El producto está asociado a daños a la salud si no se utiliza con la seguridad adecuada, pero no se compró ningún implemento para resguardar a quienes lo manipulen.

Por Carmen Maldonado Valle
La municipalidad de San Luis Jilotepeque, Jalapa, compró 2 mil 906 botes del pesticida Paraquat para entregar a vecinos dedicados a la siembra. Este está catalogado como un producto “altamente tóxico” si se ingiere o las personas tienen una exposición prolongada sin protegerse, pero la institución no compró equipo de seguridad para sus usuarios.
El Paraquat elimina malezas o plantas no deseadas en los campos y era uno de los productos utilizados en el pasado por México para eliminar cultivos ilícitos de marihuana. Sin embargo, a partir de 2007 se prohibió su comercialización en la Unión Europea porque un sorbo (deliberado o accidental debido a un mal manejo) puede matar a quien lo consume, mientras quienes se exponen a él sin implementos protectores pueden desarrollar enfermedades graves.
Una de esas afecciones, de hecho, se llama “pulmón de Paraquat”, caracterizada por fibrosis y dificultad para respirar. También se pueden producir quemaduras en el esófago, el revestimiento de la boca, el estómago, la piel a través del contacto con heridas y se asocia con el desarrollo de hepatitis tóxica, la cual es precursora de la cirrosis, de acuerdo con Mayo Clinic.
En Estados Unidos, la Agencia de Protección Ambiental lo reconoce como un producto “potencialmente mortal y no existe antídoto si se ingiere”, y aunque no prohíbe su uso, solamente lo autoriza a quienes tienen una certificación en ello. En tanto, la compañía fabricante también advierte a los compradores sobre la necesidad de utilizar gabachas, mascarillas, delantales impermeables y protectores oculares para resguardarse.
“El Paraquat suele comprarse por su eficiencia para matar plantas no deseadas y por ser más barato en comparación con otras sustancias, pero puede ser muy riesgoso si no se maneja con la seguridad adecuada”, explica Manuel Martínez, ingeniero agrónomo especializado en manejo de malezas. “En la piel produce quemaduras, porque el químico no distingue entre un humano y una planta, entonces ataca la superficie que encuentra”, agrega.
Para él, el peligro de este producto no radica en los componentes, sino en el modo de uso, la dosis y la responsabilidad de usar equipo protector, pues estas condiciones deberían ser básicas para quienes trabajan con él, además de contar con capacitaciones para utilizarlo correctamente. Además, sostiene, los fabricantes le dieron un olor desagradable para reducir el riesgo de ingesta.
La compra de San Luis Jilotepeque, se lee en las bases del evento, servirá para el programa de desarrollo de agricultura local y costó Q499 mil 832. Se hizo una adquisición directa porque en el primer concurso nadie ofertó, mientras en el segundo, la proveedora elegida fue Agroferretería Maconel, S. A.
Esta empresa abastece a instituciones públicas desde 2012 y a la fecha ha facturado Q40.5 millones por ello. Su momento más exitoso fue 2020, pues Q1 de cada Q5 de sus ganancias totales lo obtuvo durante ese año. Esta es la primera vez que concursa con Paraquat para una municipalidad y, a su vez, esta es la primera de las administraciones actuales en convocar a un evento para adquirir el herbicida.
A decir de Víctor Guzmán, viceministro de Sanidad Agropecuaria, el Paraquat no tiene regulaciones específicas en Guatemala y mientras cumpla con tener un registro sanitario, puede comercializarse. La medida de seguridad adicional tomada por el ministerio de Agricultura es sujetar a cada empaque un panfleto con los riesgos de este producto y cómo reducirlos a través de indumentaria protectora.
Durante el evento, San Luis Jilotepeque no solicitó a la empresa proveedora incluir equipo de esta clase y a la fecha Guatecompras tampoco registra adquisiciones relacionadas con él. Se intentó consultar sobre esto al alcalde, Juan Alberto Pérez Manuel, durante dos días, pero no respondió las llamadas. En tanto, el director de planificación, Auner Manuel, justificó no haber comprado implementos de seguridad porque no había presupuesto suficiente.
Al preguntarle si en la comuna se ofrece algún curso sobre manejo de Paraquat, lo negó, porque los beneficiarios de este programa saben cómo usar herbicidas.