Al 5 de julio, el registro reportaba 1,318 personas fallecidas por coronavirus, en tanto que Salud informaba el mismo día de 947.
El primero registraba 220 personas fallecidas con sospecha de COVID-19, de las que el Ministerio no ha informado.
Las autoridades no aclaran estas diferencias. La discrepancia de datos podría ser aún mayor si se colocó otra causa de muerte, como la neumonía; o si los puestos de salud no reportan sus casos.
Por Guatemala Leaks *
El Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) ha comunicado un número distinto de fallecidos por causa de la COVID-19, en comparación con los informes de defunción del Registro Nacional de las Personas (Renap), y no explica las razones de esta diferencia.
Desde el 15 de marzo, fecha en que se registró la primera muerte en Guatemala, hasta el 5 de julio, Salud reportó 947 personas fallecidas asociadas a esta causa. Mientras que el Renap, 1,318. La diferencia es de 371 pacientes más. Además, consigna 220 fallecidos como sospechosos de COVID-19, con los datos obtenidos de las actas de defunción.
La cifra fue extraída de la base de datos de actas de defunción del Renap (que no incluye datos personales), a las que tuvo acceso Guatemala Leaks, plataforma independiente de denuncia y transparencia. La información se gestionó a través de la bancada del Congreso “Movimiento Semilla” porque las instituciones públicas están obligadas a responder a las solicitudes de información de los diputados.
El procedimiento se realizó de esta forma ya que la Unidad de Acceso a la Información Pública del Renap, luego de 15 días hábiles –30 de junio–, negó la solicitud realizada por Guatemala Leaks del 12 de junio. El Renap requería un pago y hacer un nuevo proceso de solicitud que tomaría más tiempo.
En ese mismo periodo, 113 días, al menos 23,248 personas fueron diagnosticadas con la enfermedad que provocó una pandemia en 2020. Las cifras oficiales sobre los casos y el número de pruebas han sido cuestionadas.
Hasta cuatro causas de muerte
“Causa 1, causa 2, causa 3 y causa 4”. Así es como el Renap registra las razones por las que una persona fallece en el sistema de salud de Guatemala. Este método se ha mantenido para contabilizar las muertes durante la pandemia de COVID-19.
Según el Informe de Defunción utilizado por el Renap para sus registros –un documento avalado por Salud y el Instituto Nacional de Estadística (INE)–, la causa 1 es la “que condujo directamente a la muerte” y las siguientes son las enfermedades o antecedentes clínicos que tenía el paciente. Sin embargo, la COVID-19 aparece indistintamente en una de las cuatro columnas de la base de datos y, en algunos registros, incluso en la misma causa junto con otras enfermedades.
Edgar González Barreno, coordinador académico del Programa de Medicina Comunitaria en la Universidad Rafael Landívar y exviceministro administrativo del Ministerio de Salud (2016-2017), explica que aunque la COVID-19 es la enfermedad que produce la muerte, no siempre se coloca así en el registro.
En los hospitales, los médicos son los encargados de llenar los informes de defunción. El criterio para decidir cuál fue la causa de fallecimiento depende del cuadro clínico. En la ficha epidemiológica que Salud pide llenar a un paciente que se somete a un hisopado pregunta por estas enfermedades previas.
“Según la evolución del cuadro patológico, el médico definirá qué enfermedad causó el fallecimiento de una persona. Si una persona tiene hipertensión y diabetes y sufre un paro cardíaco, el médico podría determinar que la causa básica de ese paro fue la hipertensión”, explica González.
En algunos casos la COVID-19 figura en las actas como una causa antecedente, pero esto no es correcto, advierte el epidemiólogo, dado que esta enfermedad es la causa patológica que agrava las enfermedades antecedentes como podrían ser una diabetes o una hipertensión.
La jefa de la morgue del Hospital General San Juan de Dios, Pebbles Medina, concuerda con González. Antes de someterse a una prueba, nadie coloca la COVID-19 como antecedente.
Señala que el descuadre de cifras se debe a fallas en el llenado de las causas de defunción. “Además, el ministerio no toma en cuenta a los sospechosos. No va a cuadrar si Salud solo hace públicos los diagnósticos positivos confirmados”, agrega Medina.
Aunque Salud solo haga públicos los positivos confirmados, en ningún lugar del acta de defunción consta si la persona fallecida tuvo una prueba positiva, y solo en 220 casos se indica si hay sospecha de que la muerte se deba a la COVID-19 o no se fue determinado.
Otra discordancia está en las fechas de registro de la muerte. El gobierno anunció el primer fallecido el 15 de marzo, mientras que el Renap consigna los primeros dos casos el 4 de abril.
La auditoría no avanza
La mayoría de fallecidos en el país se registran en el departamento de Guatemala, según los datos reportados por el Renap. Al igual que las 220 personas que fueron inscritas como “sospechosos de COVID-19”. Una cifra que Salud no hace pública.
Al ser consultada sobre la manera como el ministerio registra los casos de COVID-19, Julia Barrera, portavoz, dice que cada hospital –público y privado– ingresa los datos de los pacientes fallecidos a Epiweb, una plataforma tecnológica que captura la información obtenida por los trabajadores y que es parte del Sistema de Información Gerencial de Salud (Sigsa). “Cada centro tiene una clave de acceso y registra los fallecidos. Ese es el reporte que se publica cada día. Ahora, si una persona muere en casa, sin haber sido ingresada a un centro asistencial, son las áreas de salud del ministerio las que deben registrar su fallecimiento», agrega.
