Tacaná compró 3 mil 300 gallinas ponedoras para disminuir la desnutrición

08 marzo 2021

Es uno de los 86 municipios con más retardo en el crecimiento de los niños. El alcalde pensó que este proyecto podría alimentar familias y generarles algún ingreso, pero el mantenimiento de estas aves es caro.

Gallina Lohmann, comprada por la municipalidad para erradicar la desnutrición. Foto: Blog Mi Tacaná.

Por Carmen Maldonado Valle

El último censo nacional de talla se realizó en 2015 y catalogaba a Tacaná, San Marcos, como “altamente vulnerable” ante la desnutrición, porque la mitad de los niños de primer grado presentaban un retardo en el crecimiento. Este porcentaje aumentó con los años y por ello la municipalidad invirtió Q250 mil en gallinas ponedoras como una táctica para mitigar el déficit nutricional.

En noviembre de 2020, la comuna de Tacaná compró 3 mil 300 gallinas Lohmann Brown, una variedad criada para la producción de huevos. Como indica la boleta del Sistema Nacional de Inversión Pública (SNIP), para entonces seis de cada diez habitantes padecían desnutrición crónica y por ello se citó a los líderes de los Consejos Comunitarios de Desarrollo (COCODES) para proponer soluciones.

En esa junta se determinó que la mayoría de los hogares en el municipio se sostienen a raíz de los ingresos de las mujeres, los jefes de los COCODES ofrecieron un listado de 385 madres con más necesidad, con el fin de darles gallinas ponedoras. Estas producirían de ocho a diez huevos para dar de comer a sus hijos y para la venta, cuenta el alcalde, Eulalio De León.

Las aves se entregaron en enero pasado y se dio un máximo de diez a cada familia. “La cantidad se determinó según el número de hijos y necesidad de las madres. El proyecto ha dado resultado, porque la cantidad de niños enfermos de diarrea en nuestros hospitales disminuyó”, agrega De León.

Las beneficiarias de este proyecto pertenecían a las microrregiones Las Tablas, Chactelá, Tulcoche, Nuevo Amanecer, Chanjulé, El Rosario, Cotzic, Chequín, Majadas y Sujchay. Además, se les otorgaron mllas para fabricar corrales y cada seis meses se hará una supervisión en los hogares para medir asegurar la permanencia de las gallinas en ellos, detalla la boleta de SNIP.

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Las gallinas no alcanzan

El alcalde reconoce que el proyecto no cubrió a todas las familias que lo necesitaban sino solo a 300.

Y aunque las cubrierar a todas, Jorge Pernillo, coordinador de la escuela de nutrición de la Universidad Panamericana, sostiene que la iniciativa no impactará lo suficiente en la problemática del municipio: “las gallinas compradas necesitan maíz y en algunos casos, concentrado. Esto a veces puede generar más gastos que ingresos, y al final las familias podrían sacrificar su propio alimento para darle a ellas”.

A su criterio, la comuna debió comprar aves criollas porque “resisten más en circunstancias duras y tiempos de hambre, mientras que las Lohmann no solo ingieren comida especial, sino que si se estresan, se enferman. Solo el 40 por ciento de ellas sobrevive en esas condiciones”.

El jefe edil de Tacaná adelantó que este año gestionarán una donación con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y con el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA) para crear pequeños campos de cultivo para que las familias puedan producir sus propios vegetales.

Un estudio elaborado por el Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi) en 2019, debían pasar 90 años para que Guatemala lograra disminuir sus niveles de desnutrición a un 14 por ciento. Además, sus cifras revelan que una de las circunstancias agravantes del problema es la desigualdad: “más niños del área rural sufren desnutrición infantil que en el área urbana; los niños con madres con menos educación son los que más la padecen; y las poblaciones más pobres tienen mayores índices de desnutrición infantil”.

La compra de gallinas para Tacaná tiene la ambición de erradicar el déficit alimenticio de sus niños. Ante esto, Pernillo agrega: “es una buena idea, pero no va a tener impacto significativo”.

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