Cada persona puede tener síntomas distintos tras inmunizarse contra la COVID-19. Si persisten, debe comunicarse al ministerio de Salud para aliviarlos y ayudar a futuros afectados.
Por Carmen Maldonado Valle
Hasta el 10 de agosto, en Guatemala había 2 millones 462 mil 592 de personas con al menos la primera dosis contra el coronavirus, según el tablero del ministerio de Salud. De estas, 1 mil 532 notificaron efectos secundarios moderados o graves, los cuales se estudian para dar tratamiento a los pacientes.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), los síntomas adversos más frecuentes son fiebre, cansancio, dolor de cabeza, escalofríos y diarrea. No obstante, “la ausencia de estos no significa ineficacia, porque cada persona reacciona de forma diferente”, aclara.
Aun así, la duración normal de los síntomas es de 72 horas, explica el epidemiólogo Erwin Calgua: “Si la intensidad se mantiene tras ese período, lo mejor es reportarlo para tener un registro, aliviar las molestias y estar preparados si alguien más presenta la misma reacción en el futuro”.
Los pasos a seguir
El protocolo, sostiene el médico, es acudir al centro de vacunación donde la persona recibió la dosis. A partir de allí se define qué centro asistencial evaluará el caso y el médico encargado también se comprometerá a dar seguimiento para saber cómo evoluciona. También se pueden notificar las reacciones en un centro asistencial.
Tras examinar, el personal de salud determinará si se puede asociar con la inoculación. Según Calgua no es posible aún hallar una causalidad, no solo con estas vacunas, sino con todas.
Se harán preguntas al paciente para llenar una ficha de vigilancia de los Eventos Supuestamente Atribuibles a la Vacunación o Inmunización (ESAVI). Ojoconmipisto accedió a una, donde se llena información sobre alergias a medicamentos, reacciones a otras inyecciones, horas de inicio de los síntomas, lote de la dosis recibida (disponible constancia descargable en el sitio web del ministerio), entre otros datos.
A decir de Calgua, también se deben notificar síntomas raros no incluidos en la lista de reacciones secundarias contempladas por la OMS, como urticarias o hematomas. En ese caso no se deben esperar las 72 horas, sino dar aviso en cuanto aparezcan.
Estos se han estudiado sobre todo en Estados Unidos y en Canadá. En mayo de 2021, por ejemplo, la universidad Yale determinó una asociación, aunque no causal, entre las vacunas Moderna y Pfizer y una alergia cutánea. Así se sugirieron posibles tratamientos para aliviar la comezón en pocos días y tomar precauciones para que no se repitiera al completar el esquema, como se explica en su investigación.
Dar aviso ayuda, pero pocos lo saben
Además de controlar el estado del paciente, la revisión “ayuda a determinar si necesitará tomar precauciones o medicamentos al recibir la segunda dosis. También beneficia a los médicos porque aprenden de la experiencia de sus colegas y así saben qué tratamiento se requiere”, sostiene.
Según el ministerio de Salud, de los 1 mil 532 casos notificados, 15 eran graves y 1 mil 517 moderados o leves. Los signos más frecuentes fueron dolor en el brazo, fiebre y cefalea. Se consultó, además, cómo la cartera fomenta que las personas informen sobre anomalías tras la vacunación, pero al cierre de esta nota no hubo respuesta.
De hecho, al buscar en el sitio web de la entidad no hay datos accesibles sobre el protocolo a seguir si se presenta un ESAVI. En redes sociales, la única información disponible sobre el tema ha sido publicada por el Colegio de Farmacéuticos y Químicos.
“Los reportes salvan vidas”
A la fecha han muerto 10 mil 898 personas por COVID-19 en Guatemala, como registra el tablero. “Muchos pacientes llegan tarde a los hospitales y algunos de ellos fallecen por no consultar a tiempo” ha dicho en las últimas tres conferencias dadas por la cartera de Salud el viceministro de hospitales, Francisco Coma.
¿Cuándo debería ir un contagiado a un centro asistencial? “en cuanto vea sus niveles de oxígeno por debajo del 92 por ciento o tenga una temperatura mayor a 38 °C. Se le debe revisar de inmediato para controlarlo antes de que la situación se agrave. Los reportes salvan vidas”, asevera Calgua.
A criterio del epidemiólogo, también se debe tomar en cuenta que muchos pacientes no dan a conocer estos cambios porque no tienen los recursos para comprar un oxímetro o un termómetro, o por la falta de hospitales cercanos. Por esto, sostiene, se debe aumentar la cobertura de salud, sobre todo en los municipios con altos niveles de pobreza.
También puede escuchar esta explicación sobre las vacunas, a cargo de la doctora Iris Cazali.