Desde que Amelia Flores González tomó posesión como ministra, el 19 de junio luego de la destitución de Hugo Monroy, hizo público el desorden institucional en el manejo de los datos relacionados con la pandemia, por lo que ordenó una auditoría que aún no ha concluido.
Ronalth Ochaeta, asesor de la diputada de Movimiento Semilla, Lucrecia Hernández Mack, confirma que Monroy no registraba los datos en Sigsa. “Este puede ser un sistema anticuado, pero es confiable. Aquí se computa y se registra la vigilancia epidemiológica, pero el exministro tenía dispersa la información, cada unidad le reportaba directo a su despacho”. La divergencia de datos, agrega, es el resultado de “una muy mala gestión que da espacio a la opacidad y con esta se puede manipular la opinión pública”.
La disparidad de datos entre el Renap y Salud, según la base del registro de personas a la que Guatemala Leaks tuvo acceso, se mantiene con la gestión de Amelia Flores.
Sin protocolos de defunción y fallas en el registro
Sobre la posibilidad de un subregistro de fallecimientos en el sistema de salud o de un supuesto intento de ocultar información por parte del gobierno, el director del Hospital General San Juan de Dios, Jorge Fernando Solares Ovalle, asegura que los datos que el centro asistencial reporta a Salud son equivalentes a las cifras que se comunican a la población. “Esos datos están estandarizados por el Departamento de Epidemiología del ministerio”, asegura.
Luis Chávez, jefe del Departamento de Patología del Hospital Roosevelt, señala como otra posible causa del descuadre de cifras las horas y fechas en que se registra una defunción. “El médico tratante coloca una hora, este departamento puede colocar otra y la morgue, otra que podría ser del siguiente día. Esto puede dar lugar a sesgos. La forma de recolectar información en el sistema de salud debe mejorarse”, dice.
Guatemala Leaks utiliza para el análisis la fecha del fallecimiento registrada por el Renap, no la fecha en que hizo la digitación, que también está en la base de datos.
La posibilidad de un subregistro mayor
La diferencia de datos podría ser mayor. Como en casos en que no se haya realizado el hisopado a las personas fallecidas y se haya colocado otra causa de muerte como, por ejemplo, la neumonía.
El ministerio de Salud no da respuesta al cuestionamiento sobre si posee un protocolo de defunción o de registro unificado. Además, explica González Barreno, “no hay quien audite este sistema en Guatemala. En algunas comunidades, cuando no hay un médico cerca, una autoridad local como alcalde o el presidente de un Consejo Comunitario de Desarrollo (Cocode) legalmente reconocido tienen potestad para firmar el informe de defunción”.
De acuerdo con Ochaeta, los puestos de salud atienden pacientes con sintomatología de COVID-19 que mueren antes de que puedan ser trasladados a los centros hospitalarios o se les practique un hisopado. En estos casos no queda constancia. De estos puestos, que conforman el primer nivel de atención de salud, no se están obteniendo los datos epidemiológicos.
Metodología de datos
Para obtener el resultado de fallecidos por COVID-19 en los registros del Renap este equipo obtuvo el registro de defunciones en un archivo formato .xls. Este contiene la siguiente información de los 41,682 muertes registradas entre el 1 de enero de 2020 y el 5 de julio de 2020: Fecha de inscripción en el registro, municipio y departamento de inscripción, edad, sexo y espacio para indicar cuatro causas de muerte.
El Renap no estandariza las causas de muerte de las actas de defunción, por lo que este registro hace una copia exacta de lo indicado por la persona que rellena el documento (médico o autoridad local). En el caso de COVID-19, la enfermedad estaba indicada en alguna de las cuatro causas de muerte y de decenas de maneras distintas como, por ejemplo: SARS-COV-19 o coronavirus COVID, neumonía por COVID-19, sepsis por coronavirus. Y en los casos sospechosos: Alta Sospecha COVID, COVID 19 por determinar, etcétera.
Para estandarizar las decenas de registros que mencionan el coronavirus entre las causas de muerte se utilizó el programa Open Refine, que permite filtrar y modificar los registros y a través de un detallado y cuidadoso proceso buscar y estandarizar todos los registros con esta enfermedad en alguna de sus variables de escritura.
Finalmente, con los registros ya estandarizados, se hizo un análisis en Microsoft Excel en el que se contabilizaron todos los fallecimientos que incluían COVID-19 en alguna de las cuatro causas de muerte e igualmente con «sospecha COVID-19». Los 1,318 casos que se presentan en esta noticia representan solo aquellos que no indican sospecha o necesidad de determinar, los 220 casos que indican sospecha se contabilizaron por separado.
* Créditos:
Texto: Angel Mazariegos Rivas (Agencia Ocote), con información de Alejandra Gutiérrez (Agencia Ocote) y José Pablo del Águila (Ojoconmipisto)
Periodista de datos: Ximena Villagrán (El Intercambio) con información de Carmen Quintela (Agencia Ocote)
Esta publicación se originó a partir de una filtración que llegó a Guatemala Leaks.
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