Paralelo al incremento de Q5 mil, vecinos de dos aldeas y nueve colonias tuvieron que comprar pipas de agua a Q35 en el último mes porque no hay otra manera de surtirse.
Por José Pablo del Águila
Una de las primeras acciones de Rubelio Recinos, al asumir de nuevo como jefe edil de Barberena, Santa Rosa, fue incrementarse el salario a Q25 mil. Durante la administración anterior, la remuneración era de Q20 mil, pero a partir de enero de 2020 se elevó en Q5 mil, según consta en el portal de información pública de la comuna.
Recinos fue alcalde cuatro períodos consecutivos entre 2000 y 2016. En las elecciones de 2015 ganó los comicios, pero no ejerció su mandato porque la Contraloría General de Cuentas no le extendió finiquito. En su lugar asumió Víctor Manuel Jiménez.
El incremento del sueldo se acompañó con la compra de una camioneta Toyota Fortuner 2020 que costó Q360 mil 651 para los desplazamientos del alcalde y su concejo municipal.
Esta ocasión el jefe edil justificó el incremento en sus ingresos aduciendo que desde 2004 no se había modificado.
“Ese salario de Q20 mil estaba desde 2004 y el concejo autorizó aumentarlo en Q5 mil. Yo les puedo demostrar con hechos que se trabaja. Nosotros hacemos todo lo posible por quedar bien con la gente”, justificó Recinos.
Aunado a esto, Recinos tiene Q10 mil en gastos de representación y una bonificación incentivo de Q450. También recibe junto con los concejales una dieta de Q2,350 por cada sesión a la que asisten.
Según una solicitud de información en abril fueron cinco sesiones y durante la primera quincena de mayo fueron dos. Si son cuatro reuniones al mes, el monto percibido sería de Q9 mil 400.
Jorge Mario Andrino, abogado y autor del libro Ética en la función pública, comenta que al momento de fijar salarios debería considerarse la magnitud de las necesidades de los vecinos y la cantidad de recursos que hay para satisfacerlas.
Deberían priorizarse siempre los servicios públicos que permitan cubrir cualquier carencia, antes que elevar la remuneración del funcionario, opina Andrino.
Sin agua
En el último mes, residentes de las colonias Villa Flor I, II y III reportaron que desde hace un mes en los grifos de sus casas no cae una sola gota. Un vecino de la localidad que prefirió omitir su nombre para evitar represalias comentó que cada dos o tres días tienen que comprar pipas de cinco toneles a Q30 o Q35. Mensualmente representa un gasto de entre Q450 o Q500, aproximadamente.
“No cae ni una gota de agua. Hace quince días vino una pipa de la municipalidad y nos repartieron tres toneles por familia, pero nada más”, comenta el entrevistado.
La explicación que dio la comuna el 18 de mayo fue que hubo una sobrecarga de energía eléctrica en un pozo ubicado en la aldea Utzumazate y eso provocó las fallas en varios sectores.
En Guatecompras, Barberena reportó en febrero el arrendamiento de cinco camiones cisterna por Q78 mil. El 20 de marzo, cuando recién iniciaba la crisis del COVID-19, arrendó ocho camiones más por Q378 mil a Inversiones Río de Plata S.A.
Al ser cuestionado sobre esto, el jefe edil asegura que el agua proviene de un nacimiento en la aldea Mal País y se clora para que sea apta para el consumo humano. Asegura que tienen un proyecto “grande” para solucionar este problema.
“Vamos a cambiar toda la red de distribución del casco urbano y perforar dos pozos, pero todo eso lleva un proceso”, agrega.
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