las garnachas, los elotes locos y otros platillos de la Feria de Jocotenango llegarán a domicilio
A decir de Magaña, el crecimiento habitacional en la zona 2 no implica la posibilidad de mover la feria a un sitio más grande donde pudiera reducirse el ruido y la carga vehicular, pues cuando comenzó esta tradición la parroquia se encontraba en ese sector y ella era la precursora de las celebraciones. Sin embargo, ve como solución que la municipalidad evite las ventas en las orillas de la calle Martí y en los carriles auxiliares para así permitir el tránsito de los residentes.
Además, propone prohibir a los visitantes estacionarse en el lugar y habilitar parqueos en otros sitios, como la zona 1 a 500 metros, para evitar obstrucción del paso por carros de personas ajenas a las colonias de la zona 2. “La feria forma parte de la identidad nacional y los ciudadanos deben comprenderlo porque ella llegó antes. El ruido sería inevitable, pero si se organizan para hablar con la municipalidad y gestionar un ordenamiento vial, al menos será posible pasar a sus casas”, sostiene el arquitecto.
La alcaldía aún no sabe las fechas exactas de la celebración, aunque sí tiene seguro el 6 de agosto para comenzar a marcar los lugares donde se encontrarán los puestos. Según la comunicadora de la institución, Lucía Tello, habrá coordinación con los bomberos en caso de emergencia y con la Policía Municipal de Tránsito para ordenar el tráfico, aunque aún no se tiene claro cómo ocurrirá esta tarea.
Aunque las aglomeraciones serán inevitables durante la feria, Tello afirma que se pedirá usar la mascarilla a los visitantes y aplicarse gel antibacterial, porque la ciudad se encuentra en alerta epidemiológica anaranjada frente a la COVID-19 y no se pretende aumentar los contagios. Mientras el evento sucede, “intentaremos pensar en otros protocolos para evitar los desastres viales, pero aún no los tenemos y durante una fiesta patronal lograr esta organización no será sencillo”, concluye.
De acuerdo con la alcaldía, la feria se realizará para continuar con las tradiciones capitalinas y promover el comercio local, pues varios de los visitantes acuden a comer y a divertirse. No se tiene un cálculo sobre cuánta gente llegará en promedio, pero en años anteriores, como en 2016, la entidad estimó haber recibido 1.5 millones de visitantes.